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Coco regresa
Nueva mirada a Channel a través de su relación con Stravinsky.

Parece como si Coco Channel estuviera celebrando su tercer "regreso". El primero fue en 1954, cuando reconquistó el mundo de la moda a sus 71 años. El segundo, en 1989, cuando el diseñador Karl Lagerfeld insufló aire fresco a su entumecida casa de moda. Y ahora, casi 30 años después de su muerte, la fundadora de la marca vuelve a estar en boca de todos. Y por los canales más diversos: la moda, la literatura, el cine y la cosmética.

El "boom" comenzó ya el año pasado con el estreno de "Coco avant Chanel", protagonizada por Audrey Tatou. Tras el filme no sólo las páginas de las revistas se llenaron de modelos "à la Coco" sino que el corte de pelo de Tatou se convirtió en uno de los más imitados.

El reputado modisto belga Dries van Noten también se ha inspirado en ella para sus zapatos bicolores. Incluso la elegante colección "Tenis" de Jean-Paul Gaultier sigue la idea de Chanel.

También en la pasada edición de Cannes se estrenó "Coco Chanel & Igor Stravinsky", pero quizá más interesante que el filme sea la novela del escritor británico Chris Greenhalgh "Coco and Igor", en la que se basa la película.

Manteniendo la expectación y aportando numerosos matices, el texto recorre el largo y más bien desapercibido "affaire".

A través de la relación con el músico, Greenhalgh muestra qué es lo que movía a Coco: el hambre de reconocimiento, la nostalgia del amor y la sensación de haber encontrado un alma gemela.

La relación con Stravinsky, a principios de los años 20, suele ocupar un segundo plano en las biografías de Coco. Pero cuando Chanel murió en 1971, junto a su cama, había un ícono que él le había regalado medio siglo antes. Justo aquello fue lo que inspiró a Greenhalgh. "No me puedo imaginar que ella no pensara en él cuando estaba muriéndose. Y en ese momento ella ya sabía lo importantes que ambos fueron para el siglo XX".

Chanel no reconoció el romance hasta relativamente tarde, en una conversación con el escritor Paul Morand. "Claramente, en sus últimos años Igor estuvo presente en sus pensamientos".

Chanel apoyó económicamente a Stravinsky y lo hizo de manera picante. En 1920, el músico vivía en la villa de la modista en Garches, en las afueras de París, con su esposa Yekaterina y sus cuatro hijos. Según el libro, es aquí donde se entabla la relación erótica entre Coco e Igor. Yekaterina, con su débil sa-lud, es la tercera en discordia. Y aunque muchas escenas son inventadas, se basan en fuentes bien documentadas.

"En última instancia -dice Greenhalgh- Chanel sigue siendo una mujer llena de secretos. Pero a mí me interesaba sobre todo la armonía entre la simpatía imaginaria que compartía con Igor". (DPA)



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