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Cianuro: ¿preocupación o prejuicio?
Es una de las sustancias más activas y peligrosas si no se lo maneja adecuadamente. Pero es ampliamente usado en los procesos mineros e industriales. La polémica en Río Negro.

Por amplia mayoría, el 21 de julio de 2005 la Legislatura rionegrina aprobó la ley 3981 por la cual se prohibía en el territorio de la provincia la utilización de cianuro y/o mercurio en el proceso de extracción, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos.

La escueta ley, de apenas tres artículos, disponía en el segundo de ellos que "las empresas y/o personas que a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley posean la titularidad de concesiones de yacimientos minerales de primera categoría, y/o aquellas que industrialicen dichos materiales, deben adecuar todos sus procesos a las previsiones del artículo anterior".

Caía de esta manera el proyecto minero Calcatreu, que había comenzado a desarrollarse hacía algunos años en la zona de Lipetrén, cercana a Ingeniero Jacobacci, en manos de la empresa minera Aquiline Resources.

También se cerraba la puerta definitivamente a futuros interesados en encarar emprendimientos mineros de estas características en tierras rionegrinas.

Con la puesta en vigencia de la ley muchos respiraron aliviados. Otros tantos mostraron su preocupación y malestar. Algunos, porque habían imaginado un porvenir laboral en una zona en que los puestos de trabajo no abundan. Varios se quejaban por una prohibición que consideraban exagerada y que se tomó sin haber realizado un análisis pormenorizado de la situación.

Se profundizó así la brecha entre defensores y detractores del uso de cianuro en la minería extractiva de oro y plata mediante el proceso denominado lixiviación. (Ver infografía)

Casi cinco años después el debate sigue vigente y la posibilidad de acercar posiciones entre ambas posturas aparece como una misión improbable.

 

"Cachetada al sentido común"

 

Carlos Cuburu es geólogo, con posgrados en geología económica y certificación y valorización de activos mineros en la Universidad Católica de Valparaíso (Chile) y la Universidad de Queens (Canadá). Vivió tres años en Bariloche y veinticinco en Jacobacci, donde dio dos vueltas de llave a la cerradura de su casa y partió con rumbo incierto, indignado.


Aún hoy no comprende cómo el gobierno rionegrino, encabezado por Miguel Saiz, aprobó la ley en cuestión.

Cuburu califica el tratamiento de la ley en la Legislatura de "uno de los actos democráticos más aberrantes en donde la coacción y la prepotencia dominaron el espíritu crítico y objetivo de nuestros legisladores". Y agrega: "hoy, a cuatro años de aquel episodio, primeramente inconstitucional y luego xenofóbico e intolerante, se intenta a tono de consulta popular darle estatus de ley articulada dentro del marco de una reforma constitucional de la provincia, cuando el gobernador Saiz impulsó de prepo unipersonalmente esta patética ley sin, por supuesto, ninguna consulta popular en el momento oportuno".

Es que para este profesional el proyecto Calcatreu, del que él formaba parte, tenía una adhesión del 70% de la comunidad de Jacobacci y nadie los consultó.

Continúa Cuburu : "Esta cachetada al sentido común hiere fuertemente mi compromiso para con mi comunidad, para con mi profesión y para con mi honestidad a mis prójimos desde haber sido un profesional preparado y formado por una universidad argentina para intentar ser útil en una de las regiones más postergadas de este país, la Línea Sur rionegrina".

Antes de que Río Negro sancionara la ley 3981, el proyecto fue sometido a la opinión del ingeniero Roberto Tronelli, quien había sido director general de Minería e Hidrogeología de la provincia de 1975 a 1983 y director de Promoción Minera de la Nación de 1984 a 1989. El informe elaborado por Tronelli partió de una pregunta sencilla y directa. "¿Pueden usarse el cianuro y la lixiviación de los minerales con cianuro en forma segura para el ambiente y las personas?". La respuesta fue "Sí, técnicamente hay maneras de utilizarlo en forma segura para el ambiente y las personas".

El trabajo fue acompañado por una foto aérea de la mina de oro Martha, ubicada en Waihi, Nueva Zelanda, que usa el proceso de cianuración, en la que puede observarse alrededor de un gran cráter la presencia de amplios sectores poblados, además de tierras cultivadas y cría de ganado (la imagen se publica aquí).

