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La reconstrucción de Chile demandaría más de u$s 30.000 millones
Empresas argentinas podrían participar en las actividades con mayores demandas, entre ellas la alimenticia, siderúrgica, del plástico, naval, farmacéutica, insumos hospitalarios, edificación y equipamiento para el hogar.

Las relaciones comerciales de Chile con el exterior debieron redefinirse por los daños provocados por el terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter, que afectó el centro y sur de Chile en la madrugada del 27 de febrero pasado, y sus secuelas en la producción, transporte y logística. Semejante situación obligaría a aumentar momentáneamente las importaciones de materias primas y las tercerizaciones productivas para sustituir las pérdidas. Con campañas publicitarias, se tratará de recuperar la afectada imagen de Chile y evitar que potenciales turistas elijan otros destinos.

La Argentina constituyó en los últimos años el primer destino de las inversiones directas en el extranjero de la nación trasandina: superaron los 14.800 millones de dólares, en tanto la balanza comercial le resultó desfavorable (ver cuadro). Alrededor de 1.800 empresas chilenas concretaron operaciones hacia aquí y más de 4.000 locales exportaron hacia allí.

Chile es uno de los principales mercados para las ventas argentinas: en el 2009 alcanzaron los u$s 4.418 millones (un 6% menos respecto del 2008), mientras las importaciones quedaron en 665 millones (-30%). No obstante, el intercambio mantuvo un saldo positivo para la Argentina: 3.753 millones.

La Argentina envió plantas potabilizadoras de agua, grupos electrógenos y un hospital militar reubicable de doce módulos, con 54 médicos, cirujanos y técnicos.

Cuando el 1 de marzo pasado todavía era presidente electo de Chile, Sebastián Piñera sostuvo que reconstruir las zonas afectadas exigiría más de 30.000 millones de dólares, alrededor del 15% del Producto Interno Bruto (PIB). Consideró, además, que la fortaleza económica contribuiría a la recuperación, teniendo en cuenta los superávits fiscales de los últimos años. Especial importancia asignó al Fondo de estabilización del cobre (FEC), previsto para afrontar eventuales caídas de su cotización y que acumula utilidades provenientes de las exportaciones del metal.

Varias consultoras coincidieron en que las pérdidas ascenderían a la citada suma expuesta por Piñera. Una de ellas, Eqecat, que colabora con aseguradoras para delinear modelos sobre los riesgos de catástrofes, advirtió que podría elevarse si se aplicaran procedimientos más recientes y costosos. Sin embargo, para el banco de inversión IM Trust las pérdidas equivaldrían al 2% del capital físico del país y representarían unos 8.000 millones.

Sin considerar las mermas en la producción, Tomás Izquierdo, economista de Gémines Consultores, consideró que por lo ocurrido con las infraestructuras privada y pública exigirían 8.795 millones, de los cuales el Estado chileno sólo tendría que hacerse cargo de 3.700 millones, porque no tendría que reconstruir el 75% de las viviendas, ya que las sociales que se derrumbaron fueron las menos: el 25%. Si se agrega eso al 100% de la infraestructura pública y se le restan los 1.250 millones de los seguros involucrados -según el anterior gobierno-, los requerimientos ascenderían a 2.400 millones a desembolsar en 2 ó 3 años. Para cubrirlos, Izquierdo recomendó vender parte de las empresas prescindibles y recortar "grasa" en partes del presupuesto. Y, si se necesitara más, emitir un poco de deuda externa o utilizar recursos del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES).

Antes de la catástrofe, en el Banco Central chileno estimaron que el PIB crecería este año el 5,5%, tras contraerse el 1,9% en el 2009. Después, admitieron subas de precios por lo ocurrido y que aplicarían una política monetaria para "mantener la inflación en el 3% en un horizonte de dos años".

