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El título tan añorado
Saltense venció a Atlético en una final cargada de emoción y, en tiempo extra, gritó campeón por primera vez.

ALLEN.- La definición del Apertura 09 de la Confluencia no podía terminar de otra forma: con un partido cerrado, apasionante, friccionado y jugado con los dientes apretados, que coronó como campeón a Saltense recién en tiempo suplementario, durante una final que dejó con las manos vacías a Atlético Regina (2-0).

El título del equipo de Cinco Saltos suena a hazaña: primero porque en la previa no era protagonista, segundo porque volvió después de tomarse un descanso para reorganizarse en el Clausura 08, y además porque se consagró por primera vez en la competencia doméstica.

El otro gran mérito de los muchachos que dirige Oscar Acevedo fue levantarse en lo anímico tras caer la semana pasada con Cipolletti, cuando tenían planeado dar la vuelta en la Visera de Cemento.

Saltense ganó un lugar en la final del año por una plaza para el próximo Argentino C; el acompañante de Unión de Allen saldrá entre el flamante campeón del Apertura y el del Clausura 09.

La final del torneo, que se jugó en el estadio del Mago allense, contó con los condimentos dignos de una definición de este calibre: se disputó con los dientes apretados, ante una muy buena concurrencia, bajo una intensa lluvia y se definió cuando todos ya esperaban los penales.

Los 90 minutos reglamentarios fueron una acumulación de nervios, imprecisiones y pelotas paradas. Las jugadas claras escasearon y los arqueros tuvieron tiempo para todo, menos para ser protagonistas. Los dos técnicos, Acevedo y Fernando Cortéz, dispusieron de un 4-3-1-2, pero la destrucción del juego predominó. Si bien fue parejo el trámite, las más claras las tuvo Atlético.

Sobre los 12 Marcos Berrenechea ganó en la azotea y David Lillo dio muestras de arrojo y de buen capitán para salvar el arco de Saltense. 20 minutos más tarde el mismo Berrenechea volvió a ganar en las alturas pero su frentazo tuvo destino de alambrado.

Saltense logró acercarse al arco rival recién a los 43 del PT, pero el disparo de Sergio Castillo se escapó manso y desviado.

No fueron menos mezquinos en ofensiva cuando regresaron de los vestuarios. Las marcas siguieron pegajosas y los "distintos" aislados, perdidos en el transcurrir de un partido que sólo se podía ganar desde alguna pelota parada. El albo volvió a tener una clara a los 20, porque Fernando Fuentes metió un furibundo cabezazo que tenía destino de red si en el camino no se hubiese encontrado con otra salvada providencial de la defensa cincosaltense. La última antes del alargue también fue de Atlético, pero Alexander Vázquez contuvo un disparo de Gerardo Rivero.

Ya en el alargue, los primeros 15 fueron para medirse y defender. Y los segundos para que Saltense secara la pólvora e hiciera delirar a su gente. Darío Villegas pegó el primer golpe de efecto a los 4, con un perfecto tiro libre que dejó inerte a Jonathan Núñez. El 2-0 fue obra de Nicolás Herrera, a los 11, con un contra mortal que tomó a todo Atlético mal parado.

Después vino la fiesta para un equipo que con paso sigiloso gritó campeón por primera vez.



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