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Alivio en el gobierno: el banco central sale a su rescate | ||
Del pont pondrá a disposición de cfk reservas y mayor emisión.
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El nuevo fracaso de la oposición, el no poder rechazar los pliegos de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), generó alivio en el gobierno nacional. Y no es para menos. La ahora titular de la entidad -en comisión hasta septiembre- es la llave que el gobierno necesita para hacer frente a sus compromisos de deuda externos e internos y una socia estratégica que permitirá compensar los fuertes desequilibrios que presentan las cuentas fiscales para el 2010. A través de su corta historia al frente del BCRA ha quedado claro que Marcó del Pont es una soldado de la causa de los Kirchner. Y la ofensiva que el gobierno inició a fines del año pasado sobre la entidad monetaria se consolida con la designación de esta notable desarrollista al frente de la entidad. La falta de transparencia en el reciente traspaso de las reservas al Tesoro dejó a la luz de la opinión pública un triunfo para el matrimonio presidencial que se traducirá en el mediano plazo en una derrota para toda la sociedad: la independencia del BCRA ya es historia en esta etapa del gobierno. Pero el problema económico de fondo no es el uso de las reservas sino la emisión para financiar al Tesoro con impuesto inflacionario. ¿Por qué se llega a esta situación? Porque el gobierno enfrenta una creciente necesidad de financiamiento para compensar el déficit fiscal de las cuentas públicas. Y el BCRA es uno de los pocos organismos que pueden salir en su ayuda. - En el 2006 el resultado fiscal primario alcanzó los 23.000 millones de pesos, lo que le permitió hacer frente a la deuda en moneda nacional (18.000 millones) mientras que los compromisos externos de deuda pública fueron cancelados con los dólares del comercio exterior y la "ayuda" de Venezuela. -En el 2008 el superávit alcanzó los 32.000 millones, lo que le permitió sostener los pagos de deuda (17.000 millones de pesos y 6.500 millones de dólares) con el aporte de los dólares generados por el comercio exterior y algo menos de Venezuela. -En el 2009 la situación se complicó sobremanera. El combo de suba irresponsable del gasto sumada a la caída de ingresos por efecto de la crisis internacional generó un déficit de caja de 4.400 millones de pesos. El gobierno nacional necesita $ 40.000 millones Este agujero fiscal es generado por algo más de 13.000 en vencimientos de deuda en moneda local y un déficit consolidado -provincias más Nación- del orden de los 27.000 millones de pesos. Si a esto se le suman las necesidades de financiamiento para el pago de deuda en pesos, los desequilibrios alcanzan los 25.000 millones de pesos (ver infografía en la página 3). Los recursos para pagar esta cantidad de dinero llegaron de la mano del Banco Nación y el resto de los organismos públicos; inclusive el año pasado se tomaron las utilidades generadas por el BCRA. Los servicios de deuda en dólares fueron pagados, mayoritariamente, con reservas. - Para este año hay un agujero en pesos que alcanzará los 40.000 millones: algo más de 13.000 por vencimientos de deuda en moneda local y un déficit consolidado -provincias más Nación- del orden de los 27.000 millones. Los compromisos de deuda en dólares saldrán de las reservas (6.000 millones). El problema reside en los 40.000 millones de pesos que le faltan al presupuesto para llegar sin sobresaltos a fin de año. Desechadas las arcas de la mayor parte de los organismos estatales, que ya fueron vaciadas en el período 2008-2009, existen cuatro caminos para contar con estos recursos. La llave de dos de ellos la tiene el BCRA. -Se flexibilizarán las normas de la Carta Orgánica de la entidad para que el faltante de pesos lo pueda proveer emitiendo de modo que el Tesoro se financie con impuesto inflacionario. Esto sería un complemento de las transferencias de utilidades que concrete la entidad en el 2010, proyectadas en 24.000 millones de pesos. - Se tomará el total de los excedentes que hoy el gobierno considera de libre disponibilidad dentro de las arcas del BCRA. No hay que olvidar que son algo más de 18.000 millones de dólares los que estarían a disposición del Tesoro bajo este paraguas legal. El Fondo del Bicentenario contemplaba sólo el 30% de los fondos de libre disponibilidad que se definen sobre las reservas del Banco Central. -La otra opción es acudir al financiamiento del sistema bancario local con emisión de nuevos títulos, complementado esto con la venta de activos de la Anses (acciones que están en manos de este organismo y suman algo más de 50.000 millones de pesos). - Y, por último, salir al mercado voluntario de deuda una vez resuelto del default que mantiene la Argentina con los tenedores de títulos que no ingresaron al canje. Según el gobierno, en el segundo semestre del año el país estaría en condiciones de salir al mercado internacional para financiarse.
