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Diferentes estadísticas sobre la producción de libros en la Argentina El país será | ||
Es la primera actividad que cae durante una crisis y también la primera que se recupera cuando ésta se revierte. Aún se aguarda la ley que permita crear el autárquico Instituto Nacional del Libro Argentino (INLA). | ||
Festejar con libros 200 años de historias" es el lema de la 36ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que se inaugurará en el predio ferial de la ciudad dentro de ocho días. Publicitada como "la más grande de su tipo en el mundo de habla hispana", atraería más de 1,2 millones de visitantes como en el 2008 (en el 2009 fueron menos) y lograría un nuevo récord de ventas. Simultáneamente se desarrollarán las habituales actividades para más de 10.000 autores, científicos, educadores, agentes literarios, traductores, ilustradores, gráficos, editores, distribuidores, libreros y bibliotecarios. Esto se prevé cuando con retraso se supo que la cultura nacional -libros, revistas, diarios, cine, televisión, teatro, video, internet, radio y publicidad- aportó en el 2008 el 3,27% del Producto Bruto Interno (PBI), según un informe del Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca). Esa proporción equivale a más de 12.530 millones de pesos, un 17,2% más respecto de los 10.693 millones del 2007. La contribución de los libros al PBI fue del 0,025% y en el 2008 creció por quinto año consecutivo, confirmando lo expresado en alguna oportunidad por el editor Carlos Pazos: "La industria del libro es la primera que cae durante una crisis y también la primera que se recupera cuando la situación se revierte". Según el citado informe, el sector facturó 1.172,6 millones de pesos y alcanzó una producción récord de casi 97,1 millones de ejemplares, aunque con 22.878 títulos editados frente a 23.400 del 2007. En el 2008, además, disminuyeron las tiradas de un promedio de 5.000/6.000 ejemplares en el 2007 a 2.600/2.900 en el 2008. Entonces existían para el organismo dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación 450 editoriales activas, en su mayoría pequeñas y medianas empresas (pymes). Sin embargo, la Cámara Argentina del Libro (CAL), que es administradora de la agencia local del International Standard Book Number (Isbn), documentó que en el 2008 las tiradas de las novedades totalizaron 82,5 millones de ejemplares, con 20.038 títulos, frente a 22.245 del 2007. La tirada promedio fue de 4.175 ejemplares y de 6.000 los editados por el Estado, que representaron menos del 1% del total. En cuanto a las ediciones de autor, representaron el 8% del registro, con un promedio de 500 ejemplares cada una. Durante el período de marras tuvieron actividad 2.285 de las editoriales inscriptas en el ISBN, el 83% con menos de 10 títulos. Las traducciones representaron el 4% de la producción total y el 55% de las mismas se hicieron del inglés, el 17% del francés y el 28%, de otros idiomas. La Cámara de Diputados de la Nación aprobó en noviembre pasado un proyecto de ley que redactó un par de años antes Jorge Coscia, entonces diputado nacional por el Frente para la Victoria y actual secretario de Cultura de la Nación, y que firmaron también sus colegas Silvia Vázquez, Héctor Recalde, Agustín Rossi y Claudio Morgado (ahora al frente del Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia, Inadi). El proyecto fue apoyado por la CAL y la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP) y de ser aprobado por el Senado crearía el autárquico Instituto Nacional del Libro Argentino (INLA) para "el cumplimiento de la ley 25446 y de todas aquellas normas que fomenten la producción y lectura" y la sanción con multas de "la reprografía ilegal y la falsificación editorial". Aparte, promovería "el acceso igualitario al libro de bibliotecas públicas, populares, escolares, universitarias y sindicales". Mediante el Fondo Nacional del Fomento del Libro y la Lectura se concederían créditos y subsidios para ediciones, traducciones y ventas en el exterior. Las empresas podrían descargar, incluso, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) pagado en el proceso productivo a cuenta de gravámenes nacionales y el 30% restante sustentaría la entrega de subsidios y créditos por parte del INLA. En el 96% de los títulos, la producción gráfica se hizo en la Argentina, el 1,4% en China y el 2,6% restante en otros 23 países. La consultora PricewaterhouseCoopers reveló, en el último trimestre del 2009, que cada uno de los habitantes del país invertía en promedio 6 dólares al año en libros, equivalentes en ese momento a más de 22 pesos. Entre quienes trabajaban en el Plan Nacional de Lectura de Ministerio de Educación de la Nación interpretaron que si esos datos fueran tan reales, "no se entiende que en la Argentina se publiquen 22.000 novedades editoriales por año y las librerías roten 1.600 títulos por mes". El 69% del comercio mundial del sector se repartió en el 2008 entre Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia y China, observó la Fundación Export.Ar. La Argentina quedó en el vigésimo primer lugar, con exportaciones de todos los géneros por 94,3 millones de dólares, destinadas principalmente