Banfield hacía dos clásicos que no festejaba, pero esta vez la felicidad sureña se cambió de vereda. El Taladro superó a Lanús por 2 a 1 como visitante, con una estupenda actuación de los uruguayo Santiago Silva (autor de los dos goles de su equipo) y de su compañero de ataque Sebastián Fernández.

Además de la efectividad mostrada por el "pelado charrúa" cada vez que quedó frente al arco (lleva cuatro goles en el torneo), en Banfield habrá que destacar el buen trabajo que realizó el colombiano James Rodríguez.

Después de un comienzo a pura presión de parte de los dos equipos, Lanús comenzó lentamente a hacerse del dominio aprovechando la sociedad que conformaron Salvio, Blanco y Grana. Banfield perdido en la mitad de la cancha, se mantuvo firme en su última línea, y fue por eso que Lanús no logró lastimarlo.

A los 19 minutos, el equipo de Luis Zubeldía tuvo su primera oportunidad a través de Salcedo, pero el paraguayo perdió el duelo con Lucchetti. Sin embargo en la segunda, a los 26´, el ´9´ guaraní Salcedo le dio de derecha y puso en ventaja a su equipo.

A pesar de estar en desventaja, Banfield siguió apostando al contraataque con Fernández y Silva, y a los 31´ el plan le dio la razón a JC Falcioni. Corrían 31´ cuando Erviti metió un pase en profundidad para el "Pelado", quien con un sutil toque sobre la salida de Caranta, colocó el balón dentro del arco

En el complemento, Zubeldía y sus jugadores cometieron un error capital: se dedicaron a esperar y le cedieron la iniciativa a Banfield. Y el Taladro, con más ímpetu que fútbol, fue hacia adelante en busca del segundo gol, algo que pudo conseguir a los 8´, cuando un cabezazo de Silva fue controlado por Caranta.

Lanús continuó sin dar señales de vida. Es cierto lo que ofrecía Banfield era bastante previsible, pero las ganas que mostraban sus jugadores lo transformaba en un rival peligroso.

Y así fue que el Taladro encontró el gol por una supuesta infracción de Fritzler a Erviti. Silva no desaprovechó la chance y colocó el partido 2-1 en favor del ´Taladro´. De ahí en más nada cambió. Lanús continuó paseando su impotencia y ni siquiera los cambios modificaron su andar.