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China: revolución y capitalismo propios
Hace 60 años Mao proclamó la República Popular, un sistema comunista con perfiles originales -algunos brutales- que Deng Xiaoping adaptó a la globalización.

Por ALBERTO GALEANO

Mao Tse-tung, el "Gran Timonel" de la Revolución China, proclamó el 1 de octubre de 1949 la República Popular tras vencer a las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-shek, en un hecho que causó preocupación en Estados Unidos y alegría en la entonces poderosa Unión Soviética.

Mao, jefe del Partido Comunista chino, afirmó aquel día en la plaza Tiananmen que el pueblo chino se había "puesto de pie" después de veinte años de guerra civil, gobiernos corruptos y opresión extranjera para derrotar a las fuerzas nacionalistas apoyadas por Estados Unidos.

La pérdida de China, la más grande nación de Asia, constituyó un duro golpe para el poder hegemónico de Washington, que en aquellos años estaba aún sorprendido por la detonación de un ensayo nuclear soviético ocurrido meses antes del inicio de la Revolución china.

Estados Unidos no reconoció inmediatamente a la República Popular China, pero en 1972 el fallecido presidente Richard Nixon visitó Beijing con la intención de aislar a Moscú y poner fin a la Guerra de Vietnam, aunque recién ambos países establecieron relaciones diplomáticas en 1979. "Mao trajo una visión de China que no había resonado desde las reformas de la dinastía Qing, en el siglo XIX: considerar la sabiduría y el poder, su dignidad, su respeto internacional y su integridad territorial", señala David Shambaugh en un nota de la revista estadounidense "Time".

Nacido en el seno de una familia de trabajadores rurales el 26 de diciembre de 1893 en la ciudad de Shaoshan, provincia de Human, Mao trabajó en la Universidad de Beijing donde leyó a Mijail Bakunin y a Carlos Marx, entre otros intelectuales, y en 1921 participó de la fundación del Partido Comunista chino.

Los comunistas vencieron a las fuerzas del partido nacionalista o Kuomintang, que habían intentado formar un Estado fuerte a partir de la instauración de la República China, en 1911, tras derrocar a la dinastía Qing o Manchú.

El Kuomintang, sin embargo, ya había empezado a debilitarse luego de que el Tratado de Versalles reconociera el dominio de Japón sobre la base china de Kia-Tchen y a partir del crecimiento del partido de Mao, que había ganado gran adhesión popular a raíz de la lucha contra la pobreza que sumía al país, organizado bajo un rígido sistema feudal.

En la Segunda Guerra Mundial los japoneses invadieron China hasta Manchuria, por lo que ambas fuerzas se unieron contra el enemigo extranjero, pero una vez terminada la contienda se reanudó la guerra civil en el país, con mayor intensidad.

En 1948, los comunistas se adueñaron de casi todas las zonas rurales de Manchuria y de la ciudad de Harbin, en el extremo norte del país, y en enero de 1949 el ejército liderado por Mao entró en Tianjin y en Beijing. El 1 de octubre de 1949, Mao proclamó la República Popular China, mientras que los nacionalistas, apoyados por Estados Unidos, se replegaron hacia la isla de Formosa, Taiwán, donde en 1954 establecieron la República Nacionalista China.

Influenciado por el marxismo ruso que había amado en su juventud, Mao trató de seguir los caminos que trazaba la entonces Unión Soviética, a través de la industria militar y colectivizando las propiedades rurales, pero luego trató de diferenciarse de Moscú dando más importancia a la agricultura.

A partir de 1966 se realizó en China la llamada Revolución Cultural, una campaña de masas organizada por Mao y el Partido Comunista contra aquellos dirigentes acusados de traicionar los principios de la revolución, lo que provocó persecuciones y arrestos, asesinatos y que muchos dirigentes partieran al exilio. Mao, apoyado por su esposa Jiang Ping y el líder del ejército chino, Lin Bia, trató sin éxito de apartar del poder político a Liu Shaogi, jefe del Estado, y al secretario general del Partido Comunista, Deng Xiaoping, quien dirigiría luego la conversión de China hacia el capitalismo.

El "Gran Timonel" falleció en 1976 y la llamada "Banda de los Cuatro" -que encabezaba su esposa- fue arrestada mientras el país emprendía una profunda reforma capitalista de la economía pero con la intención de preservar los beneficios sociales del comunismo.

China, considerada una de las tres principales economías junto a Estados Unidos y Japón, ejerce actualmente una influencia cada vez más importante en el mundo, circunstancia que lleva a reflexionar sobre aquella frase del emperador francés Napoleón Bonaparte "El día que China despierte, el mundo temblará".



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