Escribió también Tronelli que "desde su nacimiento todos los gobiernos de nuestra provincia han planificado y dicho que el desarrollo de la Línea Sur estaba basado fundamentalmente en la ganadería y la minería. Ahora que aparece un importante proyecto minero, ¿qué pasa?".

Eso ocurrió en septiembre del 2004 y en ese momento el proyecto de ley para prohibir el uso de cianuro en minería fue archivado por inviable. Algunos meses después se sancionó la ley.

La prohibición del uso de cianuro en minería también tiene su costado jurídico. Un informe firmado por Leonardo G. Rodríguez (del estudio Marjal, O´Farrel & Maizal) indicaba que la sanción de una ley de tal magnitud era ilegal. Cabe recordar que, además de Río Negro, han tomado decisiones similares Chubut (2003), Tucumán (2007), Mendoza (2007), La Pampa (2007), Córdoba (2008) y San Luis (2008). La Rioja se asoció en el 2007 pero al año siguiente derogó dicha prohibición.

Sostenía Rodríguez en su informe que "la prohibición del uso del cianuro en el proceso extractivo de metales conlleva la prohibición de esa actividad ya que en la actualidad no existe ningún método más eficaz que el cianuro en el proceso de separación del metal de la roca. Por lo tanto, esa prohibición impide el ejercicio de una actividad lícita (artículo 14 de la Constitución nacional)". Acotaba además que las leyes provinciales que reglamentan el ejercicio de la actividad minera no pueden regularla hasta el punto de prohibirla, ya que ello implica una alteración sustancial de la normativa federal (artículos 75 inciso 12, 31 y 28 de la Constitución nacional). Por último, resaltaba que "las normas en cuestión conculcan el derecho de propiedad (artículo 17 de la Constitución nacional) de todas aquellas compañías y mineros que se encontraban explotando sus minas y para ello utilizaban el proceso de lixiviación con cianuro. Lo mismo puede decirse de quienes contaban con permisos de exploración y se encontraban realizando inversiones tendientes al descubrimiento de metales, en la medida en que también se ha visto frustrado su derecho de explotar los yacimientos que descubrieran. En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene dicho que el derecho adquirido bajo una determinada normativa no puede ser modificado por una ley posterior".

 

"No todo lo que brilla..."

 

Entre los que se oponen al uso de cianuro en minería están las asociaciones ecologistas, a las que se suma parte de la población en aquellos sitios en los que pretenden instalarse las multinacionales.

Dice Greenpeace en su informe "No todo lo que brilla es oro" que la minería aurífera continúa extrayendo del planeta un metal del que existen grandes reservas. Este hecho obliga a analizar la necesidad real de seguir dañando el ambiente y amenazando medios de vida de comunidades enteras a cambio de la extracción de un recurso no renovable. Concluye el trabajo que los riesgos y costos reales de este tipo de emprendimientos mineros son demasiado altos.

Cuburu es directo y duro al respecto. Sostiene que "los fantasmas creados nunca provienen de las comunidades autóctonas involucradas sino del lavado de cerebro que ha utilizado el ambientalismo ante la ignorancia".

Para él, "las multinacionales ecologistas detectan y difunden problemas ambientales, son campañas socio-políticas que no resuelven nada de la problemática de la naturaleza, salvo honrosas excepciones".

Y va más allá para indicar que "todo el dinero que recaudan por contribuciones y donaciones lo vuelcan a extraordinarias campañas publicitarias con cipayos mediáticos que luego se creen salvadores del planeta y del ser marginal, Pino Solanas, Julieta Díaz, León Gieco, Julián Weich, Marcela Kloosterboer, los hermanos Pauls, todos muy queribles en la ficción pero en la realidad productiva nada de nada. Este fantástico trabajo publicitario entra en el inconsciente de la gente para generar la red del inconsciente colectivo, entonces parecerían muchos, pero no es así: hacen mucho ruido y son muy pocos... eso sí, muy mediáticos".

Según él, todo esto es "un libreto fantásticamente creado, con aristas muy complejas, todo importado del manual greenpeaciano y de las reglas del neodarwinismo social o eugenismo donde se fundan el racismo y la discriminación".