a Brasil, México, Uruguay, Chile, Venezuela y Paraguay (en la décima ubicación figuró Estados Unidos, uno de los más grandes importadores). Desde el 2000 hasta el 2008 tales operaciones subieron el 45,7% interanual, pese a que en el 2007 y el 2008 se redujo la tendencia como consecuencia de la crisis global. En cuanto a los orígenes de las importaciones, España siguió ocupando el primer lugar, con aproximadamente el 35%, seguida por China, con más del 15%. El principal soporte de la producción fue -es- el papel, utilizado en el 96% de los títulos, según la CAL. O sea que sólo el 4% fue registrado con soporte distinto, mayormente en formato electrónico ("e-books"). Estos libros todavía no impactaron en las ventas como para afectar las rentabilidades de las editoriales, pero van ganando espacio. Mientras tanto cada vez más autores y editores consideran las posibilidades del nuevo formato y los avances tecnológicos de los imprescindibles "lectores digitales" que permiten leer "e-books". De estos dispositivos, en la Argentina durante el 2009 se vendieron 2,2 millones, cuatro veces más que en el año precedente, y para este 2010 se pronosticó colocar 5 millones, según organizadores de la International Consumer Electronic Show (CES), la muestra de productos electrónicos efectuada en Las Vegas (Estados Unidos) del 7 al 10 de enero pasado. El futuro de la industria editorial y la actividad minorista ya provoca enfrentamientos que involucran a las más grandes empresas digitales del mundo, es decir Amazon, Apple y Google Inc., en tanto proliferan los lanzamientos de esos "lectores..." o "tabletas informáticas". La puja se desencadenó por los precios ya que Amazon cobra 9,99 dólares por los títulos más vendidos. La española www.leer-e.es, creada en el 2005, por ejemplo, ofrece más de 100.000 descargas a 2 euros los títulos clásicos y 20 los diccionarios, pero algunas son gratuitas. La incorporación de videojuegos educativos a los textos fue destacada por Tinta Fresca, del Grupo Clarín, que publicó libros de matemática, lengua y ciencias sociales y naturales con juegos interactivos para chicos de 6 a 12 años, y no exigen conexión a internet. Un problema que comenzó en la ciudad de Buenos Aires y se expandió aceleradamente al interior es el de la venta de novedades "piratas" -sobre todo novelas y ensayos- a precios accesibles. Con tiradas de entre 2.000 y 8.000 ejemplares por título, aparecen por calles, ferias y plazas antes que en las librerías. Entre el 18 y el 20% de los best sellers fue "pirateado" en el mercado negro, calculó la CAP, que planteó que se trata de un "fenómeno" que "está consolidándose en la Argentina, ha pegado un salto cualitativo y empieza a amenazar la estabilidad de la industria editorial". Esto no es algo exclusivo de la Argentina y América Latina y en los últimos años perjudicó obras de Gabriel García Márquez y J. K. Rowling (autora de los libros de Harry Potter), por citar dos de los más "pirateados" en otras partes del mundo. Planeta y Santillana fueron las primeras editoriales en alertar de "la existencia de libros adulterados que se comercializan en las principales ciudades de nuestro país, en especial en la costa atlántica", e hicieron las denuncias penales pertinentes. Pero esta "piratería" no es el único problema. Los libreros se mantienen siempre en alerta para que no les roben aquellas obras que más venden. La "tabla de posiciones" la lideran las del filósofo francés Michel Foucalt, el uruguayo Eduardo Galeano y Borges, que se ofrecen en sitios on-line en internet y en puestos en calles, ferias y plazas de cada vez más ciudades. El Paissera invitado de honor en la feria del libro La Feria del Libro de Frankfurt (Alemania) es la más grande de su tipo en el mundo y está destinada fundamentalmente a unos 250.000 editores, agentes literarios y otros actores de la industria editorial, además de cerca de 12.000 periodistas de 90 países. Cada año un país participa como "invitado de honor" y presenta no sólo su potencial editorial sino también otras expresiones culturales, artísticas y científicas e incluso sus riquezas naturales y propuestas industriales, comerciales, turísticas y deportivas. Esa elección recayó en la Argentina para la edición 2010, entre el 6 y el 10 de octubre próximo, en coincidencia con su celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Esa participación fue declarada de interés mediante el decreto 1316/08 del PEN, que dispuso la creación de un comité organizador. Lo preside la embajadora Magdalena Faillace -por resolución 1607 de Jorge Taiana, ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto- y lo integran representantes de diversas áreas gubernamentales y de las cámaras argentinas del Libro y de Publicaciones, la Sociedad Argentina de Escritores y de la Fundación El Libro, quienes ya mantuvieron reuniones incluso con integrantes de universidades, medios de comunicación, organizaciones y artistas. Si bien en principio algunos tuvieron la idea de que en el pabellón local se destacaran como personalidades del país a Borges, Gardel y Maradona, después pareció optarse por José Hernández y su "Martín Fierro", Borges y Cortázar. |
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