Mientras la Argentina sigue penando para poder acercarse al FMI y así abrir la posibilidad de tomar deuda voluntaria en el mercado, Brasil colocó esta semana un bono a cancelar en el 2041 por 1.250 millones de dólares al 5,8%.Los mercados pidieron por esta licitación 4.500 millones, lo que termina por mostrar la confianza que existe en el mercado por el futuro económico del vecino país.Pero no sólo Brasil disfruta de los beneficios del mercado. Hace unos días el equipo económico uruguayo celebró la expresión de confianza de los mercados internacionales por la colocación de un bono por 500 millones de dólares con vencimiento en el 2025 y una tasa de interés del 6,8% anual. ¡Qué lejos está la Argentina de todo esto...!Este fin de semana el ministro Boudou buscará en Turquía un nuevo acuerdo con el FMI para poder acceder a fondos necesarios para equilibrar los desvíos presupuestarios del próximo año. Presentará una salida a los holdouts y con ella, la esperanza de acceder a financiamiento internacional. ¿Quién asegura que arreglado el default el mercado prestará dinero? Nadie puede hacerlo. Es difícil que los mercados se olviden rápidamente de todos los atropellos perpetrados por nuestro país del 2001 a la fecha.Hoy la Argentina está pagando casi nueve puntos más por la colocación de deuda en el exterior que sus países vecinos. No nos estamos comparando con Suiza; estamos hablando de Brasil y de Uruguay, que hace tan sólo diez años pagaba cinco puntos más que nuestro país por tomar deuda en el exterior.No estamos bien. Por las malas políticas de los últimos años, la Argentina está pagando un sobrecosto anual promedio por intereses superior a los 1.500 millones de pesos. Si hubiésemos accedido a los mercados voluntarios, ese dinero que hoy va a pagar los bonos de Chávez o la bicicleta financiera local se podría haber destinado a cancelar parte de la deuda social que tiene el Estado.En economía, todo lo que se hace mal tarde o temprano se termina pagando. El problema es que este tipo de costos siempre se socializa y nunca aparecen los culpables de políticas que, en definitiva, terminan afectando al conjunto de la sociedad.Mientras tanto, nuestro vecinos latinoamericanos siguen festejando el ahorro logrado con la colocación de sus nuevos bonos. (Redacción Central)
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