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Con aires ingleses
La artista plástica y decoradora Dolores Rosner remodeló esta casona inglesa situada en el barrio del Tigre respetando su carácter original pero sumándole más toques de distinción.

Dolores Rosner, artista plástica y decoradora, es una mujer de ideas claras y rápida resolución. A ella no le asustan las reformas ya que consigue hacerlas en un tiempo récord: el reciclaje de esta casa del 1910 fue realizado en tan solo cuatro meses.

La propiedad, de marcada arquitectura inglesa, está rodeada de un magnífico parque de 1700 m2 con una pileta con forma de tanque australiano. Sus clientes la compraron "bastante caída" pero Dolores se encargó de devolverle su belleza original. Los cambios fueron importantes, siempre manteniendo el espíritu de la casa. Hicieron de cero baños y cocina; se cambiaron todos los caños y los cables de la electricidad; se restauraron molduras; le quitaron la pintura a ventanales y puertas para que se viera la pinotea original; pulieron los pisos de mosaicos y calcáreos y arreglaron los techos. "El objetivo fue mantener el estilo inglés adaptado a la actualidad. También le agregamos más funcionalidad. Cuando la construyeron no existían comodidades que hoy necesitamos: por eso, a falta de espacio para guardado transformamos un dormitorio en un gran vestidor; reinventamos un comedor y al tener espacios grandes y alturas importantes nos simplificó la ubicación de los muebles, algunos de tamaño grande, e incluso de diferentes estilos pero logramos una buena composición". En la planta baja hay un hall de entrada, living, comedor, sala de tevé, toilette, cocina y lavadero y una gran galería que oficia de comedor y living en los meses de calor. En la planta alta está el dormitorio principal con vestidor y baño y un segundo dormitorio en suite.

En el jardín, Dolores pintó un mural sobre una de las paredes medianeras, una suerte de trompe l´oeil con grandes plantas y flores multicolores que logran un efecto muy gracioso y por momentos, engañoso. En una segunda etapa llegó el rediseño, que realizó junto a la paisajista Moira Hogg. "Tratamos de armar un jardín inglés pero desestructurado. Dándole importancia a los viejos árboles, a la fuente de agua, a la vieja pileta que supo ser un tanque australiano, dándole toques de intimidad, llenándolo de flores y un poco al estilo del viejo jardín, donde uno tenía que ser creativo para inventar espacios tales como el quincho, la parrilla, la galería", dice.

A Dolores le gusta la deco que mezcla estilos con equilibrio pero con personalidad; los espacios que coquetean con la actualidad pero donde también se cuelan los recuerdos, buscando siempre la comodidad, calidez y funcionalidad. "Fundamentalmente me gusta que se respire arte", explica. Muchas de sus obras están colgadas en diferentes ambientes pero también ha sumado piezas de otras artistas que van en sintonía con los muebles de procedencia española y francesa, los tapices de la India y antigüedades. El resultado final no puede ser más acogedor y amable.



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