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Una apuesta al mercado petrolero
En el rubro de los lubricantes se sintió la crisis de los hidrocarburos. Esperanza en el 2010.
Desde hace un mes funciona en el Parque Industrial de Neuquén Tiser, la distribuidora de lubricantes Shell. Desde allí abastece a sus clientes, principalmente de la industria petrolera de Río Negro y Neuquén. La empresa tiene 22 empleados pero en los próximos meses su planta de personal crecerá dada su creciente influencia en toda la Patagonia. El gerente de la firma, Erich Tisberger, admitió una baja en las ventas debido a la crisis internacional pero se mostró optimista de cara a una recuperación en el corto plazo. También consideró como muy improbable que la empresa anglo-holandesa se retire del país, como se especuló hace algún tiempo, cuando existieron fuertes cruces con el gobierno nacional por el precio de los combustibles. –¿Hace cuánto que se instalaron en Neuquén?–Estamos con esta actividad hace unos siete años, pero en el Parque Industrial nos instalamos en septiembre último. Antes teníamos nuestro depósito mayorista en Cipolletti y luego presentamos un proyecto en la provincia del Neuquén, comprometiéndonos con un cronograma de inversión y de toma de empleados. Justamente ahora estamos en el tramo final, para escriturar el terreno. –¿Qué nivel de ventas tiene la empresa?–Estamos aproximadamente en los 100.000 litros mensuales, sólo en Neuquén y Río Negro. Pero todo ha sido un continuo crecimiento ya que cuando empezamos hace siete años no vendíamos ni 20.000 litros de lubricantes. La inauguración oficial la hicimos el 24 de noviembre, ocasión en que estuvo presente la gerenta general para Latinoamérica en el negocio de lubricantes, la inglesa Victoria Guy. En esa ocasión se firmó un contrato para atender a partir de los próximos meses a toda la Patagonia, excepto Tierra del Fuego. Así es que próximamente instalaremos una sede en Comodoro Rivadavia con la idea de extender la relación comercial con empresas tan importantes como Halliburton, Pride, Weatherford y otras que también tienen una importante actividad en esa zona. –¿Cómo los afectó la última crisis internacional?–La empezamos a notar a partir de abril de este año: las ventas cayeron más del 20% con respecto al 2008. Esa caída siguió hasta noviembre, que fue un mes bueno. Tenemos esperanzas de que repunte la actividad y se retomen los valores históricos de ventas. A medida que la actividad petrolera se recupere, nuestro negocio también lo hará; está íntimamente ligado. –¿Cuánto representa la actividad petrolera en su negocio?–Entre un 65 y un 70%. Pero afortunadamente también atendemos a otros segmentos como las industrias ferroviaria, frutícola y minera e incluso tenemos clientes en San Antonio, con la actividad pesquera. También hacemos un servicio de lubricación a flotas livianas y medianas de vehículos y tenemos previsto hacer aquí lubricación a flota pesada, porque no hay muchas empresas que presten ese servicio en Neuquén. Por ahora no abastecemos a estaciones de servicios, pero lo tenemos pensado para un futuro. –¿Los lubricantes que distribuye Tiser se fabrican en el país?–El 90% se fabrica en la planta Sola que Shell tiene en el barrio porteño de Barracas. Como Shell tiene un importante portafolio de productos, algunos de ellos vienen del exterior, como los lubricantes de grado alimenticio, que son los usados en lugares donde pueden tener un contacto incidental con alimentos y que tienen cierta tolerancia para el ser humano. Ésos se elaboran en Suiza. Shell es líder a nivel mundial en venta de lubricantes y en la Argentina se encuentra en el segundo puesto. Acá en la zona hemos posicionado mucho el producto, ya que no había un distribuidor tan importante que estuviera de lleno en el negocio del oil & gas. –Hace algún tiempo el presidente corporativo de Shell, Juan José Aranguren, deslizó la posibilidad de que la empresa se retirara del país, en medio de un conflicto con el gobierno nacional. ¿Lo cree posible?–Creo que no. Lo que sucedió es que Shell tenía la única destilería donde se elaboraban combustibles de nivel premium (el resto de las empresas lo importa) y el gobierno la paralizó acusándola de monopolio. Pero no se va a ir del país y mucho menos en el negocio de los lubricantes, donde está muy bien posicionada. –¿Cómo ve el comportamiento de los precios en los lubricantes? ¿Ocurre lo mismo que con los combustibles, que van subiendo pausada pero ininterrumpidamente?–Los formadores de precios en el mercado de lubricantes en la Argentina son Shell e YPF, los únicos productores de base de lubricantes del país. Habitualmente suben una o dos veces al año. El proceso de formación de precios en los combustibles es distinto, sobre todo con el gasoil, porque Argentina tiene déficit de producción y además tienen un componente impositivo muy importante. El problema con los lubricantes es para la exportación, ya que en un momento se puso una tasa del 45% para la exportación de derivados del petróleo. Esa medida se tomó para evitar la exportación, fundamentalmente, de gasoil pero lamentablemente afectó a los lubricantes que tienen en la Argentina un saldo exportable. De hecho, la planta de Shell tiene capacidad para producir el doble. Hasta ese momento Argentina abastecía de lubricantes a muchos mercados de Latinoamérica. –¿Cómo analiza el futuro para el mercado de los lubricantes?–Somos básicamente optimistas. Llevará un proceso volver a los niveles anteriores a la crisis pero a medida que se recupere la actividad petrolera inmediatamente se recompondrá no sólo el mercado de los lubricantes sino también un montón de industrias asociadas. Pero, además, hace años que hacemos campaña para concientizar a los usuarios y que sepan que una máquina bien mantenida es una máquina que dura más y en consecuencia significa un ahorro importante en gastos de reposición. 

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