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El dólar como inversión
La tierra y la construcción le ganaron al "billete verde" en los últimos trece años.

El atesoramiento de dólares, en la Argentina, siempre fue considerado como uno de los refugios más seguros para el inversor medio, víctima de los profundos ciclos económicos que tuvo que afrontar.

Un estudio realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) parte de este comportamiento básico de un "inversor no sofisticado" para compararlo con algunas otras alternativas de inversión. El trabajo considera del 1996 a la actualidad y compara la opción de guardar u$s 30.000 "bajo el colchón" con la de depositarlos en un plazo fijo (suponiendo que se renueva en cada período acumulando intereses más capital). También compara las alternativas con la evolución del índice de precios al consumidor (IPC), el índice de precios internos al por mayor (IPIM), el índice del costo de la construcción (ICC) y la opción de inversión en activos fijos como la adquisición de un bien inmueble o tierra agrícola. (Ver recuadro)

Este ejercicio pretende mostrar las tendencias de las inversiones y cuán convenientes fueron respecto de otras variables. Los resultados son los siguientes:

? En el caso de atesoramiento de los dólares, es decir, de no haberlos depositado en el sistema financiero, la ganancia proviene de la evolución del tipo de cambio, aunque su stock final hoy sería de u$s 30.000 (a un peso del 96 contra uno de 3,95 a hoy).

? Sin embargo, respecto de la opción de un depósito en un plazo fijo (suponiendo que se lo hubiera extraído en el 2001 y vuelto a depositar a principios del 2003), el rendimiento, en dólares, sería del 60,8% acumulado. De modo que su saldo hoy sería de u$s 48.230.

? En el caso del IPC, la devaluación del 2002 no fue trasladada inmediatamente a precios, de modo que u$s 30.000 de la convertibilidad hubieran permitido comprar más bienes luego de la devaluación. Hoy esos dólares siguen teniendo mayor poder adquisitivo, aunque en menor proporción en comparación con los primeros años de la devaluación. El tipo de cambio, de 1996 a abril del 2009, aumentó un 265%, mientras que el IPC lo hizo en un 121%.

? Si se analiza el IPIM, se advierte que el comportamiento fue distinto. Al incluir este índice componentes importados, la variación que presentó fue más fuerte que el IPC (ver infografía). Mientras en octubre del 2002 cambiar los dólares por pesos hubiese permitido comprar el doble de materiales para la industria que en 1996, la evolución de estos costos fue tal que en mayo del 2008 se podría haber comprado aproximadamente la misma cantidad que en 1996. Y aún más: se dio el caso de que entre mayo y noviembre del 2008 la venta de los dólares hubiese permitido comprar menos materiales que en 1996 (debido a la inflación verificada en el rubro, que fue mayor al aumento del tipo de cambio). La situación se revirtió nuevamente en los meses recientes a partir de la suba posterior del dólar a una tasa mayor que la de los precios bajo análisis. Este mismo comportamiento experimentó el ICC.

El artículo concluye esta sección afirmando que "el inversor que hubiese decidido utilizar los u$s 30.000 para comprar y guardar bienes industriales o materiales de la construcción se encontraría actualmente indiferente con respecto a la alternativa de haber atesorado los dólares" pero peor que de haberlos mantenido en un plazo fijo.

(Redacción Central en base a informe de Iaraf)



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