 

El uso del cianuro

 

Pero vayamos al considerado el malo de la película. En la actualidad la producción de cianuro a nivel mundial alcanza los 1,5 millones de toneladas. Más de 500 minas en todo el mundo lo utilizan para la recuperación de oro y plata.

Las cifras destacan que la actividad minera sólo hace uso del 13% del total producido, mientras que las industrias del plástico, nailon y acrílicos ocupan alrededor del 80% del volumen elaborado. Y estas últimas suelen estar ubicadas en medio de conglomerados urbanos sin recibir quejas de ningún tipo de la población que las circunda.

Aquí hay otro punto fuerte para los defensores del uso de cianuro en la minería. Ellos estiman que, si el problema es la sustancia en sí, el sentido común indica que tendría que ser prohibida en todas las actividades industriales, cosa que no se hace. Para Cuburu esto es "una fantástica patraña diseñada para impedir el desarrollo del Tercer Mundo, en donde el cianuro es una variable de múltiples variables que tratan de mantener el crecimiento en el freezer".

 

Otras fuentes

 

En un viaje realizado a la provincia de San Juan y consultado sobre el nivel de peligrosidad en el uso de cianuro en minería, el gerente de DuPont, Jean Jacques Covos, indicó: "No puedo decir que es como el azúcar en una tacita de café, pero el manejo ordenado es tremendamente útil para la producción minera". Y a renglón seguido aclaró que no había registros de accidentes fatales por cianuro en 100 años de actividad minera.

Quizás aquí, en el manejo ordenado, radica una de las principales preocupaciones de los que están en contra de su uso, teniendo en cuenta que los controles en la Argentina suelen ser más bien laxos, por no decir inexistentes.

Tampoco ayudan algunos antecedentes.

En abril del 2006 este diario publicó que un camión que transportaba sustancias "supuestamente peligrosas" desde la zona donde se desarrollaba el Proyecto Calcatreu hasta Comodoro Rivadavia había sido detenido en Esquel luego de que un grupo de vecinos alertara a la policía y a la fiscalía de esa ciudad chubutense. El recorrido del rodado por las rutas de la zona llamó poderosamente la atención ya que había hecho 400 kilómetros en territorio chubutense por la Ruta Provincial 72, atravesando el Parque Nacional Los Alerces en un día domingo, en lugar de utilizar la Ruta Nacional 40 que era el camino más corto.

Es evidente que en el desarrollo de este tipo de industrias no existe el riesgo cero, un concepto válido y aplicable a todas las ramas industriales de la actualidad.

El método de lixiviación es, según los expertos, el más seguro que hay siempre y cuando se apliquen las normas de seguridad vigentes. Dichas normas están contempladas en el Código Internacional para el Manejo del Cianuro (www.cyanidecode.org), que busca evitar riesgos, accidentes o incidentes en cualquier lugar donde se extraiga oro utilizando el método de cianuración, aunque en su portada se aclara que el cumplimiento del código es "totalmente voluntario".

Dice el ingeniero Roberto Tronelli en su informe a los legisladores rionegrinos: "Los que pensamos que puede hacerse minería compatibilizando su accionar con la sustentabilidad de las demás actividades y la vida, tenemos la obligación social de comunicarlo, señalando que existen la factibilidad técnica de realizarlo, los planes ambientales para conducirlo, la factibilidad de control y participación, la existencia de planes de contingencia de riesgos con alertas tempranas, los planes de remediación y de atención al cierre de los emprendimientos mineros". Y remata: "Creo que la minería aparece para nuestra provincia y el país como un factor de desarrollo que potenciará las actividades tradicionales, logrando aumentar la diversificación de los recursos, aumentando con ello la estabilidad del sistema económico en los tiempos de baja de algún sector de la producción, y como creador de riqueza. Esto pondrá en manos de los organismos de nuestra sociedad organizada la responsabilidad de elaborar las regulaciones adecuadas para que la distribución de ese aumento de la riqueza alcance a todos los habitantes de nuestro país".

Para muchos, sus conceptos sonaron -suenan- convincentes. Del otro lado están los que se oponen. Lo dicho, el acuerdo está lejos.

 

MIGUEL VERGARA



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