La violencia no permitió que se jugará el clásico en Zapala, entre Unión y Don Bosco. Un espectador agredió al árbitro Cecilio Gómez en el final del partido de reserva y no se pudo disputar el cruce de primera.

En el preliminar, Don Bosco se imponía 2 a 1 y sobre la hora -42 minutos-, el "Canario" llegó al empate. Allí se dio una batahola entre los jugadores de ambos conjuntos y Gómez, que estaba a un costado del campo listo para hacer su tarea en la categoría superior, se metió a separar para calmar los ánimos. Una persona ingresó en ese momento al rectángulo de juego y, según testigos, le pegó un golpe de puño, una patada y lo agredió con una botella de plástico.

Ante esta situación, Gómez determinó que no estaban dadas las garantías para desarrollar el partido. Había unas 2.000 personas en la cancha.