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Europa en peligro

La mayoría de los ciudadanos del mundo que siguen, siquiera superficialmente, la crisis que actualmente atraviesa Grecia y la notable devaluación del euro en las últimas semanas es una manifestación más del desbarajuste económico global. Sin embargo otras poderosas razones político-financieras se ciernen sobre el euro, comprometiendo seriamente a muchos países europeos. Es cierto que muchos países de la unión afrontan delicados déficits públicos y que la mayoría de ellos mantiene niveles de endeudamiento realmente impagables: Grecia, el 125% de su Producto Bruto Anual -lo que produce un país en todo un año-; Italia, el 117%; Bélgica, el 102%; Portugal, el 85%; Francia, el 83%, e Inglaterra el 81%, por ejemplo.

Detrás de esta situación emerge una descomunal maniobra especulativa que llevan adelante unos pocos bancos globales (casi todos de Estados Unidos) y un par de grandes fondos de inversión de riesgo.

El 7 de febrero el presidente de la Autoridad Francesa de Mercados Financieros (AMF) manifestó que los gobiernos de Europa no deben servir a los objetivos de los fondos de inversión de riesgo usando la crisis griega. Dijo que fondos anglosajones intentan llevar pánico a los mercados, por lo que hay que mantener el orden y el trabajo metódico para suprimir su accionar.

¿Pero qué son estas relativamente nuevas máquinas de asolar los estados nacionales? Éstas se integran exclusivamente con grandes inversiones de dinero líquido aportadas por bancos, empresas y personas multimillonarias que apuestan en instrumentos financieros altamente sofisticados y especulativos creados principalmente por las mismas instituciones financieras, sus verdaderas dueñas. Operan como sociedades comerciales, están escasamente reguladas y tienen reducidas obligaciones de información a los entes reguladores.

Estos fondos obtuvieron en el 2009 -el año de mayor turbulencia económico-financiera desde la crisis del 30- la más alta rentabilidad desde su existencia. El mecanismo de obtención de superutilidades adoptado en el 2009 por estos fondos fue el arbitraje de convertibles, especulando con la compra de opciones de acciones de empresas o títulos de deuda de un país que en realidad no se pagan hasta casi un mes después, en los que se especula con la caída de precios para adquirirlos a menor valor. El ataque ha comenzado por Grecia que, si bien mantiene un alto déficit público, había sido sujeto de crédito en condiciones ventajosas apenas un mes atrás y se encontraba bajo un proceso de reestructuración de sus cuentas públicas en procura de evitar un severo ajuste en los sectores sociales más vulnerables. España es la próxima víctima, ya que sus debilidades fiscales producto de una tremenda burbuja inmobiliaria y financiera resquebrajan sus valores de bolsa y el de sus títulos públicos. Portugal, Irlanda e incluso Italia están en la lista. Los países de la zona del euro, al mantener un modelo unificado -globalización- de unidad monetaria, régimen cambiario y topes de déficits fiscales, se encuentran atados en sus políticas públicas de disponer de instrumentos económicos individuales para superar la crisis de acuerdo con la realidad diversa de cada uno de ellos.

Hace pocos días en el foro de Davos, Suiza, el presidente del gobierno español Rodríguez Zapatero manifestó en una mesa redonda titulada "Repensar la Eurozona" que existe una campaña antieuropea de quienes desprecian al euro para dinamitar a los miembros más débiles de la Unión Europea.

En realidad Grecia ha sido el caballo de Troya para penetrar en la zona del euro; concretamente, se trata de un ataque contra esa moneda que se ha estado transformando en reserva de valor sobre el dólar. Incluso muchos países del Golfo habían comenzado a comerciar petróleo en euros en la nueva Bolsa Iraní de Petróleo (IOB), situada en la Isla de Kish en el Golfo Pérsico. Si Grecia cae en default y el fenómeno se expande, lo que se debilitará aún más será el euro y el fortalecimiento del dólar será una consecuencia, fenómeno incipiente en los últimos días. Este fortalecimiento de la moneda norteamericana no sólo ayuda a redireccionar ahorro mundial a Estados Unidos para financiar su déficit vendiendo más deuda pública con títulos del Tesoro sino que produce grandes ganancias para esos fondos que han vendido euros caros (cuando la mayoría de los pequeños ahorristas del mundo compra ante las subas artificiales) y pueden hoy adquirirlos a valores del 12% o más y obtener enormes fortunas.

Lo más incalificable es que el esquema de especulación (la nueva burbuja que venimos advirtiendo desde estas páginas) se ha hecho fundamentalmente con los enormes rescates financieros que la reserva federal de Estados Unidos ha realizado con los pocos bancos privados globales que se han salvado de la crisis. En lugar de reactivar su dislocada industria, un consumo interno menguante y el fomento al empleo, esos dineros públicos se han dirigido a la especulación aumentando el déficit de Estados Unidos al 600% de su PBI: sí, varias veces más que los países europeos citados, pero que por su magnitud representa una deuda tres veces superior a todos los países de la tierra juntos de acuerdo con lo informado por el célebre Reporte Wegelin.

Los ajustes de beneficios sociales y salariales y el desempleo azotan al mundo y se intensificarán en Estados Unidos, por privilegiar la creación de capital ficticio especulativo que atentó contra el propio capitalismo. En lugar de incentivar la demanda agregada, se ha endeudado a los estados para activar una nueva fase especulativa de capital ficticio. Sus beneficiarios son generalmente quienes dominan los bancos centrales nacionales, comprometiendo el desarrollo de las naciones y fomentando tensiones internacionales. Ésa es la realidad que afrontamos hoy.

 

DARIO TROPEANO, Docente en la Facultad de

Economía de la UNC



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