la raíz del problema La verdadera razón económica por la que se llegó a esta crisis institucional no tiene relación con los vencimientos de la deuda pública ni con el modo en que ésta se paga: es que la administración Kirchner registrará este año un abultado déficit fiscal que representará importantes necesidades de financiamiento en un país que no tiene acceso al crédito. "La verdadera consecuencia macroeconómica de lo que está en juego no es si la Argentina paga la deuda en dólares con las reservas o si en su defecto cae en default; es cuál será el monto de emisión monetaria y la tasa de inflación en que se incurrirá para financiar al fisco con inflación", explica Carlos Melconian en uno de sus recientes informes al analizar la puja por el control del Banco Central. Para el experto, el problema económico de fondo no es el uso de las reservas sino la emisión monetaria para financiar al Tesoro con impuesto inflacionario. Usar eventualmente reservas para pagar deuda es una decisión debatible, con pros y contras. Emitir moneda para financiar el déficit fiscal significa un retroceso enorme de la política macroeconómica. "Pagar la deuda en dólares hoy con reservas adquiridas con emisión monetaria en años anteriores equivale a usar el impuesto inflacionario del pasado. En cambio, la actual emisión monetaria para financiar el déficit fiscal determina la inflación del futuro. Cualitativa y conceptualmente, aunque no en los números de la macroeconomía, es como volver a los años 80", asegura Melconian en otro pasaje. Hoy el BCRA emite pesos para comprar dólares en el mercado cambiario y también para financiar al fisco. Por otra parte, según datos oficiales de la entidad que hoy dirige Marcó del Pont, ni en diciembre ni en enero esterilizó nada de lo emitido; por el contrario, se desesterilizó (en diciembre hay un factor estacional de suba de la demanda de pesos de la gente que tiende a desaparecer en el primer bimestre del año). La primera parte del 2010 fue de lejos el período de mayor expansión monetaria de los últimos años. Pasa a ser determinante el monitoreo de la emisión monetaria de los próximos meses. La política monetaria de los últimos tiempos entró en una etapa diferente. Para Melconian, hasta el 2007 la economía también se manejó con alta liquidez, pero hubo compensadores. El origen era el alto superávit comercial, con una baja dolarización de portafolios que posibilitó fuertes compras de dólares del BCRA con emisión monetaria. Pero había anclas que actuaban como compensadores monetarios: el BCRA esterilizaba una parte de lo emitido y el Tesoro tenía superávit fiscal y compraba dólares (el Tesoro prolijamente le llevaba pesos al BCRA). En los últimos meses se ha mantenido el superávit comercial, ha bajado la dolarización de portafolios y entonces el BCRA ha vuelto a comprar dólares y a emitir pesos. Pero están ausentes los compensadores: hay déficit fiscal (el Tesoro ahora le pide pesos al Central) y no se observa -por el momento- una política concreta de esterilización monetaria. "Que se regenere la liquidez es bueno para el nivel de actividad pero que la política monetaria se pase de rosca a hiperliquidez es malo porque ocasionará más inflación. Cada punto de crecimiento cebado por más gasto público y más emisión monetaria conllevará este año varios puntos más de inflación", afirma el analista. El déficit fiscal y la emisión monetaria inicialmente reactivan hasta cierto punto, a partir del cual comienzan a ser contraproducentes. La inflación será muy sensible a la presión de emisión del Central. Para este año se espera más inflación (20% piso) con "algo" de reactivación, al revés de lo sucedido en el período 2003-2008. La gran duda del mercado gira en torno a cuál será el monto de emisión monetaria y el efecto de suba de precios en que se incurrirá para financiar al fisco con inflación |
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