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Latinoamérica, ¿otra década perdida?
La crisis de 2008-2009 podría anular los fuertes avances en el combate a la pobreza en la región logrados durante el boom económico. El triste recuerdo de los 80.

MÉXICO (AP).- Uno de cada cuatro latinoamericanos que durante los últimos 17 años lograron salir de la pobreza cayeron otra vez en desgracia por el coletazo global del 2008 y América Latina terminará este año con nueve millones de pobres más, mientras la cifra sigue aumentando aunque ya pasó lo peor de la recesión.

Quienes habían logrado ingresar a la clase media, especialmente en Chile, Brasil, México, Costa Rica, Panamá, Colombia y Perú, fueron los primeros damnificados y serán los últimos en recuperarse cuando la región vuelva a crecer. La incidencia de pobreza en la región había bajado, sobre todo entre el 2002 y el 2008, pero el frenazo económico mundial con el estallido de la crisis en EE. UU. en el 2008 interrumpió y revirtió una dinámica de avances sociales que vivía América Latina desde 1992.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Producto Interno Bruto de América Latina se contraerá 3,6% en el 2009. ¿Estará la región en los albores de una nueva década perdida, como la de 1980, lastrada por el endeudamiento?

Latinoamérica había corregido sus políticas y el crecimiento del PIB llegó a 5,4% durante 2004-2008. El gasto social pasó de 12,2% del PIB en 1990 al 17,3% en el 2007. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región cerró en el tercer trimestre del 2008 un período de crecimiento económico acelerado, su ciclo de expansión económica más importante desde 1970. Dijo que entre el 2000 y el 2008 el desempleo cayó del 11,4% al 7,5% y que la pobreza bajó del 44% al 33% en 17 países latinoamericanos analizados. En los seis años previos a la cri-sis global, los pobres en la región baja-ron en 41 millones, pero la recesión que estalló hace 15 meses apagó el motor del crecimiento y el combate a la pobreza.

La Cepal proyecta que al terminar el 2009 habrá nueve millones más de latinoamericanos pobres, de los cuales cinco millones estarán en el nivel de indigencia, viviendo con menos de un dólar al día. Estima que al acabar el año la región acumulará 189 millones de pobres, de ellos 76 millones indigentes.

En porcentajes, del 2008 al 2009 los latinoamericanos más desvalidos pasarán del 33% de la población total al 34,1% y los indigentes aumentarán del 12,9% al 13,7%, según la Cepal.

Con todo, hay buenas noticias: América Latina ha pasado por descalabros mucho peores y está en buena posición para enfrentar una crisis, pues ahora maneja más responsablemente sus finanzas públicas que antes. La recesión no trajo procesos inflacionarios ni colapsos fiscales o financieros, a diferencia de la crisis de la deuda de los años 80, pero el gasto social de la región no seguirá expandiéndose a una tasa tan alta como en 1990-2008, estima la Cepal.

Según la OCDE, la región comenzará su franca recuperación en el 2010, lejos del crecimiento de más del 5% que caracterizó a la bonanza latinoamericana de 2004-2008, y el avance no se reflejará de inmediato entre los más desfavorecidos. La pobreza podría crecer casi 7 puntos porcentuales para finales del 2010 frente al 2009. Eso significaría que en apenas un año "39 millones de personas volverían a caer por debajo de las líneas de pobreza nacionales en la región´´, anulando casi por completo el progreso realizado durante los cinco años anteriores a la crisis actual.

Para Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody´s Economy, la región debe "profundizar en el modelo de libre mercado con más contenido social´´, con disciplina macroeconómica que fomente los negocios en la región, que genere más ingresos y recursos para dedicarlos a programas sociales. "El mercado no resuelve la pobreza crónica´´, señaló por su parte Martín Hopenhayn, director de la división de desarrollo social de la Cepal. Por eso considera fundamental ampliar la cobertura de los sistemas de protección social, sobre todo para población vulnerable que no tiene acceso a seguridad social y salud por vía contributiva o de mercado, afirmó. "Esto hay que combinarlo con inversión en educación pública para ir reduciendo brechas en capital humano entre grupos sociales", concluyó.



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