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Boca sufre, el Lobo sueña
El Xeneize cayó en el Bosque ante un Gimnasia (0-1) que lucha por zafar de la Promoción.

Con orden y sacrificio, con un golazo, el del colombiano Marco Pérez, y también con las facilidades que le otorgó un rival que no jugó a nada, Gimnasia venció a Boca (1-0), por lo que sueña y espera con salir de la Promoción.

Boca volvió a ser el mismo equipo inexpresivo de siempre. No tuvo orden ni claridad ni peso ofensivo y su defensa, con la excepción de Claudio Morel Rodríguez, dio todas las ventajas posibles.

Lento, impreciso, por momento mal jugado, resultó el primer período, aunque dentro de ese panorama Gimnasia fue un poco mejor que Boca. Al equipo de Diego Cocca le alcanzó con dominar la zona media de la cancha, con el quite de Fabián Rinaudo, las corridas del chileno Alvaro Ormeño por derecha, y la "ayuda" que le dieron los volantes y, especialmente, los defensores de Boca.

Pero si el 0-0 no pudo ser quebrado fue porque en gran medida Stracqualursi y Pérez estuvieron peleados con el arco, y por alguna que otra intervención de Javier García.

El arquero de Boca evitó la caída de su valla en dos ocasiones. Primero al ganarle un mano a mano a Stracqualursi y después ante un remate de Ormeño, pero nada tuvo que ver cuando Pérez, totalmente solo en la puerta del área chica, se tiró en palomita y envió la pelota por arriba del travesaño.

¿Y Boca? Prácticamente no jugó. Su defensa hizo agua por derecha e izquierda (Fabián Monzón tuvo un primer tiempo terrible), en el medio Gary Medel y Cristian Erbes le hicieron sombra al rival y Federico Insúa estuvo ausente.

El camino del gol

Poco cambió con la llegada del segundo capítulo, pero a diferencia de la primera etapa, Gimnasia supo meter la pelota dentro del arco de Boca. Corrían 13 minutos, cuando, desde la izquierda, cayó un centro sobre el área de Boca. Sebastián Romero metió un cabezazo bajo, Ezequiel Muñoz rechazó deficientemente y Pérez ejecutó una chilena y mandó la pelota al fondo de la red.

Cuando llegó el primer centro, el colombiano se tiró al piso buscando el penal, pero los defensores reaccionaron con tal lentitud, que después tuvo tiempo de levantarse para ir en busca de la revancha. Así defendió Boca.

El ingreso de Guillermo Marino le permitió al Xeneize tener la pelota y hasta una chance de gol (un cabezazo del volante que dio en el palo izquierdo), pero no más.

El Lobo consiguió un triunfo que lo invita a soñar. Boca perdió lo poquito que había encontrado siete días atrás ante Arsenal.



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