Con sorpresa, pero no tanto, sabiendo cómo el gobierno del Neuquén trata a los amigos del poder, hemos tomado conocimiento de la distribución del dinero que se realizó con motivo del subsidio destinado a pequeños y medianos productores, que forma parte del Plan Frutícola Integral (PFI).

Este dinero fue redireccionado como consecuencia de la necesidad de paliar la crisis que soporta el sector.

El solo hecho de saber quiénes son los beneficiarios no puede generar más que una profunda preocupación (e indignación) por esta forma de regalar fondos públicos a quienes menos lo necesitan.

Pero lo peor es que muchos de ellos ni siquiera tienen como actividad principal la fruticultura, Así se destacan nombres de propietarios con diversas características, conocidos comerciantes, empresarios, políticos y funcionarios que en común tienen, en muchos casos, inversiones de todo tipo al margen de la actividad frutícola.

En una sociedad con tantos conflictos y problemas sociales, permitir con el aval de los responsables provinciales y de las autoridades de la Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén que sucedan estos hechos escandalosos, no hace más que avergonzarnos por la forma en que se están manejando los recursos públicos, beneficiando a quienes en muchos casos no los necesitan.

Nuestra Cámara de Productores trabaja en la búsqueda de alternativas para revalorizar el rol de los pequeños y medianos productores, pero nunca seremos aliados de este tipo de medidas que no sólo nos parecen arbitrarias, sino que son poco éticas y atentan contra la credibilidad del sector.

Exigimos a la Federación de Productores que cumpla con su verdadera función, defendiendo a los pequeños y medianos productores y no se convierta en cómplice de manejos que favorecen a quienes no corresponde.

Edgardo Kristensen (*)

* Productor. Cámara de Productores Agrícolas de Cipolletti