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Seguir muriendo

"La población alemana decaía a marchas forzadas. En julio de 1945 (NdeR: La guerra había concluido en la primera semana de mayo) se informó que en Breslau/Wroclaw morían de hambre entre 300 y 400 personas al día. Las peores condiciones quizá fueran las de Prusia Oriental, por culpa del colapso de las instalaciones sanitarias públicas y una terrible epidemia de tifus: según cálculos de un médico, de unas 100.000 personas que quedaban en Königsberg cuando las fuerzas alemanas por fin capitularon ante el Ejército Rojo el 9 de abril del ´45, casi tres cuartas partes habían muerto a causa de malnutrición y enfermedades para la primavera de 1947. A lo largo y ancho de lo que había sido el Este de Alemania, el patrón fue similar. A finales de agosto de 1945, la Sección Política del Ejército soviético observó que en los "territorios recuperados" de Polonia: "La población alemana muere de hambre en muchos lugares y en otras zonas se encuentran bajo amenaza de inminente inanición en el futuro cercano. No sólo no cesa el saqueo de los alemanes por parte de los polacos, sino que va peor con el tiempo. Hay cada vez más asesinatos de habitantes alemanes, arrestos infundados, largos encarcelamientos con humillaciones deliberadas".

("Alemania 1945. De la guerra a la paz", págs. 274 / 275)



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