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El gobierno mete presión a la inflación con más emisión | ||
Hasta fines del año pasado, el BCRA estuvo emitiendo pesos sólo para comprar dólares en el mercado cambiario, pero ahora comenzó a hacerlo para financiar sus desequilibrios fiscales. | ||
De ahí el acercamiento de CFK a los empresarios y la fuerza política que presenta el secretario Moreno a la hora de "negociar" con el sector privado para sostener los precios sin cambios en las góndolas. Pero, ¿aguanta el modelo K con este esquema lineal? En principio, se podría contestar afirmativamente a este interrogante. El problema es que ya ingresamos en un ciclo de inflación estructural de más de un punto mensual sostenida en el 2010, por un lado, por la emisión monetaria para financiar los desequilibrios fiscales del gobierno central y, por el otro, por el aumento de precios que registra la canasta de alimentos. Esto se argumenta señalando que la economía arrancó el año con récord de liquidez y con la inflación más alta. Hasta fines del año pasado, el BCRA estuvo emitiendo pesos sólo para comprar dólares en el mercado cambiario y ahora también emite para financiar al fisco. Tal como lo confirma Melconian en un reciente informe, el trimestre diciembre-febrero fue por lejos el de mayor expansión monetaria de los últimos años.
Casi cinco años con dos dígitos La Argentina acumula 55 meses seguidos de inflación en dos dígitos anuales. "Desde septiembre del 2005, nunca bajó del 10%. Se va a cumplir un quinquenio de inflación alta", remarca en otro de sus párrafos el economista. Para nuestro país, con antecedentes históricos de inflación en el período 1960-1980 del 10% por mes y todavía con el recuerdo fresco de la deflación, el colapso productivo y el altísimo desempleo de 2000-2001; una inflación de dos dígitos relativamente baja fue vista como el costo a pagar para salir de la depresión. Hubo tolerancia de la política económica y de la sociedad hacia lo que es hoy un desboque de los precios. Con la fuerte reactivación económica, el descenso abrupto del desempleo, la suba de salarios, la explosión del gasto público como refuerzo del gasto privado y la reaparición del crédito; la inflación de los últimos años pasó prácticamente desapercibida. La afirmación "...un poco de inflación no es tan malo..." ganó adeptos, asegura Melconian. En síntesis, lo que marcó el pulso del bienestar macroeconómico de la gente fue la reactivación y la caída del desempleo. La tasa de inflación fue un problema para el bolsillo, pero pasó desapercibido en la bonanza por la suba del empleo y los salarios. Este año, por primera vez, la inflación se sentirá en la calle más que la reactivación. Frente a este escenario hay que agregar que, cualquier medida antiinflacionaria que afecte negativamente la demanda agregada, es descartada de cuajo por el gobierno. Bajar la inflación a fuerza de mayor inversión podría ser una estrategia viable a mediano plazo en un país creíble con una inflación del 3% anual. Pero es totalmente inviable para bajar una inflación del 3% mensual. Incluso en los países que actualmente se registran tasas de inflación del orden de 3/4% por año, los gobiernos y sus bancos centrales "no se ponen colorados" en poner paños fríos sobre la demanda agregada al menor atisbo de presión inflacionaria. Dos ejemplos claros son EE. UU. y Brasil. En ambos países, las políticas monetarias ya se encaminan a cerrar los grifos de la expansión que se abrieron para moderar la recesión del 2009 para prevenir un rebote de la inflación. Ni el titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ni el presidente de Brasil, Lula da Silva, son ortodoxos a rajatabla: ambos se preocupan tanto por el nivel de actividad como por la inflación. Brasil, en este sentido, proyecta un crecimiento del 5% para este año con una inflación del 4%. Otro ejemplo es Chile: va a crecer al 4,5% con una inflación del 3%. La Argentina, a diferencia de otros países, está tolerando una tasa de inflación del 2% -o más- por mes en pos de que se reactive la economía. Sin embargo, toda esta estrategia puede tener un efecto no deseado: el déficit fiscal y la emisión monetaria inicialmente reactivan hasta cierto punto la economía; luego éstas son herramientas contraproducentes, en especial cuando la inflación se transforma en una traba para el consumo. Cuando la clase media comienza a "sentir" la inflación deja de consumir para comenzar a ahorrar, por lo general, en una moneda distinta del peso. Por otra parte, los últimos cinco años fueron de inflación relativamente alta y creciente, pero sin consecuencias macroeconómicas severas. Este año puede ser un punto de inflexión en este tema. No sería lo mismo 1% de inflación por mes que más del 2% como se espera para esta primera parte del 2010. Con estos índices, habrá consecuencias sobre el resto de las variables macroeconómicas. Por ejemplo, ¿sería sostenible la renegociación de salarios sólo una vez al año o se terminaría en actualizaciones en lapsos más breves? ¿Sería posible planchar el tipo de cambio en torno de $ 4 o se caería en algún tipo de "crawling-peg"? ¿Se podría mantener la política tarifaria actual de aumentos para pocos y subsidios para todos o sería inevitable un reajuste general? De no mediar cambios en la política macroeconómica, la Argentina está a las puertas de entrar en una etapa de inflación más alta y más inestable. Los controles y las regulaciones están con menos margen para poner paños fríos a la economía como ocurrió en el 2006 y gran parte del 2007.
el ajuste vía impuesto inflacionario ¿Por qué convalida el gobierno un modelo económico con inflación de dos puntos por mes? La inflación es un impuesto regresivo que termina por realizar los "ajustes" que el gobierno no termina de ejecutar. Licúa los gastos presupuestarios y, paralelamente, aumentan sus recursos vía impuestos ligados al consumo. Pero tiene sus efectos colaterales mucho más dañinos que los beneficios de caja transitorios esperados. El gobierno K se jactó de que nunca hizo un ajuste de salarios. Es cierto. Pero con este nivel de inflación, el ajuste llega al trabajador de la misma manera que si se hubiesen bajado los sueldos más de un 20%. De ahí que el gobierno nacional haya convalidado aumento de salarios para este año con un piso de este porcentaje. Los analistas privados aseguran que, de seguir alimentando la demanda agregada en los actuales niveles, la inflación este año se ubicará por encima del 20% anual. Ingresar en esta espiral de precios terminaría por complicar el futuro escenario para la Argentina. No es fácil controlar la inflación cuando toma cierta inercia. Deberíamos comenzar a tomar conciencia de ello.
(R.C. con fuente de M&S-Overview 938/ 939-Febrero 2010) Es lo que estiman que estará el piso de la inflación este año, tomando como referencia el primer bimestre del ´09. Son los miles de millones que necesitará el gobierno para cubrir su déficit. Gran parte de ellos llegará vía emisión monetaria. |
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