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“El amor no figura en las recetas, pero siempre está”

Previo a su llegada en los primeros días de junio a Cipolletti la gran chef habló con eH! de cocina, amor y éxitos laborales.

Dolli Irigoyen es una de las chefs argentinas más reconocidas y con una enorme trayectoria nacional e internacional. Su cocina es original en sus recetas, elegante en la presentación de sus platos y con un personal estilo de versionar la mejor gastronomía del mundo. Nacida en General Las Heras, provincia de Buenos Aires, desde pequeña vivió rodeada de los sabores y aromas de los alimentos familiares, y forjó una carrera en la que se destacaría como cocinera, maestra de cocina, comunicadora mediática, propietaria de restaurantes y asesora en desarrollo de importantes emprendimientos culinarios. Currículum que incluye clases magistrales, talleres y la participación en festivales y certámenes gastronómicos en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. En 2007 fue contratada por Sony Music Argentina a través de la compañía DAY1, la primera asociación en la historia de la corporación con un artista no musical. Actualmente, Dolli dicta clases con el auspicio de marcas líderes del mercado, asiste como invitada especial y jurado a certámenes internacionales, es miembro permanente de la Academia Culinaria de Francia, consultora de la señal de cable elgourmet.com y dueña de “Espacio Dolli”, donde trabaja con un equipo de jóvenes cocineros desarrollando nuevas propuestas. Lugar del encuentro con Río Negro. “Todo comenzó como un juego, un compartir, estar en la cocina de casa y descubrir de a poco una verdadera pasión. Cuando esto último ocurre, son pocas las personas que tienen el privilegio de trabajar en algo que entusiasma, divierte. Es como una bendición haber descubierto qué es lo que más me gusta hacer, vivir y trabajar en algo que para otras personas es un hobby.” - Y para muchas mujeres se transforma por momentos en monótono, reiterativo, tedioso. Suelen decir: si pudiera no cocinar, no lo harías más en mi vida… Que no es tu caso.- Totalmente. Pero también debo defender a esas mujeres porque no es lo mismo estar en una cocina creativa todo el tiempo, creando nuevos platos y pensando en eso que es mi profesión, al ama de casa que además de cuidar hijos tiene una actividad profesional, otro trabajo, y diariamente alimenta una familia. Debe haber días en que le divierte cocinar y otros –sobre para las que no les gusta- que no saben qué hacer. Como a mí me gusta tanto, aún cuando no debería cocinar o estoy invitada a alguna casa o cocina mi mamá, no puedo con mi genio y meto mano para cocinar. - La forma de difundir tu trabajo, además de en la televisión, que se ampliado a los devedés más libros, señala una mentalidad empresarial muy inquieta, generadora de nuevas alternativas…- Exactamente. Es como tener pequeños proyectos y darme el gusto de poseer un restaurante en su momento, hacer televisión en otro, elaborar un programa más profundo de comunicación mediante devedés realizados con una calidad superior, en alta definición, y publicarlos a través del diario La Nación, con Sony BMG; escribir durante dos años en esa misma publicación, sacar tres pequeños libros. “Y esto que me permite la cocina, viajar, desarrollar lo mío en otras partes del mundo, en distintos puntos de la República Argentina y conectarme con su gente. Muy pronto tendré la oportunidad de hacerlo en Cipolletti y estar en la Patagonia de donde acabo de regresar hace pocos días. Soy madrina del Festival del Chef Patagónico en Villa Pehuenia. Divino lugar. ¿Me das un minuto, por favor?” -Mientras la charla fluye, Dolli no le pierde pisada a sus colaboradores. Algo huele ya delicioso y envía alguien a controlarlo- “Tengo masas en el horno…” - Tanta actividad depende sólo del bienestar de tu cuerpo. De no ser así, es difícil llevarla a cabo con el gasto de energías que supone.- Soy muy sana, no me enfermo, y estar activa me mantiene mucho más vital. Al contrario, yo tiendo a enfermarme o a sentirme más cansada en vacaciones. También soy privilegiada porque no tengo enfermedades, por lo tanto no son un impedimento. Sí hay días que cuando algo se quema una vez, dos veces, me olvido la temperatura del horno y las cosas empiezan a salir mal… Bueno, es mejor retirarse a tiempo. Cuando veo que la cosa va mal, digo mejor parar. O me equivoco y pongo sal en lugar de azúcar. ¿A quién no le ha pasado? El humor, una complicación, un problema hacen que sea mejor dejar la cocina. - Cuando no preparás platos para otros o para tu trabajo específico, ¿qué te gusta hacerte o prepararle a tus seres queridos?- Dentro de mi familia, con mis hijos, con mis nietos, trato de mantener lo tradicional. Que en Navidad haya pan dulce, en Reyes y en Pascuas hago la rosca; que en una fiesta patria haya empanadas y pastelitos. Y también hago que siempre en casa de mis hijos haya dulces caseros hechos por mí. Me dedico a atrapar las temporadas y sus productos en una mermelada, una conserva. Les llevo de regalo dulce de frutilla, de higo, de zapallo. Ahora es el tiempo de los membrillos, las ciruelas. Siempre, cuando no trabajo profesionalmente, en casa, en lo de mi mamá, o acá (“Espacio Dolli”), cuando tengo tiempo, hago dulce.” “Porque me parece lindísimo que ellos tomen cada mañana el desayuno con dulce hecho por su mamá o por su abuela. Yo tengo una casa en mi pueblo natal (Las Heras) con frutales. Sé en qué campo hay higos, cuándo y dónde se cosechan los mejores zapallos; siempre tengo la fruta de temporada para mis mermeladas.” - Que además de ricas tienen mucho afecto como condimento.- Yo creo que hacerlas y regalarlas trasmite afecto. En Argentina, al visitante, al extranjero, se le ofrece –sobre todo en las provincias- un matecito, un té, un café, un trozo de torta, quedate a comer, a compartir la comida. Cuando voy a casa de mi mamá o mis hijos vienen a la mía, darles de comer se relaciona con el cariño, con el amor. No figura en la receta pero está y trato de transmitirlo en mis programas para incentivar a las personas a que se den ese gustito.  

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