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Declaró la guerra
Webber triunfó en Silverstone y, por la radio de su auto, le gritó a su equipo que "no estaba nada mal para un piloto número dos". Hamilton se mantiene al frente del Mundial.

El Gran Premio de Gran Bretaña tuvo dos caras para el Red Bull Racing. Por un lado estaba lo que se veía en la pista, con los autos invencibles en cada sesión. Por el otro, lo que sucedía en los boxes con la interna entre el alemán Sebastian Vettel y el australiano Mark Webber.

Las dos cosas quedaron en evidencia en la novena fecha del Mundial, en el renovado circuito de Silverstone. El equipo austríaco logró un inobjetable triunfo en manos de Webber. Pero el éxito quedó en un segundo plano ante la reacción del aussie. "No está nada mal para un piloto número 2", expresó en una comunicación radial con su jefe de equipo.

El malestar de Webber tuvo sus fundamentos en varias decisiones del equipo. Por cuestiones de tiempo, Red Bull no le pudo terminarle un nuevo chasis para reemplazar el destruido en el callejero de Valencia y tuvo que participar con uno que había desechado Vettel a principio del certamen.

Pero eso no fue todo. El pasado sábado Webber también discutió con los popes de la escudería porque su compañero tuvo la prioridad al momento de usar la única trompa de repuesto que se había llevado a Silverstone.

La diferencias entre Webber y Vettel no son nuevas. Todo estalló en Turquía cuando se tocaron y dejaron a Red Bull sin una victoria que era segura. Hubo reproches y un tirón de orejas que parecía haber calmado las aguas, pero ayer quedó demostrado que no fue así.

Ayer en la misma largada los dos se mostraron muy agresivos. Vettel no pudo aprovechar la ventaja de partir desde la "pole" y en su intento de recuperar la primera posición, que quedó en manos de Webber, se despistó un par de veces y quedó muy atrás, hasta tuvo que ingresar a boxes a cambiar neumáticos.

Con el "Niño Maravilla" en los puestos de atrás, el australiano no tuvo inconvenientes en llegar al triunfo. Después de lo vivido en el "coliseo" de la velocidad, lo festejó con el puño derecho apretado y con esa frase que escuchó todo el mundo, porque también la tomó en directo la televisión.

El podio lo completaron el inglés Lewis Hamilton, quien con su McLaren se acercó al australiano sobre la parte final, y el alemán Nico Rosberg, con el mejor de los Mercedes, ganando otro capítulo de una lucha por ahora desigual con su afamado compatriota Michael Schumacher.

Para el piloto del equipo de Woking, el segundo lugar de Hamilton fue un excelente resultado, ya que le permite mantener la primera posición del Mundial.

Desde atrás Vettel también demostró el poderío de su equipo. Se fue recuperando y en las últimas vueltas pasó a sus rivales con suma facilidad. Eso le permitió llegar séptimo y sumar algunos puntos.

Pésima labor de Ferrari. El español Fernando Alonso y el brasileño Felipe Massa tuvieron mil problemas que les impidieron estar en el lote puntero.

Al menos fueron parejos en su rendimiento. Alonso, quien fue penalizado por un adelantamiento indebido al polaco Robert Kubica, llegó 14 y Massa terminó 15.



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