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Al ritmo de la obra pública
En el último año se desaceleró la iniciativa privada. El Estado mantiene una alta concreción de obras.

Después de la devaluación de comienzos de 2002, la ciudad experimentó un gran crecimiento: al tiempo que crecía la cotización de los lotes, también se multiplicaba la postal de obreros y albañiles en pleno trabajo diseminados por todo Roca. Muchas de esas pequeñas, medianas y grandes obras eran privadas: desde edificios y nuevas sedes de cadenas de supermercados a casas y complejos de propiedad horizontal.

Ese ritmo frenético se detuvo hace un año, al compás de la recesión económica internacional y la crisis política que atravesó el país derivada del conflicto entre el gobierno y el campo, que pareció dejar en suspenso buena parte de las inversiones.

-Era común escuchar que después de las elecciones de junio de este año el mercado se iba a reactivar. Sin embargo, pasaron los comicios y no hubo reactivación en el sector privado; desapareció el entusiasmo y la iniciativa que se advertía antes. En cambio, sí continúa fuerte la obra pública -asegura Eduardo Pili, titular de la empresa constructora homónima con sede en Roca y de Hormigonera del Interior, que también tiene una fuerte presencia en Regina, Cipolletti y Neuquén. Entre las dos firmas, suma 110 empleados. Las últimas experiencias del ingeniero son una buena referencia para abordar el actual mapa de la construcción en la ciudad que hoy cumple 130 años.

En un sector del galpón de 1.200 metros cuadrados se apilan las columnas de alumbrado y las vallas del sector norte del Paseo Principal del Canal.

Ocupan un buen espacio: son nada menos que mil metros de metal. El año pasado, entre otras obras, Pili Construcciones realizó el sector sur, un espacio que ya disfrutan muchos habitantes de la ciudad.

Ahora, los trabajos en la otra margen incluyen el traslado del obrador al Parque Industrial y la construcción en el espacio que ocupaba de la pista de skate, que cuenta con asesores de lujo: los propios skaters, que aportan sus consejos sobre pendientes, curvas y obstáculos.

Hormigonera del Interior, por su parte, aporta los 5.000 metros cúbicos de hormigón que requiere el ducto de la avenida San Juan, los 1.300 de la margen norte del Paseo del Canal y todo el material que insume el plan de 290 viviendas que levanta ECA S.A. al norte de la ciudad y el plan de 150 viviendas a cargo de Mocciola en la zona del aeropuerto. También el necesario para el plan de pavimentación y veredas en distintos barrios. Para el sector privado, colocó su hormigón en el nuevo casino que se levanta en la ruta 22, nuevos empaques y un edificio de 7 pisos y otro de 6, entre otras obras.

La gestión Soria trajo nuevas obras de urbanización, paseos, rotondas y pavimentaciones.

-¿Y si algo no le gusta al intendente?

-Lo hace saber a su manera... (se ríe) Y controla el avance de las obras varias veces antes de la inauguración. No va sólo para la foto... Hay que reconocerle a Soria que encara obras y paga en término.

 

De cara al futuro

 

-Ingeniero, ¿cuáles son las grandes obras públicas pendientes?

-Las que aseguren la provisión de agua y los servicios cloacales. Las últimas obras serias se hicieron hace 25 años.

En todo este tiempo la ciudad duplicó su población, pero no su estructura. Y eso genera un déficit. Por ejemplo, hay barrios nuevos cuya provisión de agua no se brinda desde un nuevo acueducto sino desde los ya existentes: se agranda la cantidad de pequeños caños conectados a una misma fuente principal. La consecuencia es poca presión y poco caudal.

-¿Para dónde debería crecer la ciudad?

-Yo creo que se debería hacer un estudio serio, coherente e interdisciplinario que localice las nuevas construcciones allí donde esté garantizado el funcionamiento de servicios elementales como agua, cloacas, recolección de residuos y escuelas. O bien que las ate a zonas donde la ciudad sepa que va a estar en condiciones de garantizarlo en el futuro.



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