|
||
La piratería comercial en la Argentina superaría los $ 25.000 millones anuales | ||
Hay demasiados compradores de lo "trucho", palabra aceptada por la RAE con los significados de "falso, fraudulento". Actividades afectadas por esos productos, que se venden a precios más bajos que los originales. | ||
nos 532.000 millones de dólares -de los cuales 250.000 millones corresponderían a Estados Unidos- habría movilizado en el mundo la piratería comercial durante el 2008, cuando dos décadas antes esa cifra habría rondado los 5.000 millones. Andrés Sánchez Herrero, director de la maestría de propiedad intelectual de la Universidad Austral, calculó que significaría del 5 al 7% del citado quehacer internacional. Numerosas actividades fueron afectadas, como las de medicamentos (en unos 75.000 millones, según la Organización Mundial de la Salud, OMS), cigarrillos, discográfica; software, videos y DVD, indumentaria, bebidas alcohólicas, perfumes y juguetes. El contrabando, la falsificación, la copia, la imitación y la evasión fiscal corroen las redes de distribución formal y afectan las participaciones de mercado y las rentabilidades e imágenes de las marcas. Estos negocios truchos en la Argentina habrían sumado 25.000 millones de pesos en el 2007, de los cuales 16.000 millones corresponderían a las falsificaciones marcarias estimadas por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Durante años se vinculó la piratería con los productos importados de naciones asiáticas, pero ya hace bastante tiempo que en la Argentina y en otros países incursionaron en la "especialidad". Periódicamente se conocen operativos del personal de la Dirección General de Aduanas (DGA) y de las fuerzas de seguridad en los que secuestran productos falsificados que se pretendía incorporar en los circuitos de comercialización del país. Luego de inscribir las marcas en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) las firmas las registran en la DGA, que cuenta con una división de fraude marcario. De cualquier manera, los especialistas recomiendan a las empresas, como prevención, proteger sus creaciones y armar estructuras que permitan detectar las infracciones e impulsar las correspondientes sanciones. El comercio ilegal fue relacionado con la alta presión tributaria y las mayores regulaciones, en un trabajo para la Cámara de Comercio de Córdoba preparado por un equipo dirigido por Marcelo Capello, del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieeral) de la Fundación Mediterránea. Calculó que esa presión en el país durante los últimos siete años pasó del 20 al 31%, por las influencias del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (Idcb), más conocido como impuesto al cheque, y los derechos de exportación o retenciones, que explicaron la mitad de dicha suba. Además, en el pasado bienio se notaron alzas en "Ingresos Brutos y los ´raros´ (sic) impuestos municipales nuevos". El equipo liderado por Capello evaluó que las transacciones fuera del circuito legal llegaron al 7,5% del Producto Bruto Interno (PBI) y documentó que al ser "altísimos" los niveles de los gravámenes sobre los sectores "en blanco" que los pagan se generó una fuerte ventaja para quienes operan "en negro". Quien subdeclara sólo el 10% de sus ventas puede bajar sus precios el 6% respecto de quien opera en la legalidad y ganar lo mismo. Hubo otras causas: las malas regulaciones (dificultan los negocios), los avances tecnológicos, la globalización (el comercio electrónico es un desafío por regular y controlar), la calidad del gasto público y la moralidad de los consumidores, que adquieren a sabiendas los citados productos truchos. "Es muy difícil calcular la real pérdida que tiene una marca", reconocieron en la Asociación Argentina de Lucha contra la Piratería, integrada por Bic, Lacoste, Nobleza Piccardo (NP), Philip Morris, Philips, Louis Vuitton y Boca Juniors, entre otras firmas. El alto nivel de tributación que pesa sobre los cigarrillos, las asimetrías fiscales entre países limítrofes, las extensas fronteras sujetas a débiles controles, la legislación permisiva y las restricciones y prohibiciones a las importaciones, de acuerdo con NP, son las principales causas que amenazan a la industria en todo el mundo. Contrabando, falsificación y evasión fiscal de cigarrillos en la Argentina equivalen aproximadamente al 8,8% del mercado local y suman unos 187 millones de atados de 20. Para NP, la carga impositiva y la marcada diferencia fiscal frente a naciones limítrofes convierten al país en una plaza más que atractiva para las acciones ilegales. Dicha carga representa aquí el 