>
El 2010 abre para la argentina nuevas incógnitas

Mejoran condiciones externas, pero siguen los “ruidos internos”.

El viento de cola llegará nuevamente a la región para el 2010. La economía retomará la senda de crecimiento, pero las tensiones sociales, políticas y económicas impedirán una expansión a tasas chinas como las que conoció el país desde el 2003. La mayor parte de los analistas consultados por este tema aseguran una aceleración del costo de vida de entre 16% y 20%, luego de un año de estanflación, con contracción económica y suba de precios del orden del 12%. En relación al crecimiento económico, se esperan subas de entre 3 y 5%. El dólar, que es la otra variable que los exportadores están mirando con preocupación, se ubicará en trono a los 4 pesos por unidad. Una paridad incompatible con las tendencias que muestran el resto de las variables macro del país para el 2010.

La inflación, impulsada por el costo de los alimentos y una probable desregularización de las tarifas de servicios públicos, recalentará la puja salarial. Con otro agravante a tener en cuenta: como la economía no tiene capacidad para recuperar en forma inmediata los 350.000 puestos de trabajo perdidos en el 2009, seguirán existiendo conflictos de corte social-distributivo

Salarios e inflacióninflación, dos variables en alza para 2010

El costo de vida –no oficial– se ubicará el próximo año entre el 16 y el 20%. Para el economista Carlos Melconian en el 2009 los precios terminan con una suba del 14%.

Es la proyección promedio que muestra el crecimiento económico para el próximo año, según economistas.

 

En definitiva, será una negociación salarial seguramente más tirante y con consecuencias sobre la economía. Un reciente estudio elaborado por la Consultora M&S destaca, sobre este tema, que hasta el 2007 el resultado global de las paritarias sectoriales en el sector privado formal fue que los salarios le ganaron sistemáticamente por unos puntos a la tasa de inflación. En promedio, las remuneraciones subieron 5 puntos porcentuales más que los precios. En el 2008, se produjo una primera novedad. Los salarios privados formales subieron más fuerte y le ganaron casi por 9 puntos a la inflación: los sueldos crecieron 30% y la inflación M&S, en torno al 21% (indicador de precios no oficial). El pulso de la suba salarial estuvo influenciado por la disparada que mostraron los precios en la primera mitad del 2008: la inflación llegó a tocar 26/27% anual entre abril y junio. En la segunda mitad de ese año, la suba de precios se fue desacelerando a medida que el nivel de actividad se fue resintiendo, primero por el conflicto con el campo y después por la crisis internacional. O sea que el 2008 terminó con los salarios lanzados y la actividad deteriorada. En el 2009 se produjo otra novedad con relación a la negociación laboral. Los salarios subieron un 24% anual y volvieron a ganarle a la inflación por 10 puntos porcentuales (el IPC M&S cierra el 2009 en 14%). Pero esto se dio con la economía en recesión. No es lo mismo que el salario real suba fuerte en medio de una reactivación fuerte que en el marco de una recesión, destaca en uno de sus párrafos el informe. Este escenario hace crujir más la micro empresaria y la macro de los precios relativos. Todos estos antecedentes hacen de la negociación salarial del año que viene una cuestión clave. La impresión es que en los últimos dos años los salarios subieron “demasiado rápido”, dado el contexto económico reinante. ¿Seguirá el año que viene con la misma tónica? La situación política, sindical y social hacen pensar que sí. Un elemento decisivo para la negociación que viene será la tasa de inflación que reine en los meses previos y durante la apertura de las paritarias más relevantes y que marcan la tendencia general. Dentro de la inflación, la clave serán los precios de los alimentos. Esto será entre marzo y junio del 2010. También influirá el nivel de actividad y la tasa de desempleo de ese entonces, pero en menor medida. Con los antecedentes recientes de la negociación salarial, el panorama salarial para el 2010 es complejo desde el punto de vista de los precios relativos. Los sindicatos irán con pedidos firmes y las empresas están con poco margen. El costo laboral en dólares se encamina a los techos históricos. Con la inflación subiendo y el tipo de cambio anclado por el gobierno en torno a $ 3,85, la mano de obra se tornará cara. En un contexto de costo laboral elevado y reactivación económica moderada, por el lado social el empleo no crecerá y el desempleo seguirá presionando y, por el lado empresario, menguará la rentabilidad.Por la recesión del 2009, la tasa de inflación bajó del pico de veintipico anual del 2007 y el 2008. Sin embargo, cuando llegó a 12% en agosto del 2009 pegó la vuelta.Para M&S este año los precios terminan con una suba del 14%.La recesión y la sequía monetaria por sí solas no pudieron perforar este piso elevado de inflación. Es más, el año cierra con la suba de precios acelerándose.El síntoma principal de que la inflación esté subiendo en los últimos meses es que se empezaron a mover los alimentos, que estaban tranquilos. Hace sólo cinco meses atrás, el combo carne-frutas-verduras estaba subiendo apenas 2% anual. Sin embargo, en noviembre ya lo hizo al 11%. Es una suba pronunciada. Es lo que explica la aceleración; el resto de los bienes y servicios también muestra una tendencia alcista pero leve, dentro de una tónica más suave.En el balance, los precios están menos tranquilos y los alimentos básicos pegaron un salto.Pensando en la negociación salarial que viene, que suban los alimentos genera caldo de cultivo para que la presión sindical sea fuerte. Se encendió una luz amarilla: la canasta básica de alimentos subió en noviembre 20% anual. En septiembre venía subiendo 8,5%. La disparada fue muy brusca. Son variaciones similares a los peores meses del conflicto con el campo. Habrá que ver esta suba se mantiene o si, por el contrario, los precios se reacomodan solos a la baja o los terminan reacomodando desde el gobierno. Difícilmente esta última alternativa sea viable, teniendo en cuenta el año electoral que se avecina y un gobierno necesitado de “buenas noticias” que le permitan tomar la iniciativa política antes del 2011.