Las primeras tareas -según determinados funcionarios demandarían 2 años y para otros 4- fueron encaradas por los ministerios de Planificación, Educación, Economía, Trabajo y Salud para:

? Entregar 25.000 tiendas de campaña importadas desde China, de 25 metros cuadrados cada una.

? Unas 40.000 soluciones habitacionales de emergencia, acordadas con la organización Un Techo para Chile y las municipalidades, cuando ya se habían entregado 20.000 gracias a lo recaudado en la campaña "Chile ayuda a Chile".

? Garantizar, a través del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis), un estándar mínimo de calidad a las familias que reciban soluciones de emergencia (aislación térmica, colchones, batería de cocina y un kit eléctrico).

Tiendas y soluciones se consideran complementos y no sustituyen las alternativas definitivas en las que actúa el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Quienes vieron afectadas sus unidades habitacionales, comenzaron a registrarse en los municipios a los que pertenecen, en las entidades de gestión inmobiliaria (Egis) acreditadas o en las oficinas regionales del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu). Inicialmente, se contemplaron subsidios por el 62% del total para reconstruir 133.994 dañadas o severamente destruidas. Los mismos ascienden al 100% de los conjuntos Serviu, al 73% de las casas de adobe urbanas y rurales y al 70% de las dañadas en sectores costeros. Otro beneficio corresponde a reparaciones de 61.956 viviendas.

"Entendemos que la clave es el sentido de urgencia y las soluciones tienen que venir lo antes posible", reconoció Camila Merino, titular de Trabajo y Previsión Social, al anunciar los primeros 13.000 nuevos empleos de emergencia para la región del Bío Bío.

La cartera de Educación, a su vez, aprobó medidas para la recuperación de las clases, la creación de un fondo de reparación de colegios municipales y becas de mantenimiento y transporte durante seis meses a estudiantes de educación superior, complementarias de cualquier otra que ya tuvieran.

En el Día Mundial de la Salud, el 7 de este mes, Piñera asumió el "firme compromiso" de realizar doce hospitales definitivos, incluso en regiones no perjudicadas, para lo cual comprometió una inversión de u$s 2.300 millones durante los próximos años. Jaime Mañalich, ministro de Salud, calculó que antes de julio el sistema público tendrá mil nuevas camas habilitadas en hospitales modulares, pero no ocultó que en el próximo invierno habrá un déficit de 4.000. Al mismo tiempo, se duplicará la capacidad asistencial en salud mental e incrementará en un 20% la cantidad de psicólogos en el sistema público.

"Chile unido reconstruye mejor" es la denominación elegida por Piñera para el megaplan. Simultáneamente con su visita oficial a la Argentina, el 8 del corriente, se reunieron unos 200 empresarios locales con funcionarios de ambas naciones y muchos de ellos decidieron viajar a Chile para compenetrarse de las necesidades y proponer alternativas de cooperación. Los precedieron técnicos de la Federación de la Industria Naval Argentina (FINA) quienes retornaron con la información de que adquirirían 600 barcos, en su mayoría pequeños, por lo que transmitieron esa novedad a la Cámara Argentina de Constructores de Embarcaciones Livianas (Cacel).

A su vez, desde la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) señalaron que asociados con oficinas en Chile estudian qué viviendas prefabricadas hacen falta y lo vinculado con las escuelas y los hospitales.

Una propuesta para que todas las exportaciones industriales sean eximidas durante un año de los pagos de derechos de exportación y que la banca estatal otorgue créditos a plazos y con tasas de interés acordes con la situación trasandina fue planteada por Caddiel (Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas, Luminotécnicas, Telecomunicaciones, Informática y Control Automático).

Al analizar las autoridades chilenas dónde se originarían las mayores demandas, mencionaron las actividades alimenticia, siderúrgica, naval, del plástico, farmacéutica, insumos hospitalarios, edificación y equipamiento, sin olvidar que la Argentina es un proveedor clave de combustibles.

 

MIGUEL ANGEL FUKS
miguelangelfuks@yahoo.com.ar



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