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Ella es tan cargosa
La banda porteña .acaba de sacar su segundo CD, "Botella al mar", algo de funky, de melancolía y de desamor.

Ella es Tan Cargosa acaba de editar su segundo álbum "Botella al mar", en el que bucea en la búsqueda de la canción pop argentina a partir de influencias de Los Beatles, Bob Dylan, Tom Petty y Wilco, a la que agrega una fuerte impronta lírica tanguera.

"Creo que si hay cierta filiación con el tango es más lírica que armónica o musical. Porque me parece que un tipo conservador que dice que el rock nacional es una copia del rock sajón dice una verdad a medias. Lo bueno del rock que se hizo acá, y se sigue haciendo, es que nació mirando lo que se hacía afuera pero se nutrió de cosas nuestras", reflexionó Rodrigo Manigot.

Con Ildo Baccega y Mariano Manigot en guitarras y coros, Pablo Rojas en batería y Maximiliano Chercover en bajo y coros, Ella es Tan Cargosa profundizó un camino ya esbozado en su placa homónima del 2007. Manigot subrayó que "hace un tiempo me di cuenta de que estaba más atento a las letras de Homero Manzi o Cátulo Castillo que a las de Luis Alberto Spinetta, que después me gustaron pero no fueron las primeras cosas que me volaron la cabeza". El guitarrista y cantante consideró que "la canción popular argentina, cuando apareció el rock, era el folclore y el tango, que tienen una poesía profundísima; son obras ricas, cultas y los formó a todos". "En el rock de acá, la cuestión de lenguaje, la influencia de la canción popular, fue y sigue siendo decisiva. Por eso las letras de Manal son tangueras por más que después las haga sonar como un trío blusero".

Este grupo del oeste entrega 14 flamantes canciones que en el CD comienzan con el funky sucio a lo Prince "Botella al mar" y después se mete en terrenos del amor y desamor con las hermosas "Libro de quejas", "Fui" y "Por entre los techos", además de las melancólicas "Exequias", "Resurección" y "Defensas bajas".

-Hay toda una historia en el rock con el segundo disco. A veces es más flojo que el primero. ¿A ustedes qué les pasó? ¿Cómo vivieron el proceso?

-Fue un proceso muy piola, con muchas diferencias con el proceso del disco anterior. Entonces también disfrutamos de esa novedad, por ejemplo, preproducir, resucitar viejas canciones, componer temas nuevos, tener ingenieros de baterías y guitarras, sentir cierta presión de la compañía...

-Trabajan ese formato de canción pop-rock fuera de lo que es la moda.

-El hecho de habernos mantenido siempre en determinado parámetro a alguna gente le molesta, pero haber sido bastante tercos y coherentes es una de nuestras grandes virtudes. Hubo cantidad de gente del mundo del rock que dijo que este grupo no iba y después vino a decirnos que les encantaba lo que hacíamos.

-¿Cómo definirías el devenir estético de la banda?

-Al comienzo teníamos una búsqueda más elemental de querer reproducir en el conurbano un brit-pop, pero después nos dimos cuenta, a medida que la banda fue tocando y fue gustando, de que había química entre nosotros, que era un lujo estar juntos y que el ADN nuestro incluía el rock nacional. Calamaro en los ´90, "El amor después del amor" de Fito Páez, fueron momentos bisagra para nosotros. Los Rodríguez fue una de las primeras bandas de rock que me gustaron, había una deuda muy fuerte con esa banda, mucho más fuerte que con tipos que admiro mucho como Charly García.

(Télam)



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