La pausa del verano boreal terminó también para el tenis, y tras más de dos meses de ausencia por problemas de rodilla, Rafael Nadal vuelve a empuñar la raqueta en el torneo de Montreal, en el que también regresa al circuito un feliz Roger Federer. No hay en Nadal ansia de guerra ni mentalidad de triunfador tras el largo período de sufrimiento, sí muchas dudas.

Desde su eliminación en octavos de Roland Garros, Rafa no jugó ningún torneo, afectado por problemas físicos que lo obligaron a renunciar a Queen´s y Wimbledon, y a recluirse en su casa de Mallorca. "No sé si llegaré al US Open al cien por cien", reconoció el español, que también confesó: "Mi objetivo no es recuperar el número 1 ahora mismo".

El suizo llega entonado a Montreal, exitoso en el deporte y en la vida personal, ya que acaba de convertirse en padre de gemelas. Federer jugará un torneo por primera vez desde Wimbledon y en Montreal estarán Charlene Riva y Myla Rose, sus hijas, junto a su esposa Mirka. Debutará no antes de mañana ante el ruso Igor Kunitsyn o el canadiense Frederic Niemeyer.