                        (Redacción Central)

Argentina: el país con más alto consumo de carne del mundoEste año cada argentino consumirá más de 73 kilos de carne vacuna, un nivel que está entre los más altos de los últimos 15 años. Según la FAO, Argentina es el país con más alto consumo per cápita de carne. Es 30% mayor al consumo en Uruguay, 60% más que en Brasil y alrededor del 20% mayor al de otros países “carnívoros” y más desarrollados, como EE. UU. y Australia. Este alto nivel de consumo implica que cualquier cambio fuerte en el precio de la carne tiene impacto inmediato en el poder adquisitivo y el humor de la gente. Las estadísticas lo reflejan: la carne vacuna representa casi el 4,5% del IPC y más del 10% de la canasta básica de alimentos. Éstos son temas conocidos por las autoridades y provocaron una serie de intervenciones del gobierno sobre el mercado a partir del segundo trimestre del 2005, cuando la demanda externa comenzó a impulsar los precios de la hacienda. De entrada casi se cerraron las exportaciones. Esto consiguió frenar el precio interno de la carne pero con consecuencias que tal vez estén comenzando a verse ahora, que ya pasaron algunos años. Por lo pronto, en los últimos dos meses el precio del novillo en Liniers subió casi 15% y tocó $ 4 por kilo vivo el 7 de diciembre. Noviembre tuvo poca oferta (el promedio diario de ingresos fue el más bajo del año) y ésa puede haber sido la causa. Después de seis meses de casi absoluta estabilidad, el Índice de Precios M&S registró una suba en la carne del 2,6% el mes pasado. Ahí ya aparecieron intervenciones informales para inducir la baja. No hay que descartar la reaparición de regulaciones para el próximo año si finalmen-te se confirma esta tendencia del mercado.                                                             (Fuente: M&S)
 

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí