Roger Federer lo hizo otra vez. No hay estadísticas o leyendas del tenis que se le resistan. Ayer se impuso por sexta vez en Wimbledon, al derrotar a Andy Roddick en cinco sets, 5-7, 7-6 (8/6), 7-6 (7/5), 3-6 y 16-14, y quebró el récord de victorias en los Grand Slam (15).

Federer se impuso en un quinto set extraordinario por su intensidad y su duración, la mayor en la historia de las finales del GS.

Gracias a este éxito, el suizo recuperará hoy el número uno de la lista mundial de la ATP, que había cedido en agosto de 2008 al español Rafael Nadal, ausente por problemas en sus rodillas.

¡Andy jugó un torneo formidable! No te quedes triste, Andy, yo también perdí en cinco sets el año pasado (...) Hoy la suerte estuvo de mi lado. Es un momento increíble de mi carrera. Pete (Sampras), ¡gracias por haber venido!", declaró el ganador.

Federer, de 27 años, partía como claro favorito ante Roddick, al que había superado en dieciocho de sus veinte anteriores duelos, incluyendo dos en la final de Wimbledon (2004/05) y una en la del Open de Estados Unidos (2006).

Roddick puso en apuros al campeón. Tras apuntarse el primer set (7-5), el texano parecía haber perdido sus opciones al desperdiciar cuatro bolas de set en el segundo, al ponerse 6-2 en el tie-break y terminó cayendo. A pesar del golpe anímico recibido, el estadounidense no se rindió en ningún momento, mientras que Federer trataba de conquistar otro título ante la atenta mirada de otros tenistas legendarios, como Sampras, Bjorn Borg o Rod Laver.

El suizo estuvo imparable con su servicio y logró 50 aces. Roddick soportó los momentos de mayor presión de su adversario y ´Fed´ tuvo que recurrir a un nuevo tie-break para ponerse 2-1 en sets.

Ese segundo golpe consecutivo no derribó al estadounidense, que se quedó con el cuarto, por 6-3.

En el quinto, la tensión alcanzó el máximo. Ambos mantuvieron sus servicios hasta el 15-14, cuando Federer se aprovechó de los nervios del rival para reconquistar la corona en el All England Club.

Apenas, un mes después de ganar su primer Roland Garros, Federer amplió su leyenda en los Grand Slam.