|
||
Premiadědisma en Bangkok | ||
Ubicada en las afueras de Chiang Mai, ciudad tailandesa al norte de Bangkok, esta vivienda familiar que ganó uno de los premios más importantes de arquitectura en el 2008 está construida con la misma madera de una vieja casa desarmada. Tiene 250 metros cuadrados y se levanta sobre un terreno de 640 m2. Pasen y vean... |
||
Cansados del ritmo vertiginoso de Bangkok, dos arquitectos decidieron mudarse a Chiang Mai, ciudad al norte de Tailandia, para llevar una vida más relajada. Fue una jugada arriesgada: Viyada Charoen Wongvikkarn ya tenía tenía una carrera prestigiosa como diseñadora en la capital mientras que el otro personaje en cuestión, Kawin Wongvikkarn, trabajaba en un prestigioso estudio de arquitectura. El primer trabajo que consiguieron, cada uno por separado -y aclaramos que ninguno sabía de la existencia del otro-, fue como profesor en la facultad de arquitectura de Chiang Mai. Allí se conocieron, alí se enamoraron y a los pocos meses, apostaron a armar una vida en pareja.La primera vivienda donde se mudaron fue exótica: alquilaron una pequeña casa de madera en cuya planta baja armaron una librería con cafetería y en el primer piso tenían dormitorio, baño y cocina, todo en pequeñas medidas. Kawin mantuvo además su trabajo como profesor en la Universidad mientras que Viyada fue nombrada directora ejecutiva de A49, uno de los estudios más importantes del país. Sin embargo, seguían soñando con tener un espacio propio. Pero este deseo sólo puedo realizarse cuando la madre de Viayada decidió mudarse al norte para instalarse con su hija y su yerno, una costumbre muy común en Tailandia. Ahora sí necesitaban más metros. Tenían un terreno en un condominio en los suburbios de Chiang Mai que pertenecía al padre de Kawin y en el proceso de diseño, cuando decidían que tipo de materiales conformarían su nueva vivienda, encontraron a la venta una casa en estado calamitoso. Era imposible reciclarla, para lo único que servía era para desarmarla y usar la madera en la nueva construcción, opción que les resultaría más económica que comprar nueva. “Nos encantaba la idea de reutizar la madera antigua. En nuestro país es muy venerado este material y muchas de nuestras actividades transcurren sobre el suelo: lo usamos para comer, leemos sobre el piso, tomamos una siesta. Por eso queríamos sí o sí que el piso de nuestra nueva morada fuera de madera”, apunta Viyada. |
||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||