>
Celdas solares hechas en Neuquén
Tienen una eficiencia mayor que mejora la relación entreel costo y el rendimiento.
Con magros recursos pero mucho empeño –y sobre todo con ganas de demostrar que “acá también se puede”– dos profesores y tres alumnos de la Universidad Nacional del Comahue diseñaron celdas solares que convierten la luz solar directamente en energía eléctrica. Si bien estas celdas solares electroquímicas no son un invento local, ya que hay plantas piloto en Europa y Japón que las fabrican, el desafío del grupo de investigadores de la UNC es llamar la atención de las autoridades y dar a entender que con estudio y dedicación se pueden lograr avances científicos. El producto se denomina “celdas sensibilizadas por colorantes”, ya que utilizan un semiconductor nanoporoso transparente sobre el cual se deposita una capa monomolecular de colorante. Se trata de una tinta púrpura que absorbe la luz solar y excita electrones que son rápidamente transferidos al semiconductor originando una corriente eléctrica. El circuito se cierra mediante un electrolito que rodea el compuesto nanoporoso. No se requieren aparatos de alto vacío ni altas temperaturas, como es habitual en las tecnologías establecidas de celdas solares. El trabajo es dirigido por el doctor Kurt Taretto y el ingeniero Carlos Soria. Taretto, que además es investigador del Conicet y realizó un posgrado sobre la especialidad en Alemania, comenzó con las investigaciones en el 2004 en el departamento de Electrotecnia. “Las celdas de silicio tienen métodos de fabricación mucho más complejos y por lo tanto más costosos –explica Taretto– y, si bien esta nueva tecnología tiene una eficiencia menor, el balance entre rendimiento y costo puede resultar muy favorable”. Las cifras definitivas en cuanto a costos aún no se pueden establecer ya que se están produciendo a una escala de laboratorio, pero está demostrado que las celdas alcanzan eficiencias de conversión de energía de hasta un 8%, un valor auspicioso teniendo en cuenta los medios y tiempos que se han manejado hasta el momento. La intención del grupo de trabajo es hallar materiales aún más económicos manteniendo el rendimiento, lo que permitiría reducir efectivamente la razón de energía suministrada por unidad de costo de las celdas. Las mismas servirían para abastecer de energía eléctrica a hogares y para aplicaciones portátiles.Taretto explicó que se han establecido contactos en Alemania con la empresa Bosch y sus centros de investigación, “donde se invierten millones de dólares para desarrollar esta nueva tecnología”. “Lo que hacen muchos científicos en el país me parece muy meritorio. Han alcanzado logros muy importantes teniendo en cuenta que los recursos que se dedican a la ciencia son mínimos, por lo menos en esta región”.

Además de Taretto y Soria, participan del proyecto los ingenieros Mauricio Troviano, Marcos Soldera, Horacio Cossutta y Edgardo Benítez y un grupo de alumnos que realiza tesis de grado compuesto por Diego Dietrich, Gustavo Rojo, Verónica Irazuzta y Fernando Fornasier.



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí