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Una visión objetiva | ||
El ejecutivo asegura que, con una producción media de 25.000 toneladas por hectárea y sólo 60% de ese volumen para embalar, el Valle no es competitivo en los mercados. | ||
Heinz Deprez es, sin dudas, uno de los principales referentes de la fruticultura internacional. Pasó la semana pasada por el Valle. -¿Para esto no se necesita inversión? -Obviamente, pero ésta no se debe destinar a más infraestructura de tierras. Se debe invertir en tecnología y recursos humanos que permitan generar nuevas ideas para aplicar los cambios necesarios. Hay que salir al mercado y ver qué es lo que se está demandando. Ésta es una transformación muy importante que debe contemplar el Valle y es fácil de ejecutar porque tiene el potencial para hacerlo. Hace veinte años que la región produce lo mismo y esto la hace vulnerable. -¿Por qué pone la actividad en un escenario de vulnerabilidad? -Porque pierde competitividad. Hace años que el principal mercado para el Valle es Rusia. Este es un mercado de "oportunidad", ya que demanda baja calidad de fruta pero es de alto riesgo. En las últimas temporadas se incrementaron peligrosamente los envíos a este destino. Es fácil vender a Rusia volumen de baja calidad. Argentina, lo hace. Pero en algún momento este mercado comenzará a exigir mejores condiciones por la fruta que compra y ahí la oferta del Valle estará en serios problemas. -¿Expofrut cumple con estos estándares que está mencionando? -Nuestra productividad está hoy en los 35.000 kilos por hectárea y el 70% se embala para fresco, sin computar las tierras de la ex Tatedetuti. Tenemos que trabajar para llegar a las 50.000 toneladas y 90% embalado. Nosotros no escapamos de la realidad del Valle. Somos conscientes de ello y por eso estamos trabajando en esta nueva gestión de Expofrut para llegar a los estándares mencionados. -¿Es viable el sistema comercial que presenta el Valle? -Esta pregunta va atada a las anteriores. Si no hay oferta de calidad con volúmenes adecuados, la pérdida de competitividad afecta a todo el sistema. Si las exportadoras reciben pera o manzana de baja calidad, la terminarán enviando a los mercados que demandan este tipo de fruta. Obviamente, lo retornos serán menores. Pregúntese hoy cuántas de las principales empresas exportadoras de la región colocan su fruta en mercados con las características mencionadas. No me equivoco al decir que la mayoría de ellas destina más del 50% de su oferta exportable hacia Rusia y Argelia. Este esquema no es viable en el tiempo. -Las estadísticas muestran que para Expofrut el mercado ruso también es de importancia... -Es un mercado de oportunidad adonde enviamos no más del 20% del total de nuestra oferta exportable. La vulnerabilidad está en las empresas que envían el 50% o más de su fruta a este destino. -Para Expofrut, ¿Europa sigue siendo clave como destino a abastecer? -El año pasado, los precios de la fruta en Europa occidental cayeron sensiblemente. Muchas de las empresas de la región cargaron, por esta situación, más fruta a Rusia. En esta temporada los mercados de Europa están respondiendo positivamente y hay que ver como termina Rusia para la fruta Argentina. En el 2009 el 75% de las ventas de Expofrut se destinó a Europa occidental y este año se mantendrá la misma proporción. ¿Qué quiero señalar con esto? Que nosotros apuntamos al largo plazo y no a la coyuntura de un año de buenos precios. Apuntamos a sostenernos firmes en Europa occidental donde tenemos un eficiente canal de comercialización y una excelente relación con las principales cadenas minoristas. Abastecemos a todas ellas, independientemente de los resultados que pueda dejar una temporada. No abandonamos a nuestros clientes. Miramos al largo plazo... a diez, quince años. Tenemos en claro que no vamos a cambiar nuestra estrategia porque Rusia o Argelia muestren un año con buenos precios. -¿Expofrut está sobreinvertida en capital? -No. Yo estoy convencido de que lo que