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Pechen presiona por nueva relación con la Nación

Criticó con dureza la falta de respuestas del gobierno central  a los pedidos de Neuquén.

Ana Pechen salió esta semana a diferenciarse del gobernador Jorge Sapag en la relación que mantiene la provincia con el gobierno nacional.“Neuquén ha dado mucho al país: el 50% del gas, casi el 50% de la energía eléctrica y el 25% del petróleo. Ese aporte no está siendo debidamente retribuido”, expresó públicamente la vicegobernadora en su tradicional agasajo del Día del Periodista. Los dichos no tuvieron nada de improvisados, menos aún teniendo en cuenta el ámbito en el que se mencionaron.El esfuerzo que está haciendo hoy Neuquén para sostener la “caja nacional” en funcionamiento es significativo. Cifras oficiales señalan que, pese a la crisis internacional que deprimió por unos meses el precio del crudo, la provincia cederá este año recursos por algo más de 2.400 millones de pesos para sostener el actual modelo económico. El monto en juego no es menor: representa cerca del 40% del presupuesto provincial. Desde la salida de la convertibilidad, la intervención del mercado restringió ingresos por algo más de 10.000 millones de pesos para Neuquén, lo que es equivalente a casi dos presupuestos de la provincia. Estas estadísticas pegan hacia adentro del partido provincial. Pese a las presiones, en cada discurso oficial Sapag trata de no confrontar con el poder del matrimonio Kirchner, por lo menos públicamente.“Los números que llegan a Neuquén muestran a las claras que hay otras provincias vecinas que reciben mucho más que nosotros, cediendo poco o nada de sus recursos. La gente se está cansando de las promesas incumplidas… y parte de nuestro gobierno también”, señaló un importante ministro neuquino en relación con los cortocircuitos que llegaban ante la falta de apoyo real de la Nación al proyecto Chihuido I.Desde el gobierno provincial apuestan a que este proyecto energético tiene que salir “sí o sí”. De no ser así, el costo político sería alto a sólo días de las elecciones legislativas. Consiguieron que el titular de la Anses, Armando Boudou, diera alguna señal al respecto. El secretario de Energía, Daniel Cameron, bajó a la región con esta misma línea. Pero las promesas incumplidas de la Nación han sido muchas en el último año y medio. Las dudas entre los neuquinos están argumentadas, más aún cuando nos encontramos a días de las elecciones. Como último recurso, la administración Sapag negociará que la obra comience con un pequeño aporte de capital privado, tal como se hizo con Pichi Picún Leufú o la misma –y poco célebre– Yacyretá para después convertirse en un negocio financiero que se traslada de empresa a empresa con pagos millonarios en bonos y en donde nunca se termina de saber cuánto en definitiva pone el Estado al final del emprendimiento. Pero, volviendo a la perversa relación Nación-provincias, en plena campaña pocos son los que pueden mirar al costado ante el sistemático pisoteo por parte del gobierno central sobre el federalismo. Y Neuquén es una de las que más sufren esta discriminación. Las frías estadísticas ya cerradas del presupuesto 2008 muestran cómo las transferencias siguen en una sola dirección:• La administración K no cumple con la garantía del 34% respecto de la distribución de los recursos que llegan a la Nación. Esto se reflejó con menores ingresos por cerca de 90 millones de pesos. • Los ATN que no se distribuyeron no fueron a la coparticipación. Ésta reflejó menores transferencias por 30 millones.• Por el financiamiento de la seguridad social –Anses– Neuquén aporta anualmente cerca de 480 millones de pesos con un agravante adicional: que la caja de jubilación sigue en manos de la provincia. Río Negro, por dar un ejemplo cualquiera, aporta a la Anses pero sus jubilados reciben los haberes por esa caja.• La AFIP también toma parte de la coparticipación. El año pasado Neuquén cedió 13 millones de pesos a este organismo.• Por la intervención del mercado energético, la administración Sapag perdió el año pasado ingresos superiores a los 2.000 millones de pesos.La vicegobernadora no quiso dejar pasar esta semana el sabor amargo que, tras un año y medio de “buenas relaciones”, está dejando en el gobierno provincial la escasez de respuestas por parte de la Nación.Pechen apuesta claramente a un 29-J con un Congreso sin mayoría oficial y más plural a la hora de hablar de federalismo. Es consciente de que el gobierno nacional tendrá que negociar de otra manera con los gobernadores.Jorge Sapag, por su parte, mantiene cierto mutismo asegurando que para después de las elecciones la relación con la Nación no tiene por qué cambiar. Sólo atina a señalar que se discutirá el tema energético. Dos posiciones que marcan claras diferencias en un gobierno en el que las pujas por un cambio de rumbo económico ya salieron a la luz.  (Redacción Central)

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