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Sigue creciendo la faena a costa de los stocks | ||
La segunda campaña de vacunación contra la aftosa correspondiente al 2008 mostró oficialmente los efectos devastadores de la liquidación de stocks, sumada a la sequía. Suben el consumo y la producción, y se desploman los stocks. | ||
Las estadísticas son contundentes. Los últimos datos oficiales dan cuenta de que en julio la faena se habría ubicado en torno a los 1,5 millones de cabezas, un nuevo récord histórico mensual. En los primeros siete meses del año la industria frigorífica faenó casi 9,5 millones de cabezas, un guarismo ubicado entre los más elevados de la serie iniciada en 1990. Así lo detalla el último informe elaborado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la Argentina (Ciccra), en el que se resalta que los récords de actividad registrados en el 2008 y el 2009 constituyen una señal de extrema gravedad porque la cadena de valor de la carne vacuna está operando a un ritmo insostenible a futuro, fundamentalmente a causa de la liquidación de hembras. Al respecto, según estimaciones del sector privado, en los primeros siete meses del año la participación de las hembras en la faena total alcanzó casi el 50%, guarismo que resultó levemente superior al registrado en el mismo lapso del 2008 (49,4%). Todo indica, como ocurre en otro tipo de industrias intervenidas por el gobierno en el país, que la ganadería argentina está en un punto crítico del que difícilmente pueda regresar. En la medida en que no se retengan los vientres en el campo y éstos sigan siendo enviados a faena, como ha venido ocurriendo en los últimos años, los stocks ganaderos mantendrán su tendencia decreciente. Con la intervención del mercado el gobierno nacional logró que aumentara el consumo de carne (ya que la góndola está siendo subsidiada), se quebrara la cadena comercial de la actividad (por las distorsiones de precios existentes) y se presionara al ganadero para que deje progresivamente la actividad (ya que en estas condiciones no le es rentable) para dedicarse a la siembra de granos. En un país con una política agropecuaria en pleno desarrollo, el hecho de que aumenten el consumo y la producción de carne debería ser tomado como una señal positiva dentro de la visión macro de la actividad. Pero en la Argentina este escenario apunta a destruir en el mediano plazo la ganadería. El crecimiento de la producción de carne en los meses que han pasado del 2009 no se explicó en su totalidad por la liquidación de vientres. Según el informe privado, ayudaron a consolidar esta suba el aumento del engorde a corral -de la mano de la política de subsidios nacionales- y el impacto que tuvo -y sigue teniendo- la sequía en las principales zonas productoras. El desarrollo de la ganadería intensiva "aceleró" el proceso de invernada en relación con el engorde tradicional ("a campo") y adelantó la disponibilidad de hacienda lista para ser comercializada. Sin embargo, este factor tiene una incidencia positiva transitoria, porque no garantiza la provisión de hacienda en el futuro próximo, así como tampoco está asegurada en el tiempo la continuidad de la actual política de subsidios. En consecuencia, refuerza la visión referente a la situación extraordinaria que atraviesa la industria frigorífica en la actualidad y a la imposibilidad de sostenerla en el tiempo. La sequía que se registró en las zonas productoras desde el año pasado fue el otro factor que contribuyó al sostenimiento de la faena en un nivel elevado. Ante la imposibilidad de alimentar adecuadamente al rodeo, los productores se vieron forzados a enviar sus existencias a faena "sin terminar", en tanto una importante cantidad de cabezas se perdió por la falta de agua y de pasturas. La segunda campaña de vacunación contra la aftosa correspondiente al 2008 mostró los efectos devastadores de la liquidación de stocks, sumada a la sequía. La contracción en la cantidad de dosis aplicadas llegó a casi 3 millones con respecto a igual lapso del 2007 y el total de animales vacunados fue de 57,736 millones, el guarismo más bajo del período 2003-2008 (-4,9% interanual); la mitad de esta caída fue explicada por las vacas, ya que se vacunaron sólo 1,493 millones menos, lo que habla de una caída del 6,3% interanual. Para este año las proyecciones no son auspiciosas. Según estimaciones privadas, se perderán cerca de 5 millones de cabezas, computando entre éstas la fuerte participación de los feed lots que, cuando dejen de existir los subsidios, desaparecerán del mercado. En función del nivel de actividad promedio mensual registrado en los primeros siete meses del año, para el 2009 se espera una faena superior a los 15 millones de cabezas, cifra que alcanzará un nuevo máximo en relación con el 2008. Para el año próximo se prevé que el sector registrará una contracción en su nivel de actividad, producto de la escasez de hacienda joven existente para enviar a faena. En la medida en que el gobierno no permita producir carne en el país, los ganaderos seguirán retirándose de la actividad.
JAVIER LOJO |
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