Por BELÉN SPINETTA

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"Algo cambia en cada una que participa" fue la consigna que recorrió los tres días del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres que se llevó a cabo el último fin de semana en San Miguel de Tucumán. La ciudad acogió a unas 20.000 participantes que llegaron de todos los puntos del territorio nacional y de varios países latinoamericanos.

Se desarrollaron más de 55 talleres que abordaron temáticas tan diversas como trabajo, violencia, educación, cultura, medios de comunicación, sexualidad, aborto o trata de personas. Allí, miles fueron las que se congregaron para debatir portando las más diversas ideologías, credos u origen social. Lo hicieron manteniendo el espíritu democrático, horizontal y de respeto a todas las opiniones que caracteriza a los Encuentros de Mujeres desde su nacimiento.

En esta oportunidad, el evento se vio teñido por una gran campaña contra el aborto desplegada por los sectores más conservadores de la Iglesia. Consignas como "Decile sí a la vida, no abortes" o "Mi mamá es pro vida" se repetían por centenas en las paredes tucumanas. Es que este tema fue uno de los más debatidos en los talleres donde se volvió a pedir la legalización del aborto para que "miles de mujeres pobres dejen de morir en Argentina", al tiempo que otros sectores ratificaron su condena moral.

Paralelamente a los talleres se desarrollaron múltiples actividades. Una de ellas fue el Silbatazo contra la violencia sexual que se concretó el domingo al mediodía y en el que se escucharon cánticos contra la falta de acción del gobierno de Cristina, al que se le pidió la "inmediata declaración de la emergencia en violencia sexual".

La crisis económica no estuvo ausente en el debate y se discutió cómo la misma agrava los sufrimientos de las mujeres. En este sentido también se escucharon críticas al gobierno, al que se le reclamó el cumplimiento de la legislación laboral femenina vigente, que ponga fin a los despidos, la reapertura de comedor barriales y su efectivo sostenimiento económico, entre otras cosas. Además, obreras de la fábrica Kraft Foods, actualmente en conflicto, estuvieron presentes en el Encuentro y recibieron apoyos múltiples.

En los talleres de violencia y trata de personas se escucharon los relatos más conmovedores. Como el de Sofía, una joven tucumana que desde hace un año y medio busca a su hermana, raptada por una red de explotación sexual, sin éxito y chocando con múltiples barreras como la desidia estatal. O como el de las amigas de la joven rionegrina Otoño Uriarte. Además, cientos de mujeres víctimas de la violencia doméstica contaron sus padecimientos cotidianos.

El domingo por la tarde se desarrolló la tradicional marcha, que recorrió más de 25 cuadras para concluir en el Hospital Materno Infantil (se trata de uno de los centros de salud donde más nacimientos se registran en el país y de donde hace siete años fue raptada la joven Marita Verón). La movilización se desarrolló sin mayores inconvenientes, salvo por grupos minoritarios que chocaron con algunos sectores católicos que se congregaron a rezar contra el aborto en una de las capillas por las que pasó la larga fila de mujeres. Fueron expresiones secundarias que no lograron empañar la magnitud del evento.

Con la elección de la localidad entrerriana de Paraná como próxima sede y la lectura de las conclusiones de los talleres, finalizó exitosamente esta edición del Encuentro de Mujeres. Fue una experiencia única para las miles que participaron y que ahora vuelven a sus lugares con energías renovadas.

Paraná 2010

La ciudad entrerriana fue elegida como próxima sede mediante los aplausos de quienes concurrieron al acto de cierre del Encuentro.

Múltiples fueron los argumentos que esgrimieron las mujeres de esa provincia para sostener su propuesta. Entre éstos se mencionó que Entre Ríos es la provincia argentina donde se asienta una de las más importantes bandas que operan en las redes de trata de personas para la explotación sexual y que registra la mayoría de los casos conocidos.

Además es la provincia de Fernanda Aguirre, quien fue secuestrada el 25 de julio de 2004 cuando caminaba hacia su casa de San Benito y se presume que fue introducida al circuito clandestino de la prostitución.

También se mencionó la importante participación de las mujeres en los conflictos estatales y medioambientales como el de la papelera Botnia.