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Este año la producción de hidrocarburos en la argentina siguió en caída
Neuquén ya no aporta más de la mitad del gas del país.

 

Durante el año que está punto de terminar la Argentina extrajo menos gas y menos petróleo de su subsuelo, lo que la hace cada día más dependiente de los recursos que se importan. Para algunos funcionarios y especialistas no es un dato preocupante mientras las fuentes de los hidrocarburos estén garantizadas. Pero para los que levantaron la bandera del autoabastecimiento y para aquellos que dudan de que un modelo de ese tipo pueda sostenerse se trata, sin dudas, de un problema grave.

 

Recién en el 2010 se va a conocer en detalle el comportamiento de la demanda de combustibles en este año de crisis pero, así como el consumo de energía eléctrica decayó en niveles cercanos al 3,5% (desde un crecimiento del 6%), es de esperar que algo parecido ocurra con las naftas, el gasoil y el gas.

Es probable que ese casi 5,5% de caída en la producción de petróleo a nivel general en el país esté acompañado por la caída en la demanda de sus derivados, lo mismo que el 4,23% en que disminuyó la extracción de gas.

El balance para río negro es positivo en el gas.
La producción cayó un 8% este año en Neuquén

La provincia gobernada por el MPN

ya no aporta el 51 sino el 48% del gas que se extrae en el país. Es la consecuencia de una disminución de la extracción, que también se ve y en la misma magnitud en el petróleo.

Lo preocupante para gobernantes, operadoras, empresas de servicios y trabajadores del mundo del petróleo es que en la provincia hidrocarburífera por excelencia, Neuquén, la caída fue más fuerte que en el resto, incluso Río Negro, que obtiene su producción de la misma cuenca pero en su zona más fronteriza.Parece un contrasentido porque Neuquén fue la primera provincia en lanzar un plan de prórrogas de concesiones que vencen entre el 2015 y el 2017. Chubut había hecho punta con Cerro Dragón, el yacimiento de petróleo más importante del país, pero lo de Jorge Sapag fue generalizado.Para Neuquén es tan grave porque, según los últimos datos oficiales de la Secretaría de Energía (actualizados a septiembre pasado), la provincia ya no produce más de la mitad del gas que se extrae en la Argentina: este año perforó la barrera y, de una participación más o menos sostenida en el 51%, pasó al 48%.Ya hace tiempo que cedió a manos de Chubut la chapa de principal productor de petróleo, lo que desplazó a la Cuenca Neuquina al segundo lugar, detrás de la del Golfo de San Jorge, donde Pan American Energy explota Cerro Dragón.YPF, la empresa que tiene mayoría accionaria de la española Repsol pero es operada por su socia argentina, la familia Eskenazi, juega un doble papel en Neuquén, en consonancia con su participación en el mercado nacional, porque es el principal productor de gas pero también de petróleo.Los movimientos de esta empresa son determinantes para Neuquén. De hecho buena parte, si no casi toda, de la caída del 8,4% en la producción de petróleo en la provincia se explica por la disminución de los recursos obtenidos por YPF. Algo parecido ocurre con la disminución del 8,34% en el gas.Ya se sabe que este año YPF decidió cambiar muchas de las reglas de juego que se habían establecido cuando los españoles tomaron control de la empresa. En el entorno de los Eskenazi hablan de transparencia, racionalidad y contención del gasto; las empresas de servicios locales denuncian la caída de puestos de trabajo.No son pocos los que critican los fuertes lazos de Sapag con la petrolera hispano-argentina. El gobernador apostaba al plan de exploración que anunció Sebastián Eskenazi, CEO de la empresa, y cuyo lanzamiento se produjo finalmente esta semana. Si las promesas se concretan, la apuesta del neuquino no habrá sido en vano. (Ver aparte) El año terminará con balance negativo para la Argentina, aunque si se toman en cuenta los datos oficiales hasta octubre, los últimos procesados, a nivel general podría decirse que se mantuvo la producción de petróleo porque la disminución fue de sólo el 0,34%. Pero en los últimos tres años la caída alcanzó el 5,5%. Lo grave es la disminución cada vez más marcada en la producción de gas. Tomando el período enero-septiembre de los últimos cuatro años, la caída fue del 4,23%, frente a una demanda que no paró de crecer hasta la crisis del 2009.

 

 

Sapag, el plan de ypf y las Áreas provincialesSi nada impide que se cumpla la promesa de YPF y finalmente se invierten 1.000 millones de dólares en la búsqueda de petróleo y gas nuevos en la Cuenca Neuquina, el gobernador Jorge Sapag tendrá motivo para pensar en un futuro diferente, que está también íntimamente relacionado con la construcción de la presa Chihuido.La presentación del plan de exploración de la petrolera hispano-argentina, hecha sin la presencia de su presidente, el español Antonio Brufau, no estuvo acompañada por el anuncio de mejoramiento de los precios del gas que Neuquén viene reclamando casi desde que se congelaron los aumentos de tarifas residenciales.A pesar de que Sapag le prestó a los Eskenazi su presencia en el lanzamiento del plan de exploración, la provincia no renunciará al programa de licitaciones que encaró la empresa estatal Gas y Petróleo de Neuquén (G&P), que preside Rubén Etcheverry.

“Si quieren participar de las licitaciones que se presenten, pero no les vamos a dar las áreas”, dijo una fuente del gobierno, el que de todos modos no rechazó la posibilidad de dejar entrar a YPF en los yacimientos cuya competencia se declare desierta en el proceso.

Río Negro marca la diferenciaLa provincia gobernada por Miguel Saiz no pudo mantener el crecimiento en la producción de petróleo que había logrado en el 2007 pero sí consolidó el repunte en la extracción de gas: en el acumulado a septiembre de cada año, en el 2009 creció un 7,7% y respecto del 2006 la suba fue exponencial: del 21,3%.De todos modos, la participación de Río Negro en el mercado de los hidrocarburos es modesta, lo mismo que la renta que el Estado obtiene de él. El gobierno rionegrino lanzó cuatro rondas de licitación de un plan exploratorio para las áreas que no fueron concesionadas en los planes nacionales de la década del 90. Son yacimientos de frontera porque están en la orilla de la Cuenca Neuquina, con un alto riesgo en la exploración.

Además, lanzó licitaciones de dos cuencas nuevas (hace años que en la Argentina no se incorporan cuencas productivas): la del Colorado y Ñirihuau, donde el riesgo es aún mayor.

 



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