En función de las últimas estimaciones realizadas por Ciccra -basadas en la faena total y en los volúmenes exportados por los frigoríficos certificados por el Senasa- en el período comprendido entre enero y julio de este año el mercado interno habría absorbido alrededor de 1,724 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h) de carne vacuna. Esto habría significado un incremento de casi un 8% interanual.

La creciente oferta de carne vacuna se transformó tanto en mayores exportaciones como en un aumento del consumo interno.

En particular, el estudio privado destaca que el consumo por habitante habría llegado a 73,8 kilos/año en los primeros siete meses del año y se habría ubicado casi un 7% por encima del registrado en el mismo período del 2008. Éste sería el guarismo más elevado de los últimos quince años y habla de un crecimiento del 28% respecto del consumo del 2003.

Pero esto no es sostenible en el tiempo. Hoy el consumo sigue siendo fuertemente subsidiado, lo que genera distorsiones increíbles: en el mercado una vaca termina costando menos que un par de zapatos.