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"Me iré a la tumba muerto de risa"

El nazi Dieter Wisliceny generó la idea de que los judíos bajo la bota del Tercer Reich llevaran en sus ropas la Estrella de David, una forma de identificarlos fácilmente en la calles que se instauró a finales de la década del 30.

Durante el Holocausto fue el encargado del transporte de los judíos de Europa Oriental hacia los campos de concentración. En función de esta tarea, que cumplió con ímproba voluntad, fue un estrecho colaborador de Otto Adolf Eichmann.

Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra, Wisliceny huyó a Italia, donde fue detenido por los Aliados.

En el marco de la preparación del juicio de Nüremberg a los máximos criminales de guerra nazis, fue interrogado a lo largo de varios meses en 1946. En la formidable investigación del historiador Richard Overy -"Interrogatorios. El Tercer Reich en el banquillo"- Dieter Wisliceny y Eichmann aparecen en reiteradas oportunidades con detalles precisos sobre la naturaleza del Holocausto.

Señala Overy que, por su ubicación en la estructura ejecutiva de la "solución final", Dieter Wisliceny estuvo en una "posición única para dar una imagen global de los procesos que comportó la organización del genocidio".

"En 1944 -continúa Overy- colaboró con la redacción de un documento que calculaba la cantidad total de judíos de toda Europa enviados a los campos de muerte. Enumeró las cantidades a su interrogador por mediación del atónito intérprete y admitió que unas cifras eran cálculos hacia arriba y otras, hacia abajo. La cantidad total de 4.817.000 transportados no incluía a los judíos de la Unión Soviética, exterminados en su mayoría en su lugar de residencia durante la ola de ejecuciones perpetradas por las Einsatzgrupen (grupos de exterminadores pertenecientes a las SS) en 1941-1942. Wisliceny señaló que las cifras se referían a los enviados a los centros de exterminio, no a los exterminados. Puesto que una parte -según él, la quinta- se destinaba a trabajos, creería que el total de los que habían muerto era inferior al de los transportados. No obstante, Wisliceny recordaba una conversación sostenida con Eichmann en febrero de 1945, acerca de lo que iba a ser de ellos cuando terminara la guerra (N. de R.: para ese mes la suerte de Alemania estaba echada). Recuerda Wisliceny la escalofriante respuesta de Eichmann: "Me iré a la tumba muerto de risa, sabiendo que he matado a cinco millones de judíos. Me produce una gran satisfacción".

(Esta declaración fue hecha por Wisliceny el 24 de noviembre de 1945. La sólida investigación de Richard Overy fue editada en español por Tusquets en el 2003. El texto que publicamos aquí se encuentra en la página 216).



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