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FACUNDO ARANA: Ese dulce miedo de actuar
Más conocido por sus trabajos en la tevé, Facundo Arana inicia hoy en Neuquén junto a Nicolás Scarpino una gira teatral con la obra "Poder... se puede".

Facundo Arana y Nicolás Scarpino, por primera vez juntos, debutan con "Poder… se puede". Inician su gira nacional hoy mismo, a las 21, en Casino Magic de Neuquén, un arranque que se extenderá por tres días: la obra también se verá mañana y el domingo, en el mismo lugar.

La obra de Raúl Dayub, sobre una idea original de su hermano Mauricio, refleja el modo más hermoso y simple de enfrentar el último instante en la inexplicable maravilla de la vida; construye un juego de espejos en el que confluyen tragedia y humor.

Damián y Müller viajan, exploran, indagan en sus vínculos, hablan de la amistad, de la camaradería y también de los límites a la hora de elegir caminos. El diseño de iluminación de la puesta que dirige Marcelo Cosentino pertenece a Roberto Traferri y la escenografía y el vestuario, a Silvia Tonel; la música original es de Javier López del Carril.

Jorge Facundo Arana Tagle nació en Buenos Aires el 31 de marzo del 72 y estudió actuación desde muy joven. Cuando tocaba el saxo en el subterráneo fue descubierto por Lito Espinosa, autor de "Canto rodado", quien lo invitó a participar en esa serie, a la que sumaría luego más de quince títulos de tiras en televisión, algunas de las cuales lo llevaron a ganar más de un Martín Fierro.

Protagonizó "Vidas robadas", "Sos mi vida", "Padre Coraje", "099 Central", "Yago, pasión morena", "Buenos vecinos" y "Tiempo final", por citar sólo las últimas. Tiras que siempre rindieron buenos frutos en el rating. En el 2005 recibió el ACE Revelación Masculina por "Visitando al Sr. Green" y al año siguiente, el Florencio Sánchez en igual categoría y por la misma obra.

En "Poder… se puede" Damián (Scarpino) enfrenta una noticia que lo desorienta y busca el encuentro con quien supone su más cercano afecto familiar, como haría cualquiera en un momento decisivo de la vida. Así aparece Müller.

"A diferencia de lo que sé que opinan otros colegas, la relación con el teatro va de la mano de la experiencia de cada uno. Vos sabés que la mía está hecha mayormente en la tele", dice. Y se larga a enumerar: "en teatro tengo las obras que conocés, 'Visitando al Sr. Green' (junto a Pepe Soriano) y 'Codicia' (en su primer elenco con Oscar Alegre, Alejandro Awada, Jorge D'Elía, Luis Ziembrowski y Federico Olivera), y en cine, 'Tocar el cielo' (07), 'La fuga', 'Chiquititas' y 'Rincón de luz' (01)", enumera el actor, que ayer llegó a Neuquén para su primera función de hoy.

"En lo que no se conoce hay mucha agua bajo el puente transcurrida en cortos para la Universidad del Cine y en teatro alternativo no relacionado con el comercial. Entonces, la verdad, no te diría que las tablas son un lugar de referencia para mí, pero sí el más antiguo, antes de que hiciera cine y ni siquiera pensara en la televisión. A mí me gusta contar historias y las cuento en idioma teatral, en lenguaje televisivo que puede ser unitario o en tira y también en cine, que lo estoy aprendiendo, porque así es, un código fabuloso".

-El que vas a usar en "Poder… se puede" te resulta afín; ¿lo trabajaste particularmente, observaste otras personalidades para armar a Müller?

-El personaje es un Frankenstein precioso con partes de un señor muy prolijito que conozco, un alemán -una alemana, perdón- a quien conocí cuando era chico y cosas de mi vida personal agrandadas y adaptadas a lo que el texto cuenta. Lo construí con mucho trabajo, pero muy bien dirigido. Así que sin miedo salté al vacío y me atajaron el director y mi compañero arriba, en el escenario.

-¿Qué situaciones ocurren cuando tenés temor en escena?

-Cuando aparece el miedo, lo mejor es… de verdad, yo salto al vacío porque nunca me agarra mal parado. En teatro, en la experiencia que tengo, no me subí nunca sin estar preparado. Me daría vergüenza si no fuera así. Pero el miedo es por estar parado delante de gente que me viene a ver o ha pagado una entrada para ver la obra, sabiendo que todo allí depende de mí.
"Soy un actor fogueado en varias disciplinas pero básicamente en teatro, y me da una dulce adrenalina que es la misma que me impulsó a abrazar esta profesión desde el primer momento", dice Arana a "Río Negro" antes de prepararse para el estreno nacional de esta pieza que comienza en Neuquén, con tres funciones (hoy, mañana y el domingo).

Con la misma adrenalina que siente en las tablas, Facundo Arana subió el cerro Tronador y el Aconcagua, practica deportes náuticos y surf en Miramar y transitó el país en camioneta. "Se relaciona con la vida que caminamos, trepamos, escalamos. Siempre para adelante, nunca un paso atrás ni para tomar envión, porque podemos caer", dice, convencido.

-¿Hay miedo allí?

-Sí, de lo contrario sería inconsciencia. Pero el del Aconcagua es un miedo también dulce, porque tuve el paraíso ante mis ojos. Aunque antes de iniciar el ascenso está el cementerio de los andinistas, entonces da miedo, claro. Pero yo nunca voy por la cumbre, voy a pasear, llego paso a paso.

por Eduardo Rouillet



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