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Volatilidad en las monedas aumenta incertidumbre
La crisis financiera en la Eurozona presiona sobre el euro, llevándolo a valores mínimos en el año. La fruta del Valle pierde competitividad en este nuevo escenario internacional. El desplome del euro genera incertidumbre en la actividad frutícola regional.

La volatilidad que está mostrando el sistema financiero internacional afectará indirectamente, por dos vías, la actividad frutícola regional.

Una de ellas es el efecto que está generando la crisis sobre las monedas de destino, donde se termina comercializando nuestra fruta en el exterior.

Claramente la actividad del Valle depende esencialmente de tres monedas: el euro, el rublo y el real.

Hacia Europa, donde domina el escenario la moneda comunitaria, la región del Valle concentra el 37% de sus envíos de peras y manzanas.

Pese a que en los últimos años se está observando, en los destinos de la fruta regional, la presencia de otros mercados alternativos al Viejo Continente, este último sigue siendo, como bloque comercial, el de más importancia para la oferta exportable valletana.

Durante la última temporada ingresaron divisas por algo más de 170 millones de dólares por ventas de peras y manzanas argentinas a este bloque económico.

Los problemas financieros y fiscales que están mostrando algunas de las más importantes economías de Europa golpearon de lleno estos últimos días sobre la evolución de la moneda comunitaria. Y esto genera preocupación entre el empresariado local.

En lo que va de este año, el euro se desvalorizó ante el dólar 14% al pasar de 1,44 y tocar esta semana a 1,24 dólares por unidad.

Para la fruta regional esto significa una pérdida promedio de 1,2 dólares por caja de pomáceas colocada en este mercado. Tomando los volúmenes proyectados de venta para este año hacia ese destino, las pérdidas por el desplome del euro podrían ubicarse en torno a los 8 millones de dólares (computando que más del 60% no se cobró).

En Brasil, el segundo destino de importancia y hacia donde se orienta el 30% de nuestra oferta exportable, también se están notando los efectos de la crisis de la Eurozona.

Si bien el real se mantuvo relativamente estable en el transcurso del año, se observan "saltos" que no marcan una tendencia definida sobre la futura evolución de la moneda. En tan sólo un par de días (la primera semana de mayo) la paridad brasileña se devaluó algo más del 6% respecto del dólar para luego reacomodarse nuevamente en torno a los 1,77 reales por unidad (ver infograma adjunto). Analistas del vecino país aseguran que para lo que resta del 2010 existirá una alta volatilidad en la moneda brasileña producto de los problemas que se están observando en la Eurozona y las elecciones locales del próximo octubre.

En lo que respecta al rublo, las tendencias observadas en su paridad cambiaria (respecto del dólar) generan preocupación entre el empresariado regional.

En los últimos días la moneda sufrió una importante depreciación, lo que podría terminar por complicar los retornos esperados por los operadores para la región del Valle. Distintos operadores del mercado señalan que las pérdidas generadas por los cambios en la paridad ascienden hoy a los 0,5 dólares por caja.

La otra vía que se ve afectada por esta crisis en la Eurozona es la financiación al sector productivo. Todo muestra que los efectos del desplome financiero en el Viejo Continente terminarán golpeando de llenó en la disponibilidad de fondos de todo el planeta. Y la Argentina no queda fuera de este esquema.

Si bien la actividad frutícola nunca, en estos últimos años, se vio beneficiada por el sistema financiero (a través de la disponibilidad de créditos) está claro que este nuevo escenario internacional cierra aún más las posibilidad de acceso al crédito para la actividad.

 

Escenario complejo

La mayor parte de los operadores financieros internacionales aseguran que la volatilidad cambiaria en el mercado se mantendrá -con diversos picos de tensión- hasta por lo menos fin de año. Es que el equilibrio de las paridades entre las principales monedas se perdió desde la caída de Lehman Brothers y la posterior crisis financiera que se inició en septiembre del 2008.

Esta semana el BCE autorizó un paquete de rescate de 750.000 millones de euros que la Unión Europea anunció para salvar a posibles países miembros con problemas. Los expertos creen que la burbuja de las deudas podría profundizar la devaluación de la moneda. La exigencia al BCE de comprar bonos estatales en el mercado, junto con la enorme inyección de divisas aprobada esta semana, sin duda generará presiones inflacionarias y este escenario podría ser convalidado con una mayor devaluación de la moneda comunitaria.

Algunos estudios de las principales calificadoras de riesgo aseguran que, en el actual contexto financiero, no hay que descartar para el segundo semestre que el euro perfore el piso de 1,20 dólares teniendo en cuenta las variables macro existentes en el sistema. El BCE intenta flexibilizar, con toda esta batería de medidas, el corset en la que se encuentra la economía de la Unión Europea.

Pero los efectos colaterales de todas estas medidas podrían terminar afectando nuestras exportaciones frutícolas, ante el reacomodamiento de las monedas.



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