Las pilas acumulan energía eléctrica por un proceso químico. Se distingue entre las primarias y las secundarias, también llamadas baterías o acumuladores, cuya vida útil puede tener varios ciclos de carga y descarga.

La pila es un elemento que contiene varios metales en su composición, como mercurio en las de botón, las alcalinas, y cadmio en las que son recargables. También son preocupantes otros metales como el manganeso, el níquel y el cinc. Por lo tanto, aunque no todas las pilas son iguales ni encierran la misma peligrosidad, todas aquellas que tienen alta concentración de metales deben ser consideradas como residuos peligrosos.

El interrogante que surge luego de tomar conciencia de la peligrosidad de este elemento, indispensable para muchos de nuestros aparatos electrónicos, es qué hacer con las pilas que ya no tienen vida útil.

El recogido selectivo de las pilas usadas en contenedores específicos y su tratamiento adecuado constituyen la solución más lógica y más respetuosa con el medio ambiente. Una vez recolectadas se llevan a una planta de reciclaje, donde se segregan y se separan los metales peligrosos del resto de los materiales que constituyen la pila. Pero, lamentablemente, existen pocas plantas de reciclado de pilas ya que el proceso utilizado requiere una elevada inversión económica.

En Río Negro muchos municipios han implementado desde hace algún tiempo campañas para recolectar y darle un tratamiento específico a este tipo de energía acumulada que no puede ser reutilizada. Las ciudades de Choele Choel, Roca y Cipolletti son ejemplos de este tipo de programas en favor del medio ambiente.

El titular del Consejo de Ecología y Medio Ambiente (Codema), Oscar Echeverría, explicó que el organismo provincial "no tiene injerencias específicas en el tema y es una cuestión propia de cada municipio disponer el tratamiento de los residuos", aseguró.

El Codema puede asesorar técnicamente a los gobiernos locales e incentivar mediante aportes económicos para que las comunas trabajen en el tema, sin embargo "es una cuestión de cada municipalidad", dijo Echeverría.

En Roca, luego del relanzamiento de la campaña de recolección de pilas organizada por la Dirección de Medio Ambiente, se logró reunir más de 15.000 pilas que fueron colocadas en botellas de plástico y luego encapsuladas en bloques de cemento que fueron neutralizados con arena. Hasta el momento se elaboraron 18 bloques, que están en una disposición transitoria segura, según se informó desde el área de Medio Ambiente.

En Cipolletti la municipalidad planteó como una posibilidad que las pilas recolectadas se utilizaran para la construcción de cordones cuneta. Sin embargo un grupo de ambientalistas cuestionó la posible medida y expresó que el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) "no recomienda la práctica de confinar pilas y baterías agotadas en elementos constructivos ya que aun cuando se utilicen productos químicos para inmovilizarlas los procesos pueden continuar y fisurar tales elementos".

La solución total a este problema no existe. Un conjunto de medidas concordantes entre sí puede mitigarlo. Hasta el momento el avance de la tecnología no ha encontrado sustituto alguno para las pilas, o al menos uno que sea sustentable. Las leyes deberían obligar a que las soluciones las brinden los que desarrollan su negocio con productos que saben que son nocivos para el ambiente.

JUAN CRUZ GARCÍA

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