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El interminable jura que se terminó
El Mono jugó como nunca y tiró una de siempre: se retira.

Roberto Cofré levita en la cancha como un veloz tanque de guerra. Es músculos y sabiduría, maña y fortaleza, coraje, entrega y gol. Ayer 2000 personas fueron testigos de 90 minutos impactantes de un veterano que jura haber entregado su última batalla.

Si hay un factor que fue determinante durante la gran final, ese fue el Mono Cofré (13-08-70), un tipo de 39 años, que pasó por más de una docena de clubes neuquinos y que ayer, después de convertir dos goles (llegó a 17 en el torneo), eufórico y rodeado de simpatizantes más eufóricos que él, juró que el adiós era un hecho.

-Eso decís desde el 2000.

-(Risas) Esta vez es en serio. Es el mejor momento, la mejor forma de retirarme: con un título en el club más grande de Neuquén y un partido como el que jugamos. No puedo pedir más.

-La gente quiere que te quedes.

-Los entiendo, pero ya estoy grande. Ya está, hasta acá llegué.

Dio media vuelta y se perdió entre abrazos, felicitaciones y pedidos de ropa. Mientras, un hincha decía a modo de ruego: "No se va, el Mono no se va...".



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