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El bife en la mesa de los argentinos ya es historia
Fuerte suba de precios hizo caer el consumo 20%. La falta de carne se hace sentir en el mercado. Se proyecta un 2010 complicado.

La ganadería argentina no va por buen camino.

Las más de nueve millones de cabezas "liquidadas" en estos últimos siete años muestran que el productor sigue desprendiéndose de su hacienda para dedicarse a espacios más rentables, como es hoy la agricultura.

Las consecuencias de esta perniciosa tendencia: no hay carne suficiente en el mercado y los precios se catapultaron, en sólo dos meses, cerca del 40%. El resultado adicional: el desplome del consumo.

El actual escenario era previsible, aunque siempre fue negado desde las tribunas del oficialismo K.

Las políticas de intervención en el mercado, lideradas por el secretario Guillermo Moreno, terminaron por destruir literalmente la ganadería argentina.

Las frías estadísticas avalan estos argumentos. Un reciente estudio elaborado por la Cámara argentina de Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra) detalla que el pronunciado aumento de los precios registrado en enero generó una fuerte caída del consumo total en el mercado interno y el consumo por habitante retrocedió desde 73,1 kg/año en enero del 2009 hasta 59 kg/año en enero del 2010, lo que muestra una caída interanual del 20%.

Para muchos está la sensación de que hay que despedirse, por lo menos por un tiempo, de algunos cortes de carne en la tradicional dieta de los argentinos.

En el primer mes del año la actividad de la industria frigorífica vacuna registró una caída de 16% en relación a enero del 2009. El nivel de faena total fue de 1,1 millones de cabezas.

La escasez de oferta de hacienda disponible para enviar a faena es la que explica, según detalla el informe de Ciccra, la contracción registrada en enero del 2010 y todo indica que este proceso se extenderá al resto del año y al próximo.

El intenso proceso de liquidación de hembras que se observó en los últimos tres años, producto de la política antipecuaria nacional, y la fuerte sequía que se registró en las principales zonas productoras entre el 2008 y el 2009 en conjunto hicieron que se enviara una cantidad extraordinariamente elevada de animales a faena y, al mismo tiempo, se redujeran la disponibilidad de madres y se deterioraran los índices de parición y destete.

Entonces, señala el estudio de Ciccra en otro de sus párrafos, más temprano o más tarde, la fase expansiva del ciclo ganadero se iba a revertir.

A lo largo del 2010 comenzará a experimentarse una nueva fase del ciclo ganadero, producto de la falta de animales suficientes para sostener la faena en torno a los 16 millones de cabezas. En enero la participación de las hembras en la faena total también envió una señal en este sentido, ya que descendió a 46,3%. Éste podría ser el punto de inflexión en la liquidación de vientres.

Si bien es cierto que todavía es muy elevada para afirmar que ingresamos en una fase de retención (el mismo guarismo se registró en enero del 2007), lo cierto es que descendió 1,7 puntos porcentuales con respecto a enero del 2009 (y 1,8 puntos porcentuales si comparamos con enero del 2008), esperando que esta tendencia se profundice para así recomponer los stocks.

Pero esto sólo es posible si se revierte la política antiganadera que esta aplicando el gobierno. Sería ingenuo pensar que la administración Kirchner pueda cambiar su actual relación con el campo, por lo menos en los dos años que le quedan de gobierno a CFK. Las respuestas que ha dado el gobierno nacional a la crisis ganadera siempre fueron regresivas para la actividad.

Sin ir más lejos esta semana, ante la suba de precios de la carne en góndola, Moreno amenazó con cortar las exportaciones para sostener así la oferta en el mercado interno. Este tipo de conductas es la que termina por desanimar al ganadero, ya que en nada cambia cerrar el comercio exterior para el productor y, menos, para el consumidor.

El problema es entonces, por ignorancia o por mala fe, que el gobierno no tiene un diagnóstico claro sobre la crisis que está atravesando la actividad. Y sin diagnóstico acertado es imposible dar solución al tema.

 

Rechazo unánime

Dirigentes del campo, empresarios del negocio de ganados y carnes y hasta legisladores salieron esta semana a rechazar un nuevo cierre de las exportaciones de carne vacuna y afirmaron que esa posible medida no aumentará la oferta del producto en el mercado interno. Sobre el tema y acerca de la mayor afluencia de animales que esperaría el gobierno antes de fines de abril, los actores de la cadena comercial expresaron desconfianza acerca de que se pueda cumplir con ese objetivo.

En esa línea, Ignacio Gómez Álzaga, vicepresidente del Mercado de Liniers y titular del Centro de Consignatarios de Hacienda y Productos del País, se mostró pesimista y dijo que "no se vislumbra mayor crecimiento oferente. No hay motivos para que la oferta se incremente sensiblemente y los feedlots están comprando menos de lo que venden".

Por su parte, Juan Carlos Eiras, presidente de la Cámara de Engordadores de Hacienda, dijo que "tenemos menos actividad porque el capital de trabajo es el mismo, pero la materia prima, que es el ternero, cuesta el doble", así como que la Oncca acumula deudas por compensaciones "desde hace más de nueve meses".

