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La esperanza en la producción
La localidad exhibe una gran actividad en distintos rubros. La agricultura y la ganadería apuntan a ganar nuevos mercados. Hay dinamismo en otros sectores, como forestación y apicultura.

El aniversario de una localidad permite a sus pobladores hacer un descanso de su ardua tarea diaria y unirse con sus vecinos para festejar con entusiasmo un año más de su existencia.

Pero también la situación se presenta ideal para reflexionar sobre lo que se debería profundizar en los distintos sectores con el fin de ir mejorando para lograr que los conesinos puedan disfrutar de mayor comodidad y mejores condiciones de vida.

Recogiendo pasajes de su historia, se puede afirmar que el mismo sueño de vivir y crecer en paz, congregaron a aquellos inmigrantes que desde distintos puntos del mapa confluyeron en el valle de Conesa. A pesar de los obstáculos, lograron avanzar con la perseverancia propia de los que quieren alcanzar los objetivos.

Todo comenzó en el año 1869 cuando se levantó un fortín para establecer control y vigilancia en la zona, permitiendo el tránsito de las mercaderías. El 14 de octubre de ese año, el teniente coronel Mariano Ruiz inició la tarea de instalar en el margen norte del río Negro un asentamiento militar y colocó el nombre en reconocimiento y admiración a la trayectoria del general Emilio Conesa.

En 1879 una inundación derrumbó viviendas y arrasó los sembradíos, que obligó a la población a trasladarse a la región sur, donde la altura ofrecía mayor seguridad.

Desde aquel momento, el poblado fue cambiando su fisonomía hasta transformarse en ciudad.

Hoy, Conesa es un polo totalmente productivo y está obligado a volcar toda sus esperanzas en la diversificación de productos para que el sector tome un nuevo giro, logrando crecimiento y de esa manera alcanzar un desarrollo sistemático con una apertura hacia los grandes mercados.

Vale mencionar que en este valle existen principalmente plantaciones con frutales de pepita y carozo, pero también (aunque en menor escala) existen cultivos de frutos secos y frutas finas.

La viticultura regional siempre estuvo asociada casi exclusivamente a la elaboración de vinos comunes de mesa, ya que la región ha adolecido de limitaciones tecnológicas para el cultivo e industria de vinos finos varietales. Asimismo, en los últimos años se ha notado un incremento en la implantación de uvas de mesa pertenecientes a variedades de gran valor comercial.

La horticultura regional se encuentra actualmente diversificada. El producto destacado es el zapallo anko, que cuenta con la mayor superficie cultivada. También son importantes, aunque a menor escala, un verdadero menú de especies como cebolla, papa, tomate, acelga, lechuga, ajo, choclo, melón, morrón, entre otras.

 

Otros objetivos

 

La ganadería regional es de tipo extensiva. El ganado vacuno es el más desarrollado en la zona, efectuándose tanto en áreas de secano (cría) como en áreas bajo riego (cría y engorde). En el área bajo riego también se practica la ganadería ovina para ambos propósitos, estando mucho más desarrollada la actividad cárnica que la lanera.

La forrajicultura local es una actividad complementaria de la ganadería, siendo la alfalfa la principal especie destinada a pastoreo directo y henificación (rollos y fardos). Hay 2.314 hectáreas de pasturas perennes (entre alfalfares puros y consociados), 1.936 de verdeos de invierno (avena y algo de centeno) y unas 200 de verdeos de verano (maíz y sorgo).

En forestación, la principal especie cultivada en el Valle de Conesa es el álamo. Hay 200 hectáreas de esta especie cultivada en macizos. Además, el valle cuenta con cerca de 800.000 metros lineales de álamos en hileras. La principal función de estas cortinas es la de proteger los cuadros de cultivos de la acción del viento. Cabe destacar la fuerte tarea de promoción de la ley nacional Nº 25.080, que promueve la implantación de especies forestales.

La apicultura en el Valle de Conesa ha manifestado un importante desarrollo desde la década del ´80, perfilándose como una buena alternativa de diversificación para los chacareros del área de secano.

Se estima que existen en la región algo más de 1200 colmenas cuya producción se comercializa en el mercado interno.

También existen una decena de aserraderos que proveen materia prima (álamo en su mayoría elaborado en tablas) a los diferentes mercados del país, siendo una fuente generadora de recursos genuinos de la localidad.

Por todo lo expuesto, la esperanza de los conesinos radica en la generosidad de la tierra y en la producción de este hermoso valle del Río Negro.



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