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¿Alcanzará con el aura de JR para revivir a Boca?
Mientras espera por la vuelta de Riquelme, el equipo sufre deficiencias en todas las líneas.

La alarmante imagen que dejó Boca en la caía por goleada ante Estudiantes en Mar del Plata, perforó la inocuidad de derrotas en torneos extraoficiales como los que suelen organizarse los veranos, y desliza sospechas de que al equipo de Alfio Basile lo le alcanzará con el tan esperado regreso de Juan Román Riquelme para enderezar el rumbo.

Parece difícil que JR, el hombre que maneja el ritmo de su equipo, que desnivela con el pase justo y anestesia vértigos cobijando la pelota como pocos, pueda retener tanto el juego como para que el rival no ataque. Porque ahí radica el temor ante defensas tan permeables de acuerdo a las variantes que presentó Boca en estos dos partidos en La Feliz.

Basile probó ante San Lorenzo con Gunino, Paletta, Morel y Monzón, y le hicieron tres goles. Volvió a darle lugar a Ibarra y a Krupoviesa manteniendo la zaga central: peor, cuatro adentro.

Pero también falló el arquero Javier García como lo hizo en aquel partido decisivo ante Tigre en el que Boca fue un finito campeón.

Todo eso no lo puede reemplazar Riquelme por más iluminado que esté. Por ende, resulta difícil aquella expresión aún fresca de Basile, quien dijo que tiene el equipo de memoria si es que está Román.

Se viene el clásico ante River, devaluado por lo que hoy son los históricos contendores, pero clásico, súper si se quiere, al fin.

¿Probará el Coco con JR? Difícil al menos para el choque del miércoles y tal vez le de vía libre en Mendoza para darle ritmo de competencia por la cercanía del debut oficial ante Argentinos Juniors.

Volverá Martín Palermo, hombre que suele agitarle fantasmas a River. Pero no parece ser sustancial. Su reemplazante natural, Lucas Viatri, fue el mejor hombre de Boca ante Estudiantes. Puso el corazón en tres patriadas y llegó al gol del honor con un dribbling propio de otro partido.

No aparecen los refuerzos que quiere el DT para curar las patologías que sufre el equipo. Es que más allá de la inminente vuelta de Román, los problemas de fondo aún están sin solución.



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