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El infierno no hace agua
Media Avellaneda arde. En una jornada signada por la lluvia, el Rojo volvió a ganar y sigue arriba.

Fecha a fecha Independiente va dando muestras de una madurez que invita a sus hinchas a pensar en grande, a pesar de que el Tolo Gallego pide "que la gente no se ponga loca".

La victoria ante Central era imperiosa y es por eso que el mayor mérito del Rojo fue tener la paciencia necesaria hasta encontrar el gol que abrió el partido. El encargado de hacerlo fue Lucas Mareque, quien al comienzo del ciclo de Gallego a mediados del año pasado, fue separado del plantel (luego anmistiado) por el entrenador.

Mareque, como muchos otros, recuperó la mentalidad ganadora que tanto pregona el Tolo, condición fundamental para un equipo quiere estar para grandes cosas. Otro ejemplo de la metamorfosis que ha experimentado este Rojo, tuvo su confirmación ocho minutos del gol de Mareque, en la figura de Leonel Núñez. El (¿ex?) ´Gordo´ reemplazó a Gandín a los 25´ del ST y a los 40´ el delantero que parece haber reconquistado el hambre de gloria, liquidó el pleito con el 2-0 frente a un rival que vino a buscar el empate y cuando se encontró en desventaja careció de respuestas.

Independiente fue superior y generó varias chances para ponerse en ventaja contra nada más que dos de la visita. Hubo un gran funcionamiento de los volantes, a pesar de que las condiciones del campo a causa de la lluvia, no eran las propicias para el juego que propone Independiente.

Ayer, el Rojo tuvo pocos espacios, pero no cayó en la impaciencia. Con el ingresó de Núñez ganó en profundidad y tuvo un buen socio para Ignacio Piatti. Entre ellos inclinaron definitivamente la balanza a su favor.

A mitad de campeonato, Independiente sigue como líder. Su andar es sólido y a pesar de que el Tolo no quiera, los cinco triunfos al hilo inevitablemente incitan al pueblo rojo a soñar con la gloria.



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