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Gastan más, pero no hay "carrera"

Por ROSENDO FRAGA (*)

Las repercusiones de las bases de las que tendrá uso EE.UU. en Colombia y las nuevas compras de armas en Rusia plantean la discusión de si se está precipitando una carrera armamentista en la región.

La expresión "carrera armamentista" aplicada a las compras de armas en América del Sur es un tanto exagerada, porque la región sigue siendo, a nivel mundial, la que dedica menor porcentaje del PBI al gasto militar. Pero sí puede hablarse de una situación de tensión regional que está originando la compra de armamentos, sobre todo en los países de la región andina.

Estas compras tienen causas diferentes. Por ejemplo, Brasil tiene proyectos como el del submarino nuclear originados en la necesidad de modernizar su sistema de defensa y el objetivo de ser potencia global al nivel de India, China y Rusia (el grupo BRIC), que tienen los tres armas atómicas. Chile, por su parte, justifica sus compras militares por su situación estratégica, con conflictos de límites no resueltos con Bolivia y Perú y una Argentina inestable.

Venezuela las argumenta por la posibilidad de una agresión de EE. UU. y ahora también por un eventual conflicto con Colombia. Ecuador, por la tensión con Colombia y el conflicto histórico con Perú.

Chávez ha sido un factor importante en la generación de la tensión que ha justificado algunas de las compras de armamento.

En la región andina, un conflicto de Colombia con Venezuela o Ecuador arrastra al otro. A su vez, si Ecuador entra en conflicto con Colombia, es claro que Perú, que tiene un histórico diferendo con el primer país y una posición afín a la colombiana, podría tener cierto involucramiento. A su vez, las relaciones de Bolivia con Perú también son malas. A ello se agrega la tensión en América Central entre Honduras y Nicaragua por la destitución del presidente Manuel Zelaya.

En cuanto a los actores extrarregionales, Rusia vende armas en América Latina y China compra recursos naturales. Ello implica que la hegemonía de EE. UU. en la región se ha debilitado, aunque ni Moscú ni Pekín tienen intención de entrar en conflicto con Washington por América Latina. La creciente influencia de Irán sí es un problema para EE. UU. y también para Israel.

En lo que hace al gasto militar en la región, aumentó un 30% en promedio entre el 2007 y el 2008 ( unos us$ 51.000 millones ). En el 2009 el incremento se frenó a consecuencia de la crisis global. Pero, como se dijo, América Latina gasta poco comparado con el resto del mundo.

De lejos el país que gasta más en defensa es Brasil, pero no per cápita. El gasto total brasileño es mucho mayor que el de Colombia o Chile, pero el de estos países es más alto per cápita. En el caso de Venezuela, el gasto no es tan alto si no se incluyen adquisiciones, con las que aumenta significativamente.

(*) Experto en temas de Defensa. Director de Nueva Mayoría.



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