Entre las razones argumentadas por los integrantes de la cadena cárnica comercial, que impedirán bajar los precios de los cortes populares, se destaca el valor actual de la hacienda, que se ubica "entre 2 y 3 pesos por kilo por encima del que supone Moreno", dijeron consignatarios que operan en Liniers.

Entre tanto, el director de Informe Ganadero, Ignacio Iriarte, dijo que los feedlots "están frenados´, así como que se espera "una caída del 25% en la oferta de hacienda, respecto del promedio del 2009, sólo durante este mes", un guarismo que podría elevarse en tanto no se implementen políticas de estímulo al desarrollo de la ganadería vacuna, expresaron desde las entidades del campo.


Especialistas no creen que el mercado se recupere

Adrián Bifaretti y Miguel Jairala, del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) participaron esta semana en el Seminario Ganadería y Compromiso organizado por el Ipcva en Neuquén. Ambos especialistas coincidieron en señalar que el mercado interno atravesará en los próximos meses un período de reacomodamiento de los precios relativos de los productos cárnicos  y que, en ese marco, el ama de casa terminará optando por la carne vacuna tal como lo ha hecho históricamente.

Si bien es de esperar un nuevo umbral de consumo con una disminución de la ingesta de carne vacuna, dado casi obligatoriamente por la menor oferta de carne disponible, también es cierto que cuestiones culturales de fuerte peso en nuestros hábitos alimentarios terminarán inclinando la balanza hacia la compra de carne bovina.

"No será fácil que se den casos de sustitución entre productos cárnicos, en la medida en que no exista una diferencia considerable entre las cotizaciones de la carne y la de las carnes alternativas", sentenció Jairala en parte de su alocución.


Entrevista: Javier González Fraga

En el marco del seminario "Ganadería y Compromiso", organizado por el Instituto Argentino de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, visitó Neuquén el economista Javier González Fraga. En diálogo con "Río Negro", expuso su visión sobre la situación del sector.

-¿Cómo evalúa la política del gobierno nacional para el sector ganadero?

-¿Qué política?, no hay política. Estamos viendo los resultados de la no política, de la improvisación permanente. Cuando sube el precio todo el mundo se asusta, empiezan a los telefonazos. Y las consecuencias están a la vista: los argentinos nos hemos comido las fábricas de carnes, las vacas. Eso significó una pérdida de 4 millones de terneros que hoy deberían ser novillos gordos y por lo tanto hay escasez. Moreno puede dibujar el índice de inflación, pero no alcanza con dibujar un bife, lo queremos tener en el plato de verdad. Pero no es culpa sólo de este gobierno, la Argentina carece de una política ganadera en serio desde hace 50 años.

-¿Cómo se explican los aumentos de precios de los últimos meses?

-Por falta de oferta, los 4 millones de cabezas que no están y una política de estímulo a la demanda sin poner carne en las estanterías... Desde hace 5 años vengo proponien-do que los cortes de exportación subsidien a los cortes para el mercado interno. Esto se hizo muy bien en Uruguay y lo dijo De Angeli hace un año y medio y también los productores. Pero no se hace a escondidas ni con telefonazos sino de manera programada e implementando las reformas colaterales necesarias. Porque para que los exportadores puedan vender en el mercado interno la carne que no es de exportación y los frigoríficos consumeros puedan exportar los lomos y los bifes, hacen falta modificaciones sanitarias, inversiones en frío, modificar la estructura de comercialización para hacerla por cortes.

-¿Qué están haciendo nuestros vecinos?

-Los brasileños, uruguayos, chilenos, con condiciones más difíciles para la cría, han duplicado o triplicado sus stocks, accediendo a mercados y precios impensados para ellos.

-¿Cuál es la situación de las exportaciones?

-Hay más burocracia, ahora hay que convencer a la gente de Moreno de que el que pide el ROE está vendiendo los cortes domésticos a los precios sugeridos. Se desalienta al productor. Hoy la gente no está reteniendo vientres y el que lo hace es por una razón, que también es la mía, por eso sigo apostando a la ganadería, y es que cuando termine de engordar los terneros que están naciendo no va a estar Kirchner en el poder.

-¿Cómo incide el accionar de Moreno en el sector?

-Genera desconfianza, recelos, hay empresas que tienen más acceso a él que otras. Empresarios que lo aplauden porque les gusta su estilo... sospecho que conseguirán alguna clase de ventajas. Pero esto no es transparente para la mayoría de los empresarios. En las últimas semanas hemos visto más muestras no sólo de improvisación sino de arbitrariedades que hacen pensar en corrupción. No creo que el secretario de Comercio se reúna con un par de frigoríficos y que arreglen sus embarques que tenían parados y de repente vendan internamente. Ésa no es la Argentina que yo quiero. Quiero un país en el que todos los productores tengamos las mismas oportunidades.



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