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La peste en pantalla
Antes de que la gripe A lo paralizara casi todo, el cine ya había dedicado horas y rollos a todas las pandemias imaginables. Quizá no sea la mejor manera de pasar estos días, pero estas películas, además de horrorizar o entretener, plantean algunas preguntas razonables.

Claudio Andrade

candrade@rionegro.com.ar

Quizá ésta sea una de las maneras más irónicas de pasar un fin de semana en los tiempos que corren: viendo películas sobre epidemias mortales.

Pero mucho antes de que la gripe A se transformara en un problema de Estado, el cine ya había reflejado la posibilidad de una catástrofe pandémica.

Llamar a ésta "lista de recomendaciones" tampoco parece prudente. Lo cierto es que los filmes existen y algunos, además de horrorizar y entretener, también dejan pensando.

A lo largo del siglo XX, el cine siempre tuvo un lugar en su agenda para las grandes pestes que asolaron a la humanidad.

De hecho, hay más de una película por cada enfermedad que se nos pueda ocurrir. En distintos momentos la peste negra, la difteria, el cólera y el Ébola fueron tratados por filmes como "El séptimo sello" (1957) de Ingmar Bergman; "Mensajera de la muerte" (1950), de Earl McEvoy; "El ángel rojo" (1966), de Yasuzo Masumura; "Un día inolvidable" (1947), de Edward Dmytryk, y "The Ébola Syndrome" (1996), de Herman Yau.

En internet el periodista Darío Lavia ha elaborado para el sitio Quintadimension.com un completo (casi obsesivo) informe acerca de la relación entre las enfermedades y el cine para los que quieran profundizar en el tema.

En todos los casos mencionados el criterio predominante fue la realidad. Una mirada que cambió radicalmente con el pasar de los años hasta que se estableció una idea mucho más paranoica en la que se ha venido asociando enfermedad con el apocalipsis. Sin ir más lejos, un libro de Stephen King fue la base de una famosa serie de televisión donde el fin de los tiempos llegaba con una mascarilla puesta.

Filmes como "The last man on the earth", dirigido por Ubaldo Ragona y Sidney Salkow y protagonizado por Vincent Price, y su remake "El hombre Omega", con Charlton Heston, marcaron un camino conceptual, a tal punto que uno de los grandes éxitos de los últimos años en materia de vampiros -que, se sabe, infectan y hacen temblar a la humanidad-, "Soy leyenda", es una versión contemporánea de ambas.

Es probable que al menos una parte de la civilización actual (la que produce películas justamente) se haya olvidado de que los virus y las pestes en verdad existen, y esto impulsó una buena cantidad de argumentos en los que la enfermedad adquiere el rostro artificioso de monstruos chupasangre o zombies.

Títulos como la saga "Resident evil", "Exterminio" (y las secuelas de ambas) y la "Trilogía de los muertos" de George Romero hablan por sí solos acerca del recurso que más y mejor ha utilizado la industria del entretenimiento en los últimos años.

Hubo excepciones; siempre las hay: "Epidemia", con Dustin Hoffman, se hace eco de las epidemias de Ébola que acabaron con tribus enteras en África en los ´90; "12 monos", de Terry Gilliam, alertó sobre el accionar de ciertos grupos fundamentalistas (aunque al final la película da un giro y todo se explica distinto) capaces de usar un arma bacteriológica o similar para exterminar a la sociedad moderna, y la más reciente "The happening" plantea una disputa ¿futurista? por el espacio vital entre la madre naturaleza y las personas (con horribles consecuencias para estas últimas).

También se han visto hace poco otras opciones cinematográficas como "La amenaza de Andrómeda", de Mikael Salomon, remake del filme del mismo nombre (1971) dirigido por Robert Wise y basado en la novela de Michael Crichton acerca de una epidemia que dejó vivos a un niño y un anciano; "Al otro lado del mundo", con Edward Norton y Naomi Watts, sobre una relación amorosa que se desarrolla en medio de una epidemia en China, y "Ceguera", de Fernando Meirelles, una adaptación de la obra de José Saramago "Ensayo sobre la ceguera". Vaya uno a saber si se consigue en los videoclubes, pero no vendría mal darle su segunda oportunidad a la versión cinematográfica de "La Peste", de Luis Puenzo. Y si el libro de Albert Camus anda cerca, ¿por qué no avanzar entre sus páginas? La novela existencial de Camus es una obra profunda y descarnada que puede enseñarnos algo en cualquier momento del año.

Para finalizar el muestrario, "Infection", de Masayuki Ochiai, parece hablarnos sin pelos en la lengua de Latinoamérica, aunque esté ambientada en Japón. Y quizá esto sea el verdadero engendro del terror de un filme de "ciencia ficción". "Infection" relata la cotidiana y desgarradora rutina de un grupo de médicos atrapados entre las paredes y las carencias de un hospital público. En medio de la decadencia, la indiferencia y la burocracia ("¿Qué sucede en este lugar que comienzan una obra y la dejan por la mitad?", se pregunta uno de los atormentados personajes que no sabe lo normal que puede ser esto a miles de kilómetros de su país), este grupo de médicos y enfermeras debe enfrentar una sobrepoblación de enfermos y hasta el principio de una devastadora epidemia. Y sí, lamentablemente el guión suena conocido.



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