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Es habitual que los jardineros se desesperen cuando aparecen las primeras plagas en el jardín y acudan a cuanto biocida se anda ofreciendo para exterminarlas. La cosa es absolutamente más sencilla que eso, porque en la naturaleza tenemos un ejército de aliados que sólo están esperando la oportunidad de trabajar a nuestro favor.
Lo único que usted debe hacer es “nada”... nada de biocidas ni de fertilizantes químicos. Sólo un poco de paciencia y verá cómo aparecen sin que las llame.Seguramente usted las conoce porque son el símbolo del cultivo orgánico a nivel mundial, pero es importante que conozca cómo se las identifica en el jardín, por eso de que “se defiende lo que se ama y se ama lo que se conoce”.Se trata de un grupo muy numeroso de especies, que se conocen comúnmente con el nombre de “vaquitas” o “mariquitas” y se distribuyen en todo tipo de plantas donde sus presas están presentes. Estos insectos benéficos tienen varios aspectos en común, ya que se alimentan de pulgones y arañuelas, tanto en su período larval como en su estado adulto.Se diferencian entre sí por su tamaño y el aspecto exterior de su cuerpo -principalmente el color- y las manchas y puntuaciones que les son características. Muchas especies viven de pulgones, otras de cochinillas y el resto de arañuelas o de hongos. Ante la falta de presas, muchos adultos sobreviven (pero no se reproducen) ingiriendo néctar y polen. Sólo las especies que se alimentan de cochinillas colocan sus huevos en forma individual debajo de los escudetes de las presas que les sirven de alimento.Como dato curioso se debe mencionar que, cuando se las molesta, secretan un fluido tóxico que aparentemente cumple funciones defensivas, especialmente contra los pájaros, o se dejan caer y por largos minutos simulan estar muertas.-----------------------Fuente:“Guía ilustrada para el monitoreo de plagas y enfermedades en frutales de pepita”. INTA Alto Valle.