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Siete décadas de aviación civil
La antigua pasión por los vuelos en Bariloche. El primer aeródromo fue creado en 1937.

La historia de la aviación civil lleva más de siete décadas en Bariloche, con epicentro en la zona este de la ciudad. El "Aeródromo Nahuel Huapi" (ANH) fue el primer aeródromo reconocido oficialmente como tal. Se ubica a 12 kilómetros de la ciudad, por la ruta 40 norte, en dirección al este, antes de llegar a Dina Huapi. Fue utilizado desde el año 1937 con vuelos experimentales hechos por la aviación del Ejército. A mediados del año 1939 aterriza el primer Junker Ju-52/3m en una pista preparada por pobladores de la ciudad a pedido del teniente Juan Francisco Frabri, en inmediaciones de la estancia "El Cóndor". Esto permitió que a posteriori, Aeroposta Argentina gestione la compra de las tierras para instalar en forma definitiva el aeródromo local.

Para prepararlo se usaron métodos rudimentarios. Contaron con una rastra remolcada por un pequeño tractor para el desmonte del área que luego fue delimitada por tambores pintados de blanco. La pista sigue siendo de tierra y tiene unos 1000 metros de largo. Para señalizarla e indicar la procedencia de los vientos se quemaban pastizales en tambores.

Con el tiempo estos vuelos se volvieron habituales, partiendo los días lunes a las 7 desde Palomar (en la provincia de Buenos Aires) haciendo escala en Santa Rosa y Neuquén. El vuelo llegaba a Bariloche hacia las 14 para luego partir hacia su destino final, el aeropuerto de Esquel, donde aterrizaba a las 15:30. Para esto los empleados de Líneas Aéreas del Sud Oeste debían estar a las 6 de la mañana en el aeródromo local, donde recibían mediante el telégrafo el aviso de la partida del Junker trimotor desde Palomar.

El vuelo regresaba a Buenos Aires los miércoles, saliendo de Bariloche a las 9:45. Esta empresa empezó su servicio regular el 4 de septiembre de 1940. En el año 1945 se une con LANE (Líneas Aéreas del Nor Este) para conformar LADE (Líneas Aéreas del Estado).

Los empleados los llevaba en un principio un jeep destartalado, luego un colectivo que en varias ocasiones los pasajeros debieron empujar debido a las nevadas y también se acercaban a su trabajo en forma particular con su propio auto o taxi. Trabajaban en dos turnos, uno por la mañana y otro por la tarde, y siempre había alguien de ordenanza que se ocupaba de la limpieza y de la cocina.

El aeródromo contaba con la torre de control de planta baja y tres pisos. En un principio la torre era un simple mangrullo y al lado estaba la casa del encargado. En 1952 personal de Fuerza Aérea lo revistió de madera de ciprés y construyó las habitaciones. Allí funcionó la estación de radio, un depósito, oficina de meteorología y oficinas varias. Afuera de la construcción y hacia el oeste de la misma se encontraba la estación meteorológica rodeada por un cerco blanco.

Fuerza Aérea también construyó el aserradero y una carpintería en la zona donde hoy se encuentra la escuela Industrial en el barrio Ñireco, para preparar el material que se utilizó en la torre. Desde lo alto de la torre se podía ver el camino de ripio que se dirigía hacia Neuquén y cruzaba el río Ñirihuau por un vado.

El edificio de la aeroestación, construido como casa prefabricada, contaba con sala de pasajeros, plan de vuelo, cocina, dos baños e instalaciones de radiotelegrafistas. La curiosidad de esta construcción es que todos los aeródromos de la Patagonia fueron diseñados en forma idéntica, construidos con los mismos materiales. No obstante, el único aún en pie y en condiciones de ser habitado es el ubicado en el Aeródromo Nahuel Huapi. Esto es gracias al mantenimiento de los socios del Club Planeadores Bariloche, ya que desde su creación el club funciona con su sede en el mismo edificio. Las paredes del exterior son placas cementicias y el interior está revestido de cartón prensado.

Hacia el sur de los edificios se sitúa la usina en la que había un motor General Motors a gasoil que generaba energía eléctrica para los sistemas de radio e iluminación y las otras instalaciones. Aún se conservan de la instalación eléctrica conductores de tela y goma y cable bajo plomo. En un principio esta construcción era de madera y el techo de chapa, pero a mediados de la década del 50 se quemó en su totalidad y fue reconstruida con materiales, con un anexo de taller hacia el oeste. Hoy en día este edificio es utilizado por el Club Planeadores Bariloche como depósito.

Todos los edificios tenían sus característicos cuadros rojo y blanco pintados en el techo para indicar inmuebles del aeródromo.

Este aeródromo fue utilizado por distintas líneas aéreas comerciales y vuelos particulares hasta el año 1963 en el que se traslada a la zona donde actualmente se encuentra el aeropuerto internacional. A partir de entonces el ANH quedó destinado a uso de los clubes que allí nacieron, Club Planeadores Bariloche y Aeroclub Bariloche, y a vuelos particulares.

Desde 1942 funciona en el predio el Aeroclub Bariloche y desde 1954 el Club Planeadores Bariloche. Durante la década del 50, los días domingos, concurrían los socios del Club de Aeromodelismo Petrel, para probar sus aviones a escala que construían en sus casas durante la semana. Iban en camión de Parques Nacionales o en bicicleta, y el grupo estaba integrado por niños y adultos apasionados al vuelo. Utilizaban madera balsa, papel japonés y un pegamento llamado dope. Viajaron a Mar del Plata y volvieron con trofeos por sus modelos.

En 1997 la municipalidad de Bariloche declaró a la torre de control patrimonio histórico municipal.

En los últimos dos años el Club Planeadores Bariloche está llevando adelante un trabajo de recopilación de documentación y anécdotas del Aeródromo Nahuel Huapi ya que, con la idea de crear un museo aeronáutico en la planta baja de la torre. Además de haber emprendido la tarea de restaurar los tres edificios que componían el aeródromo hoy ubicados en el terreno del club. El ANH fue y es para muchos un lugar de trabajo pero también un lugar de encuentro, de hermosos recuerdos que valen la pena ser conservados.

Las tareas del museo están coordinadas por Paula Cánepa (02944-15-503430) y tiene su sitio en internet: www.clubpla neadoresbari.com.ar



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