68,9% del precio de venta al público; en Uruguay, el 66,5%, y en Brasil, casi el 60%, en tanto en el otro extremo se encuentra Paraguay, con el 12%. Aunque desde el 2006 se verifica una constante caída en el comercio ilegal, alrededor de 180 marcas distintas -cinco representaban el 80% del mismo-, incluyendo las falsificadas ingresaron a la Argentina en los últimos años usando todos los sistemas de transporte disponibles. La "Triple Frontera" (conformada por la local Puerto Iguazú, la brasileña Foz de Iguazú y la paraguaya Ciudad del Este) es uno de los grandes centros de concentración y comercialización ilegal de cigarrillos. El 90% de las marcas ilegales ingresadas a la Argentina proviene del Paraguay, donde hay 33 fábricas, con una capacidad instalada para producir 100.000 millones de cigarrillos al año, 13 veces más que su consumo interno. Además, arriban de China, Japón, Egipto, Corea y países cercanos como Brasil, Uruguay, Venezuela y Colombia. La venta ilegal de música en soportes físicos y digitales no autorizados por sus titulares genera pérdidas en el país por unos 1.184 millones de pesos anuales. Para combatirlo, la Asociación para la Protección de los Derechos Intelectuales sobre Fonogramas y Videogramas (Apdif) lleva adelante acciones de prevención, investigaciones y denuncias para combatir lo que tiene un doble efecto negativo: provoca pérdidas de incentivos económicos a quienes participan del proceso y no alienta la creación ni la promoción de talentos (consagrados o nuevos). Con la aparición de las lectoras electrónicas, los libros se están convirtiendo en el nuevo fetiche de los piratas. John Wiley & Sons, por citar un caso conocido, ocupa a tres personas dedicadas tiempo completo a detectar copias no autorizadas. No hace mucho, en un solo mes efectuó más de 5.000 intimaciones para que retiraran versiones digitales ile-gales. Menos del 20% de los productores de soja compró la semilla al titular de la propiedad intelectual. La ley específica establece que la copia ilegal es un delito que debe investigarse de oficio. En tal sentido, se conocieron allanamientos y denuncias por defraudación, quienes pusieron el foco en quienes comercializan y no en los consumidores y los usuarios. La Cámara Argentina de Comercio (CAC) detectó, en junio pasado, 2.124 puestos de ventas ilegales en las calles relevadas de la ciudad de Buenos Aires, o sea el 18,1% más que en mayo. Entre los rubros más afectados estuvieron indumentaria y calzado, verificados en el 33,7% de esos lugares, seguidos por alimentos y bebidas y óptica, fotografía, relojería y joyería, así como también artesanías, en cada caso con una participación superior al 10%. Entonces artesanías avanzó más por sus artículos vinculados con la selección de fútbol (banderas, camisetas, artículos de esparcimiento y vuvuzelas). Las adyacencias de las terminales ferroviarias de Constitución y Retiro y del transporte automotor de esta última zona fueron los principales sitios de ventas ilegales. La avenida Avellaneda, en el barrio de Flores, resultó el principal centro de comercialización de indumentaria y calzado y de farmacia y perfumería. El Ministerio de Ambiente y Espacio Público del gobierno de la ciudad de Buenos Aires dispuso, el 28 del mes pasado, que un equipo de Emergencias -con mazas, cortafierros y una pala mecánica- y protegido por medio centenar de integrantes de la policía metropolitana demoliera 21 locales ubicados sobre la avenida Rivadavia, en el barrio de Liniers. Esto provocó reacciones de los puesteros y de su gerenciador -un miembro de "la 12", la barra brava de Boca Juniors, club que presidió Mauricio Macri, actual jefe de Gobierno porteño- que terminaron con detenidos. Después se dijo que los funcionarios dialogaban para buscar soluciones con puesteros y vecinos y que de no encontrarlas dispondrían nuevos operativos en la céntrica calle Florida (donde a veces hay 500 vendedores ambulantes) y los barrios de Chacarita y San Telmo. La CAC comprobó, por otra parte, 654 falsificaciones individuales de productos registrados, o sea el 13,1% más que en mayo pasado. Indumentaria y calzado fue el rubro más perjudicado, con el 67% de incidencia, seguido por óptica, fotografía, relojería y fantasías, con el 30%, y juguetes y esparcimiento, con el 3%. Adidas, Nike, Puma, RayBan y Rolex estuvieron entre las marcas damnificadas. Asimismo, cerca del 100% de los artículos falsificados en juguetería y esparcimiento fueron películas en formato DVD. "La Salada" se considera un fenómeno de la informalidad comercial. (Ver aparte) |
||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||