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El rumbo que puede tomar la paridad cambiaria genera inquietud | ||
la falta de confianza en el modelo económico sigue teniendo como refugio al dólar y, en menor medida, el euro. | ||
? El otro punto a tener en cuenta es el contexto en el cual se busca el nuevo equilibrio de la paridad. Esto es sencillo: para sostener el dólar en un determinado punto debe existir un equilibrio entre la demanda y la oferta. Si alguna de estas variables sufre cambios, la paridad termina desplazándose hacia arriba (más demanda y/o menos oferta) o hacia abajo (menos demanda y/o más oferta). Hoy en el mercado escasean las divisas por dos vías bien definidas: el frente externo, donde se conjugan menores volúmenes de exportaciones con la caída de los valores de los commodities, y el interno, producto de la progresiva demanda de dólares por parte del mercado como alternativa de ahorro para tenedores de pesos. El gobierno es consciente de que difícilmente pueda controlar la demanda. Al no haber confianza en el modelo, la dolarización de portafolios ejerce una presión importante sobre este desequilibrio cambiario. Debe trabajar sobre la oferta de dólares. Hoy el mercado, para encontrar su equilibrio, necesita una inyección adicional de 10.000 millones de dólares. Así lo refleja Carlos Melconian en uno de sus últimos estudios. ¿Basta con la ayuda del contexto externo y el campo para generar los 10.000 millones cambiarios para lo que resta de este año y todo el 2010? El economista señala en este sentido que un cálculo de sensibilidad concluye que el precio internacional de la soja (el producto estrella) debería ubicarse el año que viene en el rango promedio de 500 dólares por tonelada (un 12% más que el precio actual después del 40% que ha subido a lo largo del año) y la cosecha agrícola (soja, maíz, trigo y girasol) trepar por lo menos a 80 millones de toneladas (de los menos de 60 millones a los que ha caído viniendo desde casi 90 en el 2008). ¿Es esta combinación del precio (P) y cantidad agrícola (Q) factible? Hoy parece difícil para Melconian. El precio internacional de la soja se ubica hoy en torno de 440 dólares y todo indica que se mantendrá en estos niveles en lo que resta de éste y parte del próximo año. Por el lado de la cosecha agrícola interna, aunque en la próxima campaña lloviera lo suficiente, no será sencillo llegar a 80 millones de toneladas en el 2010 desde las 57 proyectadas para el 2009. Conclusión: para contar con los dólares que hoy necesita el mercado cambiario sólo con la ayuda del contexto externo y el campo hacen falta unos precios internacionales y una cosecha demasiado altos para las actuales circunstancias. Con muy buenos precios (aunque más cerca de 400 que de 500) y una muy buena cosecha (aunque más cerca de 75 millones de toneladas que de 80), el P x Q agrícola no llegaría a generar 10.000 sino 5.000 millones, es decir, la mitad. No hay que olvidar que gran parte del superávit comercial (dólares genuinos que entran al mercado) hasta hoy lo ha generado el derrumbe de las importaciones y que cualquier mejora económica necesariamente las subiría, por lo que el esfuerzo por conseguir dólares vía precios y cosecha tendría además que compensar, aunque fuera parcialmente, esta suba de importaciones. Frente a este escenario, quien aportará los dólares faltantes es el Banco Central, con sus reservas. El problema es que todos sabemos qué pasa cuando el gobierno comienza a quemar sus reservas en pos de mantener el equilibrio cambiario: la fuga de divisas del sistema se acentúa, la desconfianza se acrecienta y el modelo ingresa en una espiral negativa que termina ajustando precios en forma compulsiva para volver a su natural equilibrio. Es esperable una devaluación para después de las elecciones? Hay varios puntos que se deben analizar para saber si verdaderamente existen las intenciones, las posibilidades y la capacidad para generar un salto en la paridad cambiaria. - El gobierno tiene claro que una devaluación le permitiría sortear los inconvenientes de corto plazo para sostener el plan económico pero no solucionaría sus problemas estructurales. Llevar la paridad cambiaria por encima de los cuatro pesos a corto plazo mejoraría su perfil fiscal. Hacia adentro, licuaría gastos corrientes -que hoy es un problema que tiene poco margen de solución- y, por el lado de los ingresos, mejoraría su posición fundamentalmente con el aporte de los recursos generados del comercio exterior; en el peor de los casos se exporta por los mismos dólares pero se reciben más pesos. Políticamente el gobierno nacional es consciente de que los costos de tomar esta decisión no son altos siempre que la devaluación se haga "paso a paso", sin grandes saltos. Llegar a un dólar por encima de los cuatro pesos a fin de año no constituye un inconveniente para la administración Kirchner; sólo le tiene que dar la orden al Banco Central para que lo deje escapar. Los empresarios lo están reclamando desde hace tiempo. A los exportadores les permitiría ganar la competitividad perdida desde mediados del 2007. Para las industrias que mantienen abastecido el mercado interno, una devaluación termina siendo