debemos hacer es canalizar las inversiones en forma más eficiente. Hay muchas variables que analizar a la hora de invertir en la Argentina. Uno de los problemas que observamos en el país es el aumento de los costos que está teniendo la actividad. En las últimas tres temporadas, por dar un ejemplo, el salario de los trabajadores ligados al sector se duplicó en dólares. En ninguna parte del mundo se ve esto. Es un problema clave no sólo para Expofrut sino para toda la actividad, porque es de mano de obra intensiva y, entonces, crecer en forma tan desproporcionada en este rubro sin dudas afecta la competitividad. En este escenario, no es conveniente invertir. -¿Esta pérdida de competitividad puede traducirse en la eliminación de puestos de trabajo? -Lógico. No hay otra solución. Cuando uno de los costos de la actividad se duplica en sólo tres años y es determinante en la estructura, éste se debe reducir. Es una cuestión de supervivencia. Todas las empresas de la región este año deberán ajustar. Se tienen que compensar estos desvíos para poder seguir siendo competitivos. Hay que adaptarse a esta nueva realidad, no queda otra alternativa. Si uno no reacciona compensando esta suba de costos, estará en poco tiempo en problemas mucho más graves. -¿Cómo se sale de este corset que hoy tenemos de altos costos y baja competitividad? -Argentina sobrevivió en estos últimos años por dos causas. La primera, la devaluación del 2002 que le permitió ganar competitividad en el comercio exterior. La segunda, la aparición de Rusia, y en menor medida Argelia, como mercados alternativos para colocar volumen de fruta. No hubo cambios en la actividad: tanto el volumen como la calidad de fruta sigue siendo la misma de hace una o dos décadas atrás. Eso es preocupante. Es duro decir esto, pero es la realidad. -¿Cambió el escenario en los últimos diez años? -Claro que sí y está afectando a estas dos causas mencionadas. La competitividad en la paridad cambiaria que se tenía en años anteriores por la devaluación ya se perdió. ¿Qué vamos a hacer cuando Rusia nos diga que no quiere nuestra fruta por baja calidad y que prefiere la de nuestros competidores? Es el momento de hacer cambios. Hay que bajar los costos y ser mucho más eficientes de lo que somos hoy. -¿Expofrut ya lo está haciendo? -Nosotros hemos sido los primeros en hacer un fuerte ajuste interno para acomodarnos en esta temporada y ahora buscamos mejorar volumen y calidad sobre nuestra producción. Todos nos miraban en forma extraña cuando anunciamos, a fin de año pasado, medidas extremas de ajuste para poder "aguantar" la temporada. Pero hoy muchos van a tener que imitarnos. Van a tener que hacer importantes ajustes para poder adaptarse a esta nueva realidad de costos altos y baja productividad. No es agradable lo que estamos diciendo, pero es la realidad. -¿Qué le hace pensar que la región va a cambiar, si en estos últimos veinte años no lo hizo? -Estoy convencido de que se debe cambiar. No hay otra alternativa. En estos últimos diez años la Argentina tuvo suerte: fue ayudada en los costos por una devaluación y Rusia canalizó la mala producción. Hoy esta realidad ya no existe. -¿Está a favor de una nueva devaluación? -Está claro que una devaluación nos ayudaría porque somos una empresa netamente exportadora, como así también a todo el sistema frutícola. Pero esto no solucionará los problemas estructurales que estamos mencionando. Debemos mirar más a largo plazo. Es fácil seguir pidiendo medidas para acomodar nuestras falencias. Pero ese esquema no funciona en ningún lugar del mundo; no es sustentable en el tiempo. Debemos ajustar y reaccionar continuamente a los cambios, tanto internos como externos, para poder mantenernos competitivos. Esta industria es muy dinámica y la velocidad de respuesta que den las empresas es clave para poder mantenerse en el negocio. Si uno espera sólo una devaluación para poder seguir competitivo en la actividad, no es buen empresario. |
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