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Fondos que no alcanzan
Los millones de la Anses ya no compensan el fuerte déficit estructural del Tesoro.
El ajuste fiscal es inevitable. Sólo queda por definir si se lo hace de manera explícita, por medio de recortes de gastos regresivos, o de manera solapada a través de un golpe inflacionario que licue salarios y jubilaciones. A partir del 2009, señala un reciente informe de Idesa, el factor clave que financia la brecha del sector público son los aportes personales a la seguridad social apropiados luego de la eliminación del régimen de capitalización. Al igual que en la década de los ’90, se trata de un proceso de incremento del endeudamiento público sólo que, en vez de ser voluntario con títulos públicos, es compulsivo sobre los futuros jubilados.La información oficial no sólo indica que la insolvencia del sector público sigue siendo un problema no resuelto. También sugiere que el excedente de la seguridad social está comenzando a ser insuficiente. Se impone un ajuste fiscal vía reducción del gasto público.Esto se puede instrumentar a través de dos vías. Una es explícita, que sería eliminar y recortar gastos improductivos y regresivos. Sobran ejemplos de dilapidación de recursos públicos. En un país donde un tercio de la población vive en situación de pobreza, se destinan $200 millones mensuales para sostener los gastos de Aerolíneas Argentinas. Análoga situación se aplica al resto de las empresas públicas, a los subsidios discrecionales a favor de empresas privadas, al manejo oscuro de los subsidios a las obras sociales y al mecanismo de otorgar jubilaciones a personas que no hicieron aportes y no son pobres. El camino alternativo, completa el estudio de Idesa, es no desactivar estos mecanismos perversos de drenaje de fondos y profundizar la colocación de títulos públicos coercitivamente, como se viene haciendo con la Anses y el Banco Nación, pero avanzando sobre el Banco Central. Esto lleva a emisión monetaria sin respaldo y, rápidamente, a un recrudecimiento de la inflación. Por esta vía, el ajuste fiscal se produce igual, sólo que licuando gasto público haciendo que las jubilaciones y los salarios pierdan poder adquisitivo.La decisión del gobierno de “profundizar el modelo” estaría sugiriendo que la opción implícita es aplicar el ajuste fiscal vía inflación. Será repetir –en una versión agravada– la historia argentina desde los años ’40.

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