una medida de protección respecto de la oferta importada que llega a competir en la plaza local. Tomando este escenario y dejando de lado la valoración de si es correcta o no una devaluación, hay posibilidades ciertas de que el gobierno tome la decisión de mover la paridad cambiaria progresivamente hasta llegar arriba de los cuatro pesos por dólar a fin de año. Pero, como ya hemos mencionado, la devaluación no es por sí sola la solución al problema que presenta el modelo. Para muchos analistas, un cambio en la paridad sin corrección de precios relativos, entre otros puntos, profundizará aún más la crisis económica a mediano y a largo plazo. Las consultas por internet muestran la ansiedad de los ahorristas Los resultados del análisis, destaca abeceb.com, señalan que dicho interés ha aumentado en los momentos de mayor incertidumbre económica, por la preocupación que ésta genera en los pequeños ahorristas y el público en general. En un gráfico se puede comparar la evolución de las búsquedas de "dólar" con la del tipo de cambio y observar una estrecha relación entre ambas. Un detenido análisis del período comprendido entre enero del 2007 y mayo del 2009 muestra cuatro momentos en los que las búsquedas referidas al billete verde crecieron fuertemente. El primero, desde mediados de junio del 2007 hasta setiembre del mismo año, en el cual el índice de búsquedas de la palabra "dólar" avanzó un 114,7% al tiempo que la cotización de la moneda argentina se depreciaba levemente. Durante esos meses la explosión de la burbuja inmobiliaria encendió la alerta en todo el mundo mientras que en el plano local el Ministerio de Economía mudaba de jefe luego de la renuncia de la ministra Felisa Miceli. El segundo momento de fuerte crecimiento de las búsquedas se dio entre marzo y mayo del 2008, en pleno conflicto del gobierno con el campo que derivó en la salida del entonces ministro de Economía Martín Lousteau. El tercer momento, el de mayor inquietud, tuvo lugar entre agosto y octubre del 2008. Las búsquedas en internet referidas a la divisa estadounidense se dispararon un 263,3% y el tipo de cambio se depreció. Este período fue signado por hechos nacionales e internacionales. El país anunciaba el pago al Club de París, que ejercía presión sobre el tipo de cambio por la pérdida de reservas que iba a suponer. Por otra parte, y de mayor relevancia, se traspasaron los fondos de jubilaciones y pensiones privados (AFJP) a manos del Estado, lo que generó un fuerte clima de desconfianza. Mientras tanto, en el mundo se declaraba la crisis financiera tras la quiebra de Lehman Brothers. Por último, a principios de este año las búsquedas crecieron un 33,3% mientras el tipo de cambio se movió un 4,15% hacia arriba. En los primeros meses del 2009, la crisis internacional impactó en la economía argentina, lo que acrecentó la preocupación de los ahorristas.
A contramano del mundo En los últimos tres meses el dólar volvió a devaluarse frente a las principales monedas del mundo. En las infografías puede observarse claramente que en los últimos noventa días el euro se revaluó alrededor del 13% frente al dólar. La misma tendencia se observa en la moneda brasileña, que ya perforó el piso de los 2 reales por dólar. ¿Cómo es posible pensar que el peso en la Argentina se devaluará frente al dólar cuando la moneda norteamericana está perdiendo fuerza en el mundo? La respuesta hay que encauzarla por los desvíos que muestran los precios relativos internos clave de la economía argentina y la necesidad de ganar competitividad para una economía que se alimenta de las exportaciones y el consumo interno. Pero desde el gobierno también se alimenta la teoría de que un dólar en 3,70/3,80 pesos está en equilibrio con las necesidades internas y externas del modelo. "Nosotros ya devaluamos cerca del 15% el peso y en el mundo el dólar se desplomó otro 10%. La mejora en la competitividad de la economía argentina alcanzó el 25% en sólo un par de meses", confió un importante asesor del Ministerio de Economía de la Nación al ser consultado por el tema. Las dudas del mercado tienen que ver también con las conductas "vengativas" que muestran cíclicamente los Kirchner ante determinadas situaciones. "¿Quién asegura que el Central deje que la onda compradora de dólares lleve la divisa arriba de los 3,80 pesos para el viernes anterior a las elecciones y luego intervenga el mercado para volver a colocarlo por debajo de 3,50 pesos? Este tipo de conductas ya lo vimos antes en el gobierno", aseguró un operador porteño mostrando así sus dudas sobre el dólar a cuatro pesos para fin de año. En definitiva, nada está escrito en el mercado. Ansiedad y necesidad presionan sobre una paridad que, para muchos, está más retrasada en términos reales que en la época de la convertibilidad. Esta visión no está del todo clara en el gobierno nacional, desde donde se asegura que no dejarán que la moneda norteamericana "se dispare" después de las elecciones de junio. Mientras tanto, los contratos por cobertura de tipo de cambio se duplicaron en los dos últimos meses producto de la falta de señales al respecto.
Javier Lojo jlojo@rionegro.com.ar |
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